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La confianza en Allah

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La confianza completa en Allah se describe en esta aleya (3:173)

Este post trata sobre la entrega completa a Allah, la confianza en el Creador, el tawakkul.

Allah dice, describiendo a un grupo de los Compañeros (Sahaba):

Aquellos a los que dijo la gente: Los hombres se han reunido contra vosotros, tenedles miedo. Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: ¡Allah es Suficiente para nosotros, qué excelente Guardián! Y regresaron con una gracia de Allah y favor, ningún mal les había tocado. Siguieron lo que complace a Allah y Allah es Dueño de un favor inmenso”.

(Surat Al Imran, 3:173)

Para comprender el significado de estas aleyas es necesario conocer el contexto histórico en el que fueron reveladas. Y es que tras la batalla de Uhud, en la que los musulmanes vivieron uno de los momentos más duros, unos momentos en los que el Mensajero de Allah fue herido y su sangre cayó por su noble rostro, en los que algunos Sahaba destacaron con acciones llenas de heroicidad y de valentía, en los que el Islam estuvo a punto de terminar su corta aunque intensa historia pero que, finalmente, por la ayuda de Allah, pudieron protegerse y terminar la batalla con dignidad.

Tras la batalla volvieron a Medina abatidos, tristes por sus amados Compañeros que habían fallecido en combate, compungidos por no haber sido capaces de vencer, desanimados porque habían tenido al alcance de su mano una victoria contundente, llenos de heridas en su cuerpo por las espadas, lanzas, flechas y golpes de los enemigos; pero más doloroso que todo esto, eran las heridas en sus corazones por no haber obtenido la victoria.

Llegan a Medina y, sin tiempo apenas de quitarse las armaduras y cotas de malla, sin tiempo para descansar, el Mensajero de Allah convoca a Bilal y le ordena que con su potente voz camine por las calles de Medina diciendo lo siguiente: “¡El Mensajero de Allah os ordena perseguir y dar caza al enemigo! Los que no han luchado ayer con nosotros no deben venir. ¡Solo vendrán los que han participado en la batalla!”.

Todos los que escuchan esta llamada, y a pesar de estar casi todos heridos, se ponen nuevamente sus cotas de malla y acuden en respuesta a la llamada del Mensajero de Allah. Las dificultades y la dolorosa derrota que habían sufrido en Uhud no fueron un impedimento para que volvieran a salir, estaban dispuestos a hacerlo por amor a Allah y a Su Mensajero.

Llegaron a un lugar llamado Hamra al-Asad, a unos quince kilómetros de Medina, donde acamparon. Por su parte Abu Sufyan, el líder de los Quraysh de Meca, crecido por la victoria y lleno de odio hacia los musulmanes, estaba dirigiendo su ejército hacia Medina con un único objetivo: acabar de una vez con el Islam y con los musulmanes.

En su camino hacia Medina se encontraron con un hombre que, a petición del Mensajero Muhammad, les contó –exagerando las noticias─ que los musulmanes, a pesar de la derrota, habían salido de Medina con grandes refuerzos y estaban dispuestos a luchar contra ellos. Al tomar conciencia de estas noticias, el terror y el pánico se apoderaron del corazón de Abu Sufyan y del resto de los Quraysh que decidieron regresar a Meca.

En el camino se encontraron con una caravana de comerciantes que se dirigía a Medina, y Abu Sufyan les ofreció una gran recompensa si pasaban por el lugar donde estaban los musulmanes y les hablaban del enorme ejército que tenían los Quraysh, un ejército como no se había visto antes y que se dirigía hacia ellos. Todo esto no era más que una estratagema para que los musulmanes no les persiguieran y huyeran a refugiarse a Medina ya que, si esto ocurría, Abu Sufyan estaba dispuesto a dar la vuelta e ir contra Medina.

Cuando estos comerciantes llegaron a Hamra al Asad informaron a los musulmanes –exagerando también la realidad─ del enorme ejército que tenía Abu Sufyan y que estaba dirigiéndose contra ellos. Y este es el momento clave, justo cuando reciben estas noticias: a pesar de ser muchos menos que los Quraysh, a pesar de estar muchos malheridos, a pesar de estar desmoralizados por la derrota de la batalla de Uhud, a pesar de ser conscientes de que si ese gran ejército de los Quraysh se enfrentaba a ellos todos morirían… “Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: ¡Allah es Suficiente para nosotros, qué excelente Guardián!”

¡Qué grandiosa es esta respuesta y qué grandiosos fueron los Sahaba! Una respuesta llena de amor y confianza, una respuesta llena de anhelo y de seguridad. Les estaban tratando de atemorizar,  pero eso no hizo más que aumentar su Iman y su confianza. Ante la dificultad crecieron y se reafirmaron, ante el miedo se confiaron y encomendaron a Su Señor y lo hicieron diciendo: ¡Allah es Suficiente para nosotros, qué excelente Guardián!

Esto es una realidad. Por eso, cuando estés en un momento de dudas y de dificultad, un momento que por muy duro que sea no se podrá comparar a este que vivieron los Sahaba, encomiéndate a Allah, entrégate a Él y sé consciente de que Él es Suficiente para ti y que no hay mejor Guardián que Él.

¿Qué te ocurrirá entonces? ¿Qué te ocurrirá cuando te hayas empapado de esta realidad? ¿Qué te ocurrirá cuando te hayas entregado de verdad a Allah y hayas reconocido que Él es Suficiente para ti? Lo que le ocurrió a los Sahaba: “Y regresaron con una gracia de Allah y favor, ningún mal les había tocado. Siguieron lo que complace a Allah y Allah es Dueño de un favor inmenso”.

No sólo regresaron a salvo, no sólo regresaron sin que ningún mal les tocara, no sólo regresaron victoriosos sin que hubiera combate, sino que, por su sinceridad y confianza, por entregarse a Allah, regresaron con una gracia y un favor de Allah. ¿Por qué? Porque se confiaron a Allah, se entregaron a Él y siguieron lo que Le complace.

Este es el secreto, no hay otro, esta es la llave del éxito y el triunfo en esta vida y en la próxima. Imitar a los Sahaba, la mejor de las comunidades que ha surgido para el bien de los hombres, encomendarse a Allah, entregarse a Él y seguir lo que a Él le complace; y quien lo haga, que no tenga dudas de que Allah estará con Él, y entonces, nada ni nadie podrá vencerle.

Allah es Suficiente para nosotros, qué excelente Guardián.

Hasbuna Allah wa ni’ma al-wakil

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