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La purificación

PURIFICACIÓN

Para poder hacer la oración, la primera exigencia es purificarse con agua

Los cristianos, así como en todas las religiones previas, han rezado y han tenido sus oraciones y plegarias.

Con la llegada del Islam, se establece un orden claro y sencillo de oraciones obligatorias.

Son cinco oraciones al día. La oración, o salat, constituye el segundo de los cinco pilares del Islam.

A lo largo de todo el Corán se menciona la oración una y otra vez. Apenas existe una página del Libro en la que no se mencione de una u otra manera. Recogeremos unas pocas que indican muchas otras:

 “Y cuando hayáis concluido el salat invocad a Allah de pie, sentados y acostados. Y cuando os sintáis seguros estableced el salat; ciertamente el salat es para los creyentes, un precepto en tiempos determinados”. (Surat An-Nisa’, 4: 103)

“Recita lo que se te ha inspirado del Libro y establece el salat, es cierto que el salat impide la indecencia y lo reprobable. Pero el recuerdo de Allah es mayor, y Allah sabe lo que hacéis”. (Surat Al-Ankabut

, 29: 45)

“Buscad ayuda en la paciencia y en el salat, porque en verdad ello es mucho excepto para los que se humillan. Los que creen con certeza que encontrarán a su Señor y que a Él han de volver”. (Surat Al-Baqarah, 2: 45-46)

“¡Vosotros que creéis! Cuando vayáis a hacer el salat, lavaos la cara y las manos llegando hasta los codos y pasaos las manos por la cabeza y los pies hasta los tobillos. Y si estáis impuros, purificaos”. (Surat Al-Ma’ida, 5: 6)

Purificación

Para poder hacer la oración, la primera exigencia es purificarse con agua. Hay dos actos de purificación: el mayor –ghusl– que implica el lavado de todo el cuerpo, y el menor –wudu– en el que sólo se lavan algunas partes del cuerpo. Pero antes de cualquier acto de purificación es necesario limpiarse con agua después de ir al retrete. El ghusl es necesario para entrar en el Islam, tras el acto sexual o la eyaculación seminal y, en el caso de las mujeres, cuando termina el periodo menstrual y el periodo de sangrado que sigue al parto. Se hace lavando en primer lugar las manos y las partes privadas, seguido de un wudu completo en el que se lavan los miembros una sola vez.

El wudu es necesario para cada oración, si ha sido anulado desde que se realizó la vez anterior. Lo correcto es empezar el wudu, y de hecho todas las acciones, diciendo bismillah, “en el nombre de Allah”. Es necesario tener agua suficiente para completar el acto de purificación que comienza lavando las manos tres veces. Luego, cogiendo agua con el hueco de la mano derecha se enjuaga la boca tres veces. Volviendo a coger agua con la mano derecha, se inhala por la nariz y luego se expulsa sosteniendo la nariz con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda. Se repite tres veces.

Luego se coge agua con las dos manos y, comenzando por la parte superior de la frente, se deja que caiga el agua por la cara al tiempo que se frota, desde la parte superior hasta donde termina el mentón y de oreja a oreja. Debe hacerse tres veces. Es también el momento de confirmar la intención de realizar un acto de purificación que permitirá estar ante el Señor en la oración, y no el mero acto de derramar agua sobre varias partes del cuerpo.

Luego se coge un poco más de agua con la mano derecha y se la deja caer por el brazo derecho hasta llegar al codo al tiempo que, con la mano izquierda, se frota la parte externa e interna del brazo incluido el codo; con la izquierda debe también frotarse la mano derecha asegurándose de que el agua pasa entre los dedos. Esto se hace tres veces y luego se repiten los mismos movimientos, siendo esta vez la mano derecha la que lava el brazo y la mano izquierda. Lo siguiente es la cabeza. Para hacerlo, se coge un poco de agua con la mano derecha, se moja la izquierda y se elimina el exceso de agua en ambas manos dejándolas húmedas. Se ponen entonces los pulgares en las sienes y se unen las puntas de los dedos sobre la frente, justo donde comienza el cabello. Luego se pasan las manos húmedas desde ese punto hasta la nuca y se vuelve al punto de partida, asegurándose de haber cubierto la cabeza entera. Humedeciendo las manos como en el caso anterior, se frota el interior y el exterior de las orejas usando los dedos índice y pulgar de ambas manos.

El último paso del wudu es el lavado de los pies. Se empieza con el pie derecho; se derrama sobre el pie un poco de agua con la mano derecha y se frota con la izquierda, cerciorándose de que el agua llega a todas partes, incluido el tobillo, el talón y el espacio entre los dedos. Se hace tres veces. El pie izquierdo se hace de la misma manera: se derrama sobre el mismo un poco de agua con la mano derecha y se frota con la izquierda de la manera descrita. Esto completa el acto de purificación que recibe el nombre de wudu.

Se recomienda terminar el wudu declarando la shahada una vez completado, porque el Mensajero de Allah, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: “Al que hace wudu, lo hace bien, y luego alza los ojos al cielo y dice ‘atestiguo que no hay más dios que Allah, sólo y sin asociado, y atestiguo que Muhammad es Su esclavo y Mensajero’ se le abren las ocho puertas del Jardín y podrá entrar por la que quiera”. (An-Nasa’i, Ibn Maŷah y al-Hakim).

Si no pudiera conseguirse agua o si utilizarla pudiese dañar la salud, se permite a los musulmanes purificarse con tierra o con una piedra; para hacerlo, se golpea ligeramente la tierra o la piedra con ambas manos y luego se sacude el exceso de polvo; a continuación, se frota la cara entera y luego, repitiendo la acción inicial, se frotan las manos y los brazos. Esto se llama tayammum.

Una vez purificado de esta manera, ya se puede hacer la oración ritual del Islam que se conoce como salat. El salat está compuesto de una serie de movimientos que se repiten en ciclos llamados rak’ats. Cada uno de estos ciclos tiene un momento en el que se está de pie, le sigue una reverencia, se vuelve a la posición original y luego se hacen dos postraciones entre las que uno se sienta brevemente. Para el musulmán, el salat es obligatorio cinco veces al día, y el número de rak’ats varía según la hora a la que se haga el salat.

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