La virgen Maria

Dios (Allah) es el Más Justo

justo

¿Cómo puede Dios ser justo con nosotros si fue injusto con Su supuesto hijo?

Uno de los nombres y atributos de Dios es “el más justo”. El Señor de este universo debe ser “el más justo”, y no puede ser injusto o arbitrario. De lo contrario, ¿cómo es que ordena la justicia y la equidad cuando Él mismo es injusto y arbitrario?

El Más Justo en Islam

En el Corán, Dios (llamado “Allah” en árabe) es descrito como “el más justo”, quien mantiene a Su creación en equidad. Leemos:

Allah atestigua que no hay dios sino Él, así como los ángeles y los dotados de conocimiento, rigiendo (Su creación) con equidad. No hay Dios sino Él, el Inigualable, el Sabio. (Aal Imran 3:18)

En el Corán, Dios confirma que no es “injusto”. Leemos:

Quien obre con rectitud lo hará en su propio bien, y quien obre mal lo hará en contra de sí mismo; tu Señor no es injusto con los siervos. (Al-Fussilat 41:46)

El versículo anterior indica que una buena acción se cuenta en beneficio del hombre y una mala acción se cuenta en su contra. Gracias al favor de Dios en el Islam, la recompensa por las buenas acciones de una persona puede ser compartida por otros, como la descendencia de una persona, en caso de que sigan los pasos de su predecesor, incluso si ellos no hacen tantas buenas obras como su predecesor. Hay varias muestras de evidencia de ello en el Corán. Por ejemplo, leemos:

Y quienes hayan creído y su descendencia los haya seguido en la creencia, los juntaremos con ellos y no habrá ningún menoscabo de sus acciones. Cada hombre es rehén de lo que se ganó. (At-Tur 52:21)

Gracias a la justicia de Dios, cada persona es responsable solo de las malas acciones que hace. Por lo tanto, una persona no tiene responsabilidad sobre las malas acciones de los otros, ni otros tienen responsabilidad sobre sus malas acciones, a menos que colaboren en las mismas malas acciones. En el Corán, leemos:

Y temed el día en que regreséis a Allah. Entonces cada uno recibirá lo que se haya ganado y nadie será objeto de injusticia. (Al-Baqarah 2:281)

El Corán cita a Dios cuando se dirige al Profeta Muhammad:

Es cierto que te hemos enviado con la verdad y como portador de buenas noticias y advertencias; pero no preguntes por los compañeros del infierno. (Al-Baqarah 2:119)

Acerca de la comunidad musulmana, leemos:

Esa es una comunidad que ya pasó, tendrá lo que adquirió y vosotros tendréis lo que hayáis adquirido. No se os pedirá cuentas por lo que ellos hicieron. (Al-Baqarah 2:134)

También leemos:

Di: ¿Por qué habría de desear a otro que Allah como Señor, si Él es el Señor de todas las cosas? Lo que cada alma adquiera solo podrá perjudicarle a ella misma y nadie cargará con la carga de otro. Luego habréis de volver a vuestro Señor que os hará ver aquello en lo que teníais diferencias. (Al-An’am 6:164)

El más justo en el Cristianismo

En realidad, el sistema de creencias cristiano contemporáneo se basa en la creencia en la salvación a través de la sangre de Jesús. No hay duda de que esta creencia es falsa, ya que se basa en la injusticia y la arbitrariedad. Una creencia genuina no puede estar basada en la injusticia o la arbitrariedad, simplemente porque Dios no acepta la injusticia o falta de equidad como una manera de salir del pecado o la desobediencia. De lo contrario, Dios sería injusto y desleal según lo retratado por la Biblia.

La razón por la que la salvación del pecado a través de la sangre de Jesús se considera una creencia injusta es que Jesús era un hombre justo, según el Nuevo Testamento. Leemos: “Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros”. (Mateo 27:22-24)

El Nuevo Testamento también nos cuenta que Jesús era tan pacífico que no devolvía un abuso con otro abuso. Leemos: “Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” (Mateo 26:52-54)

La Biblia nos informa de que Jesús predijo el derramamiento de su sangre como una vía para librarse del pecado. Leemos: “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”. (Mateo 26:26-28)

Si Jesús era realmente un hombre inocente, justo y pacífico, ¿es justo dejar que sea crucificado y matado como expiación por los pecados de la gente mala y malvada? ¡Por supuesto que no! Si Dios acepta eso, estaría siendo injusto, pero Dios no puede ser injusto. Si Dios se compromete a hacer a su supuesto hijo una injusticia, ¿cómo puede ser justo hacia las personas?

De hecho, el concepto de la redención a través de la sangre de Jesús es refutada por la misma Biblia. En el Antiguo Testamento, leemos: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él. Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá”. (Ezekiel 18:20-21)

Por último, no podemos creer en una fe que considera a Dios un señor injusto que hace mal al supuestamente más cercano a él, es decir, su presunto hijo. ¿Cuándo y hacia quién puede Dios ser justo si ha agraviado a Su presunto hijo? ¿Cómo puede Dios ser justo hacia nosotros si ha sido injusto con Su presunto hijo?

Related Post