La virgen Maria

Tolerancia en el cristianismo y el Islam (2/2) ¿Fue Jesús más tolerante que el Profeta Muhammad?

Por Redacción

En este artículo, veremos cómo de tolerantes han sido el cristianismo y el Islam hacia los seguidores de otras creencias y si verdaderamente Jesús era más tolerante que el Profeta Muhammad.

Tolerancia hacia los Seguidores de las Otras Religiones

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Jesús no pudo participar en la yihad para apoyar su causa. Solo podía llamar a Dios pacíficamente

Muchas personas afirman que el cristianismo ha sido más tolerante que el Islam al predicar y tratar con los seguidores de otras creencias en general y que Jesús fue más tolerante que el Profeta Muhammad.

Esas personas apoyan su alegación con las siguientes declaraciones atribuidas a Jesús en el Nuevo Testamento:

Y si en algún lugar no os recibieren ni os oyeren, salid de allí, y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies, para testimonio a ellos. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad. (Marcos 6:11).

Argumentan que ni Jesús ni su mensaje se enfrentaron a la por la fuerza o la violencia como lo hicieron el Islam y el Profeta Muhammad.

Sin embargo, podemos preguntar: ¿era el mensaje de Jesús puramente pacífico y totalmente libre de la yihad (esfuerzo)? La respuesta a esta pregunta puede deducirse de las siguientes declaraciones del mismo Jesús:

Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí. (Lucas 19:27)

No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. (Mateo 10:34-36)

Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra. ¿Cómo no reconocéis este tiempo? (Lucas 12: 49-53)

Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. (Juan 2: 13-17).

Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras. (2 Juan 9-11)

Los versículos anteriores indican que la idea de la yihad fue valorada por Jesús, pues toda causa necesita fuerzas para protegerla y defenderla. Pero, ¿era Jesús capaz de la yihad como era el Profeta Muhammad?

La respuesta es “no”, porque Jesús vivió bajo el dominio directo del Imperio Romano pagano y no tenía tantos seguidores que pudieran apoyarlo, protegerlo o defenderlo. Jesús sabía que sus discípulos lo negarían, lo dejarían caer y lo entregarían a su enemigo. El Nuevo Testamento cita a Jesús diciendo:

Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo. (Mateo 26: 31-35)

Por lo tanto, Jesús no pudo participar en la yihad para apoyar su causa. Solo podía llamar a Dios pacíficamente. No pensó ni por un momento en luchar contra la autoridad de la época. Según el Nuevo Testamento, llamó a la sumisión, entrega y obediencia a esta autoridad a pesar de que era pagana y no creía en Dios como la Divinidad o en él como profeta y mensajero o siquiera como un maestro y mesías.

Leemos:

Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, a fin de sorprenderle en alguna palabra, para entregarle al poder y autoridad del gobernador. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no? Mas él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César. Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Lucas 20: 20-25)

También leemos:

Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. (1 Pedro 2:17).

En lo que respecta al Profeta Muhammad, además de su predicación pacífica, se le ordenó preparar el mayor número posible de fuerzas armadas para defenderse y defender su causa. En este sentido, Dios dice en el Corán:

Preparad contra ellos todas las fuerzas y guarniciones de caballos que podáis; así atemorizaréis a los enemigos de Allah, que son también los vuestros, aparte de otros que no conocéis pero que Allah sí conoce. Lo que gastéis en el camino de Allah se os pagará con creces y no sufriréis ningún menoscabo. (Al-Anfal 8:60)

No solo se le ordenó al Profeta Muhammad participar en la yihad para defenderse y para defender su misión, sino que también se le ordenó animar a los creyentes a participar en la yihad con él. En el Corán, Dios dice:

Combate en el camino de Allah, no te exijas sino a ti mismo y anima a los creyentes; puede ser que Allah detenga la violencia de los que se niegan a creer. Y Allah tiene más violencia y Su castigo es más intenso. (An-Nisaa’ 4:84)

Dios también dice:

¡Profeta! Anima a los creyentes para que luchen. Si hay veinte de vosotros constantes podrán vencer a doscientos; y cien, vencerán a mil de los que no creen; porque ellos son gente que no comprende. (Al-Anfal 8:65)

A diferencia de los discípulos que fallaron a Jesús, los compañeros respondieron y defendieron al Profeta Muhammad con sus cuerpos y con sus propiedades. Acerca de eso, Dios dice en el Corán:

Aquéllos a los que dijo la gente: Los hombres se han reunido contra vosotros, tenedles miedo. Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: ¡Allah es suficiente para nosotros, qué excelente Guardián! Y regresaron con una gracia de Allah y favor, ningún mal les había tocado. Siguieron lo que complace a Allah y Allah es Dueño de un favor inmenso. Así es con vosotros el Shaytán, os atemoriza con sus amigos. Pero, si sois creyentes, no les temáis a ellos, temedme a Mí. (Aal ‘Imran 3: 173-175)

Así, Dios apoyó al Profeta Muhammad con seguidores tan fieles que lo protegieron y lo defendieron. En el Corán, Dios dice:

¡Profeta! Allah es Suficiente para ti junto con los creyentes que te sigan. (Al-Anfal 8:64)

También dice:

Y si quieren engañarte…Allah te basta. Él es Quien te ayudó con Su auxilio y con los creyentes. (Al-Anfal 8:62)

Por lo tanto, el Corán a menudo elogia a los Compañeros del Profeta Muhammad y les promete una gran recompensa. Por ejemplo, el Corán dice:

Y los que hayan creído y hayan emigrado y luchado en el camino de Allah, así como los que les hayan dado refugio y auxilio, éstos son los creyentes de verdad. Tendrán perdón y una generosa provisión. (Al-Anfal 8:74)

A pesar del poder que el Profeta Muhammad tuvo y del apoyo con grandes fuerzas militares de creyentes sinceros y fieles, el Profeta Muhammad permaneció tolerante incluso en la guerra y contra su enemigo politeísta.

El Profeta Muhammad prefería la paz y no iba a la guerra a menos que tuviera que hacerlo. Se le ordenó inclinarse a la paz siempre que el enemigo se inclinase hacia ella.

Pero si se inclinan por la paz, inclínate tú también y confíate a Allah. Él es Quien oye y Quien sabe. (Al-Anfal 8:61)

El Profeta Muhammad daba a los cautivos buen trato y los perdonaba y liberaba, obedeciendo a Dios, que dice:

¡Profeta! Di a los prisioneros que tengáis en vuestras manos: Si Allah sabe de algún bien en vuestros corazones, os concederá también algún bien de aquello que se os quitó y os perdonará. Allah es Perdonador y Compasivo. (Al-Anfal 8:70)

También dice:

Di a los que se niegan a creer que si cesan, les será perdonado lo que hayan hecho y esté consumado, pero si reinciden… Ya hay precedentes de cuál fue la práctica acostumbrada con los antiguos. (Al-Anfal 8:38)

Por último, se puede afirmar sin duda que Jesús no tuvo la oportunidad de participar en la yihad, ni Dios le permitió establecer un estado para él mismo y su misión donde la ley de Dios pudiera ser establecida. Por lo tanto, solo podía predicar pacíficamente.

Cuando se trata de tolerancia, es un gran error hacer una comparación entre Jesús y el Profeta Muhammad, o entre el mensaje de Jesús y el de Muhammad, a pesar de que creemos en ambos. Dios autorizó e incluso ordenó al Profeta Muhammad que participara en la yihad. Además, lo apoyó con seguidores fieles que lo defendieron y lo protegieron.

Así, el Profeta Muhammad fue capaz de predicar pacíficamente como Jesús, y lo que es más, fue apoyado con las fuerzas armadas necesarias para que pudiera defenderse a sí mismo y su misión y establecer un estado en el que pudiera establecer la ley de Dios.

Sin embargo, el Profeta Muhammad siempre mostró tolerancia. Pero fue la tolerancia del conquistador victorioso que elige ser tolerante en lugar de la tolerancia del heraldo sin brazo que fracasa y no tiene otra opción que ser tolerante debido a la falta de apoyo y protección.


Referencias:

  • El Glorioso Corán
  • 2- La Santa Biblia

Lea también:

Tolerancia en el cristianismo y el islam (1/2)

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