Comparación

Las enseñanzas del Islam son las únicas intactas

enseñanzas intactas

El mensaje está ahí, en la forma del Corán, sin que se haya cambiado una sola palabra y con la Realidad dándonos la imagen completa de la existencia y diciéndonos qué papel representamos en ella.

Las comunidades de los Profetas

Estas comunidades fueron unas en las que la generosidad, la justicia, la compasión y la humildad eran la regla en vez de la excepción, y la gente vivía dentro de los límites morales que son la representación de la verdadera naturaleza humana. Estos Mensajeros de la Realidad y sus comunidades fueron los orígenes de las que hoy se llaman las ‘religiones del mundo’; pero la mayor parte des estas enseñanzas o religiones han sido alteradas de manera que su objetivo original, enseñar a los humanos a ser verdaderos humanos, se ha visto sumido en la más completa oscuridad.

La única excepción – Las eseñanzas del Corán

La única excepción es la última y completa versión de la enseñanza humana en su forma más pura: la que se reveló a Muhammad, a quien Allah bendiga y conceda paz, a principios del siglo VII d.C. La transmitió a quienes le rodeaban y se puso en práctica en Madinah al-Munawwara. Se la conoce con el nombre de Islam. Y aquí es donde debemos fijarnos si queremos descubrir la representación de la forma humana auténtica y obtener el conocimiento que somos capaces de contener en nuestro interior. La razón es que, de todas las enseñanzas recibidas, Islam es la única que sabemos con toda certeza que sigue intacta todavía. El mensaje está ahí, en la forma del Corán, sin que se haya cambiado una sola palabra y con la Realidad dándonos la imagen completa de la existencia y diciéndonos qué papel representamos en ella.

El ejemplo de Muhammad está registrado con todo detalle

El ejemplo del Mensajero Muhammad, a quien Allah bendiga y conceda paz, fue registrado con todo detalle y demuestra la perfección de la forma humana, cómo la encarnaron los que le rodearon y cómo podemos hacer lo mismo nosotros. Esto no significa afirmar que todos los musulmanes han seguido el camino mostrado por las comunidades anteriores. Algunos han distorsionado, tergiversado e incomprendido la enseñanza original. Es evidente que lo han hecho. Pero la enseñanza original sigue siendo accesible y está a disposición de quien la desea. La cadena de transmisión cuyo origen es el último de los Mensajeros, Muhammad, jamás se ha roto y llega hasta nuestros días.

Durante la vida del Profeta Muhammad, a quien Allah bendiga y conceda paz, tuvo lugar un incidente en el que se definieron las partes que forman la transacción de la vida humana que se conoce como el Islam:
Dijo ‘Umar ibn al-Jattab:

“Estábamos sentados un día con el Mensajero de Allah, a quien Allah bendiga y conceda paz, cuando apareció ante nosotros un hombre con unas ropas inmaculadamente blancas y un cabello extraordinariamente negro. No tenía huellas de haber hecho viaje alguno y ninguno de nosotros le conocía. Tras acercarse, se sentó frente al Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz.
Con las rodillas contra las suyas y tras poner las manos sobre sus muslos, el desconocido dijo: ‘¡Oh Muhammad! Háblame del Islam’. El Mensajero de Allah, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: ‘Islam es atestiguar que no hay más dios que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, establecer la oración, pagar el zakat, ayunar el mes de Ramadán e ir en peregrinación a la Casa si tienes medios para hacerlo’. El desconocido dijo: ‘Has dicho la verdad’ mientras nosotros nos asombrábamos de cómo le había preguntado y de cómo confirmaba haber dicho la verdad. Luego dijo: ‘Háblame sobre el Imán’. El Mensajero, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: ‘Es creer en Allah, en Sus ángeles, Sus Libros, Sus Mensajeros, en el Último Día, y creer en el Decreto, tanto si es bueno como malo’. El otro dijo: ‘Has dicho la verdad’. Luego preguntó: ‘Háblame ahora del Ihsan’. Contestó: ‘Es adorar a Allah como si Lo vieras, puesto que, aunque tú no Lo ves, Él sí te ve’. El desconocido dijo: ‘Háblame sobre la Hora’. El Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: ‘El preguntado no sabe más que el que pregunta’. Dijo el otro: ‘Háblame entonces sobre sus signos’. Dijo: ‘Cuando veas que la esclava da a luz a su ama y que los pastores descalzos e indigentes compiten en la construcción de edificios elevados’. Cuando acabó la conversación, el desconocido se marchó y yo me quedé un rato más. Y entonces el Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: ‘Umar, ¿sabes quién era el que hacía las preguntas? Dijo yo: ‘Allah y Su Mensajero saben más’. Dijo: ‘Era Ŷibril (el ángel Gabriel) que vino a enseñaros vuestra transacción vital.’” (Muslim).

Este acontecimiento es la urdimbre sobre la que se teje este libro y garantiza dos cosas. En primer lugar, todos los musulmanes están de acuerdo en que este relato proporciona una descripción auténtica de los elementos fundamentales del Islam y que su mención incluye también las creencias y las prácticas básicas del Din del Islam.

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