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Jamr (bebidas embriagadoras) entre el Islam y el Cristianismo

vino jamr

El jamr (bebidas embriagadoras) está prohibido en todos los mensajes divinos, incluido el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Jamr en Islam

No hace falta decir que el jamr (o las bebidas embriagadoras) está explícitamente prohibido en el Islam. Varios textos prohíben el jamr en el glorioso Corán y la Sunnah Profética (tradiciones). Por ejemplo, en el Corán, Dios dice:

Te preguntan sobre el jamr y el juego de azar. Di: En ambas cosas hay mucho daño para los hombres y algún beneficio, pero el daño es mayor que el beneficio. (Al-Baqarah 2:219)

 Dios también dice:

¡Vosotros que creéis! Ciertamente el jamr, el juego de azar, los altares de sacrificio y las flechas adivinatorias son una inmundicia procedente de la actividad del Shaytán; apartaos de todo ello y podréis tener éxito. Shaytán solo quiere desencadenar entre vosotros la enemistad y el odio , sirviéndose del vino y del juego de azar, y así apartaros del recuerdo de Allah y de la oración. ¿No desistiréis? (Al-Maida 5:90-91)

Se ha relatado en la autoridad de Ibn ‘Umar que el Mensajero de Dios (la paz sea con él) dijo: “Toda sustancia embriagadora es jamr y toda sustancia embriagadora está prohibida”. (Muslim)

El Comandante de los Creyentes, ‘Uthman ibn Affan, (que Dios esté complacido con él) dijo: “Escuché al Mensajero de Dios diciendo: ‘Evitad el jamr porque es la madre de todos los males … por Dios que la fe y el jamr no puede coexistir, y uno de ellos antes o después expulsará al otro'”. (Al-Bayhaqi y Ibn Hibban)

Jamr en el Cristianismo

En cuanto al jamr en el cristianismo y en la Biblia, incluyendo el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, el jamr también está prohibido, o al menos es detestable. De cualquier manera, su adicción está definitivamente prohibida en el cristianismo.

En el Antiguo Testamento, podemos leer: “Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés”. (Levítico 10:9-11)

También leemos: “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino, ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas, ni tampoco comerá uvas frescas ni secas. Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de la vid, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá”. (Números 6:1-4)

Más adelante leemos: “Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda”. (Jueces 13:4), “Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento hasta el día de su muerte”. (Jueces 13:7)

En cuanto al Nuevo Testamento, alaba al Profeta Juan, hijo de Zacarías, porque no quiso beber tragos de vino o bebidas fuertes. Leemos: “Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”. (Lucas 1:13-15)

El Nuevo Testamento nos cuenta que Jesucristo no aceptó beber vino antes de su ascensión. Leemos: “Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó”. (Marcos 15:23)

El Nuevo Testamento prohíbe expresamente el vino y la embriaguez. Leemos: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”. (Efesios 5:18)

El Nuevo Testamento prohíbe explícitamente hacerse adicto al vino a los obispos, a los diáconos, a las mujeres mayores y a los cristianos en general. Leemos: “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro”. (1 Timoteo 3:2-3)

También leemos: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas”. (1 Timoteo 3:8). “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien”. (Tito 2:3)

Más adelante leemos: “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías”. (1 Pedro 4:3)

Así pues, hay versículos claros en las Sagradas Escrituras del judaísmo, del cristianismo y del Islam que son unánimes en la prohibición del jamr.

Sin embargo, hay algunos cristianos que afirman que está permitido consumir jamr. Para apoyar su afirmación, citan algunos versículos equívocos de la Biblia. Por desgracia, estos versículos que aparentemente transmiten que el jamr es permisible se interpolan en la Biblia.

En la Biblia, incluyendo el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, encontramos muchos versículos que aparentemente implican el permiso del consumo del jamr. Por ejemplo, el Antiguo Testamento afirma que el Profeta Noé bebió vino y se puso borracho y estaba descubierto dentro de su tienda.

Leemos: “Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda”. (Génesis 9:20-21)

El Antiguo Testamento también alega que las hijas del Profeta Lot le hicieron beber vino y acostarse con él. Leemos: “Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas. Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra. Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia. Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. El día siguiente, dijo la mayor a la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia. Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó”. (Génesis 19:30-35)

En cuanto al Nuevo Testamento, nos cuenta que Jesucristo transformó el agua en vino. Leemos: “Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo”.

Hay muchos otros ejemplos en la Biblia que exteriormente pueden implicar el permiso del consumo del jamr. Sin embargo, todos esos versos están definitivamente interpolados en la Biblia. A decir verdad, el jamr está prohibido en claros términos en todas las Sagradas Escrituras, según la evidencia concluyente del Corán y la tradición del Profeta Muhammad, así como en las partes no corrompidas de la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento.

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