Comparación

Ahmad (Muhammad) en la Biblia

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Jesús anunció al Profeta Muhammad con el nombre de Ahmad

Por Abdul Ahad Dawud

«Y vendrá el Ahmad[1] de todas las naciones…» (Hageo II:7)

Cerca de unos dos siglos después de que el idólatra Reino de Israel fuera destruido y toda la población de las diez tribus deportada a Asiria, Jerusalén, el glorioso templo de Salomón, fue arrasado hasta los cimientos por los caldeos. La población remanente no masacrada, de las tribus de Judá y Benjamín, fue transportada a Babilonia. Después de un periodo de cautividad de setenta años, les fue permitido a los judíos retornar a su país con toda libertad para edificar nuevamente su ciudad y templo arruinados. Cuando estaban siendo puestos los cimientos de la nueva casa de Dios, surgió un tremendo bullicio de goce y aclamación de los reunidos, mientras los ancianos, que habían conocido el magnifico templo de Salomón, prorrumpieron en un amargo llanto. Fue en esta ocasión que el Todopoderoso envió a Su siervo el Profeta Hageo a consolar a la concurrencia entristecida con este importante mensaje: “Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Himda de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho el Señor de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice el Señor de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho el Señor de los ejércitos; y daré paz (shalom) en este lugar, dice el Señor de los ejércitos”. (Hageo II: 7:9).

He traducido el párrafo mencionado del único ejemplar de la biblia a mi disposición, que me enviara una prima asiria, en su lengua original. Per si consultamos la versión española de la biblia, veremos traducidas las palabras originales «Himda» y «Shalom» en hebreo, como «deseado» y «paz» respetivamente.

Tanto los comentaristas judíos como cristianos han dado la mayor importancia a la doble promesa contenida en la profecía mencionada. Ambos entienden como una predicción mesiánica la palabra «Himda». En realidad, aquí estamos frente a una profecía maravillosa confirmada por la formula bíblica usual de juramento divino, “dice el Señor Sabaoth”, repetida cuatro veces. Si esta profecía se toma en el sentido abstracto de las palabras «Himda» y «Shalom» como “deseo” o “paz”, entonces la profecía se convierte en una aspiración ininteligible. Pero si por el término «Himda» entendemos una idea concreta, una persona y realidad, y por la palabra «Shalom» no una condición sino una fuerza viva y activa y una religión establecida definitivamente, entonces esta profecía debe ser admitida como cierta y cumplimentada en la persona de Ahmad y en el establecimiento del islam. Porque «Himda» y «Shalom» (o shlama) tienen precisamente el mismo significado que Ahmad e Islam respetivamente.

Antes de abocarnos a la demostración del cumplimiento de esta profecía sería mejor explicar la etimología de las dos palabras tan brevemente como sea posible.

A-Himda. La oración en el texto hebreo original se lee así: « ve yavu himdath kol hagoyim », lo cual literalmente traducido sería “y vendrá el Himda de todas las naciones”. La “hi” final en el hebreo, como en el árabe, se muda en “th” o “t” en el caso genitivo. La palabra se deriva de una raíz hebrea arcaica – o más precisamente del arameo – «hmd» (consonantes que se pronuncian “hemed”).

Generalmente en hebreo “hemed” es usado en el sentido de gran deseo, codicia, apetito y ambición. En árabe el verbo “hamida”, de las mismas consonantes radicales (h-m-d) significa alabar. ¿Quién es el más alabado, ilustre que quien es ansiado, ambicionado y deseado? Cualquiera de los dos sentidos que se adopten, el hecho es que la forma árabe de “himda”, es decir Ahmad, permanece firme e indiscutida. El Noble Corán (sura As-Saff) declara que Jesús anunció al pueblo de Israel la venida de un mensajero de Dios cuyo nombre iba ser Ahmad. El Evangelio de San Juan, al ser escrito en griego usa el nombre “Paráclitos”, un barbarismo desconocido en la literatura clásica griega. Pero “Períclitos”, que corresponde exactamente a Ahmad en su significado de preclaro, glorioso, alabado, en un grado superlativo, debe haber sido la traducción en griego de Himda o probablemente de la forma árabe (o aramea) “hemida”, como fue pronunciada por Jesús, pero desgraciadamente, no poseemos ningún Evangelio en el idioma original hablado por Jesús.

B-En cuanto a la etimología y significado de las palabras «Shalom», «Shlam», y las palabras «Salam» e «Islam», no es necesario entretener al lector abarrotándolo de detalles lingüísticos. Cualquier estudioso y conocedor de las leguas semíticas sabe que «Shalom» e «Islam» se derivan de una y la misma raíz, y que ambas significan paz, sumisión, resignación o conformidad.

Habiendo quedado claro esto se deduce sin ninguna duda de esta profecía de Hageo, que el profeta mencionado y esperado es el Profeta Muhammad.


[1] “Ahmad”, de la misma raíz árabe “ha-mi-da”, “alabar” de donde deriva también el nombre Muhammad, es otro de los nombres del Profeta del islam. Con este nombre se le designa en una ocasión en el noble Corán, siendo el nombre con que lo anunció Jesús (Corán 61:6). Ahmad está construido según el paradigma del superlativo en la lengua árabe y significa el muy alabado, cuya traducción en griego sería Períclitos.

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