La virgen Maria

La recopilación de la Torá

Torá blanca

Cuando por primera vez la Torá fue traducida al griego por setenta y dos eruditos de Alejandría, aproximadamente entre el 275 y el 150 a.C., la versión hebrea ya había sido reescrita dos veces “de memoria” introduciéndose en ella cambios importantes durante el proceso.

Durante los cuatro siglos comprendidos entre el 450 y el 50 a.C., especialmente después de la destrucción por Antíoco de los textos de Esdras durante la invasión de Jerusalén ocurrida en el 161 a.C., el libro conocido como la Torá, -junto con los libros adicionales que pretendían recoger la historia de las Tribus de Israel tras la época de Moisés y que fueron a menudo escritos y compilados de restos de fuentes siglos después de que ocurrieran los sucesos que narran- siguió siendo revisada y reescrita, y lo que iba a convertirse en la religión conocida como Judaísmo tomó forma definitiva bajo la dirección de un fuerte sacerdocio Levítico que se consideraba a sí mismo el auténtico guardián del antiguo conocimiento. Cuando por primera vez la Torá fue traducida al griego por setenta y dos eruditos de Alejandría, aproximadamente entre el 275 y el 150 a.C., la versión hebrea ya había sido reescrita dos veces “de memoria” introduciéndose en ella cambios importantes durante el proceso.

El “Talmud”, donde se pretende recoger las tradicionales orales de Moisés, no apareció en forma escrita hasta diecisiete siglos después de la muerte de Moisés y al menos nueve siglos después de que la Torá hubiese dejado de existir en su forma original. El “Mishnah”, la forma escrita de las supuestas tradiciones orales de Moisés, no se compiló en su forma actual hasta comienzos del siglo III, d.C. Los dos comentarios sobre el “Mishnah”, el Jerusalén Cemara y el Babylonian Gemara, no se completaron hasta los siglos V y VII d.C. respectivamente, y los comentarios escritos sobre estos dos comentarios, la extensa literatura Midrash, fueron escritos entre los años 400 y 1.200 d.C.
Tal y como señala el Dr. Maurice Bucaille en su obra, La Biblia, El Corán y la Ciencia, cuando las Escrituras hebreas se tradujeron al griego, ya no representaban las enseñanzas originales de Moisés, ni lo habían hecho durante un periodo de tiempo considerable:
“El Antiguo Testamento es una colección de obras de longitud muy diferente y estilos también diferentes. Fueron escritas basándose en tradiciones orales, en varias lenguas y durante un periodo de más de novecientos años. Muchas de estas obras fueron corregidas y completadas según lo exigían acontecimientos o requisitos especiales y a menudo en períodos muy distantes unos de otros.”
Como ya hemos visto, solamente los primeros cinco libros de esta colección, conocida generalmente con el nombre de Pentateuco, están directamente conectados con Moisés, aunque también está claro que no son la Torá que le fue originalmente revelada ni fueron escritos por él. Por lo que respecta incluso a esos primeros cinco libros, el Pentateuco, el Dr. Maurice Bucaille hace notar que con anterioridad a las versiones escritas durante y después del exilio de Babilonia -la primera de las cuales (compilada por Esdras) es comúnmente conocida como la version Sacerdotal- existían por lo menos tres fuentes: la versión Yahvista (donde Dios tiene el nombre de Yahvé), la versión Elohista (donde Dios se llama Elohim) y el Deuteronomio. Las tres versiones fueron utilizadas para producir la versión Sacerdotal, la que se enseñaba en el Templo tras su reconstrucción en el año 515 a.C. Las tres versiones han sido fechadas y localizadas en cuanto a tiempo y lugar:
1. La versión Yahvista procede del siglo IX a.C. (escrita en Judá).
2. La versión Elohista era probablemente algo más reciente (escrita en Israel).
3. El Deuteronomio procede según algunos del siglo VIII (E. Jacob) o de la época de Josiah (siglo VII a.C.) según otros (Padre de Vaux).

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