La virgen Maria

El ejemplo con la conducta

ejemplo desierto oasis

El hombre de conocimiento real en Islam es el que es ejemplo del Corán y la Sunnah

El hombre de conocimiento real en Islam es el que habla con el Corán y la Sunnah, guía al Corán y la Sunnah, y su comportamiento es el Corán y la Sunnah; y los que escuchan a la gente de conocimiento no deben escuchar sin más, sino que deben intentar aplicar lo que escuchan para ir ellos en el camino del Corán y la Sunnah.

Lo correcto es escuchar y aplicar lo aprendido en la vida.

Un ejemplo de esto es el Salat (la oración), que tiene su parte teórica y su parte práctica, y no es completo hasta que no están juntos los dos aspectos.

Hay ejemplos muy buenos de algunos de los jóvenes que estaban con el Mensajero de Allah, que Allah le dé gracia y paz.

Hay una la aleya del Corán que dice:

“No obtendréis la virtud hasta que gastéis de lo que amáis”. (Surat Al Imran, 3:92)

Anas Ibn Malik, escuchó esta aleya cuando tenía 14 ó 15 años, la escuchó y quiso aplicarla. A él le encantaba el azúcar, o los dulces, aunque no sabemos cómo eran en esa época. Siempre llevaba caramelos en su mochila. Cuando escuchó la aleya sacó los caramelos y fue a un lugar. Cuando su madre lo vio le dijo: “¿A dónde vas?”

Él respondió: “Oh madre, ¿no has escuchado lo que Allah ha revelado?”

Dijo la madre: “Sí, estaba contigo y por eso llevo esta ropa”.

Dijo Anas: “Oh madre, pero si es tu camisa preferida”.

Dijo: “Claro, es que Allah nos dice que demos de lo que más amamos. Y esta es mi camisa preferida. Oh hijo, a ti te encantan los caramelos, ¿qué vas a hacer con ellos entonces?”

Dijo: “Oh madre, es lo que más amo, así que se lo voy a dar a la gente”.

Esto no es un cuento de hadas, esto la puesta en práctica de la revelación, llevada a cabo por los sahaba, los Compañeros del Profeta.

En tres suras del Corán, Al-Isra, Al-Ankabut y Luqman, Allah habla de lo especial en el trato y la bondad a los padres, aunque no sean de nuestro mismo Din.

Veamos otro ejemplo:

El mensajero tenía 6 tías paternas. Una de ellas es Arwa, que tenía un hijo que se llamaba Tulaib Ibn Umair. Tenía 15 años cuando llegó el Islam. Se escapaba para ir a Dar Al-Arqam, y cuando lo escuchaba lo llevaba a la práctica. Aprendió en el Islam de la mejor manera posible. Y es que el Islam nos cambia a mejor. La gente mala se convierte en gente buena, y la gente buena se convierte en gente mejor. Y eso es lo que ocurre con Tulaib. Tras hacerse musulmán lo oculta durante un tiempo a su madre, su padre había muerto. Pero la madre se da cuenta de que su hijo estaba cambiando, cambiando hacia mejor. Y este es el verdadero ejemplo y la mejor manera de hacer da’wa del Islam. Y no se explica el porqué. La madre le decía: te quería mucho cuando eras un buen chico, pero ahora que eres mejor, te quiero más todavía.

Tulaib le dijo: “Yo también te quiero, madre, y te respeto, pero lo que me ha hecho cambiar es algo que te va a molestar.  ¿Qué piensas de Muhammad, de tu sobrino?”.

Ella contestó: “Es Muhammad al Amin, el digno de confianza, y esto es para toda la gente, no solo para la familia”.

Él dijo: “Pues que sepas madre, que he tomado el Din del Islam de Muhammad, y esto es lo que me ha convertido en mejor persona”. Al ver este ejemplo, el ejemplo del día a día de su hijo, la madre se inclinó también por el Islam. Hasta que el hijo, tras prepararla paso a paso, le dijo: “Oh madre, ¿por qué no aceptas el Islam?”.

Ella dijo: “Tengo que ver qué es lo que hacen mis hermanos y tomaré mi decisión según lo que hagan ellos”.

Tulaib dijo: “Oh madre, en vez de estar pendiente de lo que hacen tus hermanos, ¿por qué no miras el mensaje y el mensajero y toma tú tu decisión? Y entonces ellos tal vez te seguirán”.

Esa era la convicción que tenía este joven, la fuerza y firmeza que tenía a la edad de tan solo 15 años.

Son ejemplos que nos sirven para aprender y hacernos mejores. Sirven, especialmente, a la juventud.

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