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Las descripciones islámicas tradicionales del Tawhid

Tawhid

Allah habla de Su Unicidad (Tawhid), Su esencia y Sus atributos en el Corán.

Allah habla en el Corán de Su Unicidad (Tawhid), Su esencia y Sus atributos.

El Profeta Muhammad, Su último mensajero, también nos enseña e instruye sobre la realidad de Allah. Y, a lo largo de la historia del Islam, muchos eruditos han escrito, basados en esas fuentes, descripciones detalladas de la Unidad Divina o Tawhid.

 

Lo que hay que entender a la hora de estudiar el Tawhid

Lo que debe tenerse en cuenta al leer estas descripciones de la Unidad Divina – Tawhid -, es que no son en absoluto abstracciones intelectuales, sino que describen una realidad muy inmediata, además de tener una transcendencia apremiante y una relevancia directa con respecto a la vida de todo ser humano. Lo que éstas dicen y lo que Allah afirma con claridad meridiana una y otra vez en el Corán, es que en la existencia no hay nada que tenga poder excepto Allah. La hawla wa la quwwata illa billah: No hay fuerza ni poder excepto en Allah. La fa’il fi’l wuŷud siwa’llah: en la existencia no hay agente activo excepto Allah. Esta es la verdad, y significa que todo lo que ocurre es sólo por Allah. El problema es que, a todos nosotros, y desde una edad muy temprana, se nos ha enseñado justo lo contrario: que en el, así llamado, mundo real, Allah no tiene nada que ver y que, en realidad, son las causas secundarias las que hacen que ocurran las cosas. Y no se debe subestimar hasta qué punto ha penetrado la visión del mundo materialista científica en la consciencia humana, tanto entre los musulmanes como los que no lo son. Es un proceso de adoctrinamiento continuo y exhaustivo con el que somos bombardeados todos y cada uno de los días de nuestras vidas.

Según la visión predominante del mundo, el viento y la lluvia aparecen por ciertos cambios de presión en la atmósfera y en los ciclos climáticos; lo que causa el crecimiento de la planta es el ciclo del nitrógeno; el vuelo se explica con la ciencia de la aerodinámica; nuestro propio nacimiento es el resultado de la concepción y el proceso de gestación; las enfermedades se curan con la ciencia de la medicina, etc… los ejemplos son infinitos. Pero todo eso no es verdad. No estamos diciendo que estas cosas no ocurren. Por supuesto que sí. Pero no son el motivo, no son la causa de nada. Tanto la causa como el efecto son creados directamente por Allah. No hay nada ni nadie que haga que algo suceda, sólo Allah.

Este asunto se explica en el Corán con toda nitidez: Allah es Quien hace que caiga la lluvia y crezcan las plantas:

Él es Quien hace que caiga agua del cielo; con ella hacemos surgir el germen de todo” (Surat Al-An’am, 6: 99).

Volar se debe sólo a Allah:

¿Es que no han visto las aves sobre ellos y cómo mueven sus alas? No las sostiene sino el Misericordioso”. (Surat Al-Mulk, 67: 19).

Allah es la razón de que estemos en el mundo:

Él es Quien os ha creado de tierra y luego de una gota de esperma y de un coágulo de sangre. Luego hace que salgáis como niños”. (40: 67)

Y Allah, ensalzado sea, el Quien nos cura de las enfermedades:

Y cuando estoy enfermo, Él es Quien me cura”. (26: 80).

Es posible que al oír estas palabras los creyentes digan, ‘claro, por supuesto que sí’; pero si se fijasen en sus corazones para ver lo que creen en realidad, son muy pocos lo que ven la Mano de Allah en todo lo que ocurre. ¿Lo ven como algo que viene de Allah o más bien se interpone su condicionamiento y acaban atribuyéndolo a los procesos con los que ocurren? Vivimos en este mundo de causas secundarias y es natural que contemplemos la existencia en estos términos. La diferencia entre nosotros y nuestros antepasados es que se les enseñaba la verdad, era su base inquebrantable, y en consecuencia les era más fácil superar las apariencias y ver las cosas tal y como son. Mientras tanto, nosotros hemos sido adoctrinados de tal manera en la mentira, que es casi imposible ver las cosas tal y como son.

Una forma significativa en la que el Tawhid o el conocimiento de Allah afecta directamente a nuestras vidas cotidianas es en la cuestión del rizq, la provisión. Allah, bendecido y ensalzado sea, es ar-Razzaq, el Proveedor. Allah alimenta y sustenta todo lo que existe, incluidos nosotros. Esto significa que la energía que empleamos en obtener un medio de vida, tenga la forma que tenga, no es la causa que nos permite obtener lo que necesitamos. Allah es Quien nos provee. Y es crucial comprender las implicaciones que esto conlleva

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