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Una forma de amar al Profeta es conocer su amor por nosotros

Por: Ayan Nur y Mariam Kandil

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Hay muchos caminos que uno puede tomar para amar al Profeta Muhammad ﷺ, pero una de las mejores formas es conocer su amor hacia nosotros.

Cómo amar más al Profeta

Hay muchos caminos que uno puede tomar para amar al Profeta Muhammad ﷺ, tales como conocer su carácter, los beneficios de amarlo, el perjuicio de no amarlo, etc.

Sin embargo, una de las mejores maneras de amar al Profeta Muhammad ﷺ es simplemente saber cuánto bien nos ha hecho por su amor y preocupación hacia nosotros. En este artículo mostraremos algunos casos de su amor hacia su ummah para aumentar nuestro amor hacia él.

Allah confirma que el Profeta Muhammad sufre cuando su ummah sufre, se preocupa por nosotros y quiere lo mejor para nosotros. Allah dice:

En verdad que os ha llegado un Mensajero salido de vosotros mismos; es penoso para él que sufráis algún mal, está empeñado en vosotros y con los creyentes es benévolo y compasivo”. (Tawba, 9:128)

El profeta Muhammad ﷺ guardó su última súplica para nosotros, sus seguidores, para el Día del Juicio, mientras que el resto de los profetas, que la paz y las bendiciones de Allah sean con ellos, utilizaron las suyos durante sus vidas. El Profeta Muhammad ﷺ dijo:

“Cada profeta tiene una invocación que Allah definitivamente cumple, y deseo, si Allah quiere, guardar mi invocación (especial) para que sea la intercesión de mis seguidores en el Día de la Resurrección”. (Al-Bujari)

El profeta Muhammad pidió por nosotros cada vez que hacía la oración. Aisha, que Allah esté complacido con ella, dijo:

Una vez vi al profeta ﷺ de muy buen humor, le dije: “Oh, Profeta de Allah, ruega a Allah por mí”. Entonces (hizo la siguiente súplica por ella): “Oh Allah, perdona a Aisha todas las deficiencias previas y futuras en las acciones internas y las externas”. Aisha dijo: “Sonreí, estaba tan feliz y reí tanto que mi cabeza cayó sobre el regazo del profeta”. Entonces dijo: “¿Estás contento por mi súplica?”. Ella respondió: “¿Y cómo podía no estar feliz por tu súplica?” Luego dijo: “Juro por Allah que esta es una súplica que hago por mi ummah, mis seguidores, en cada oración”. (Sahih Ibn Hibban)

El Profeta Muhammad ﷺ se sentirá feliz de conocerte, y de todos los que forman parte de su ummah. Abu Hurairah, que Allah esté complacido con él, dijo:

El Mensajero de Allah ﷺ fue al cementerio y dijo: “La paz sea con vosotros, morada de las personas creyentes. Si Allah quiere, nos uniremos con vosotros pronto. Ojalá hubiera visto a mis hermanos”. Dijeron: “Oh Mensajero de Allah, ¿no somos nosotros tus hermanos?”. Él dijo: “Vosotros sois mis compañeros. Mis hermanos son los que aún no han llegado. Y yo llegaré al Hawd antes que vosotros”. Dijeron: “Oh Mensajero de Allah, ¿cómo conoces quienes de tu Ummah que vendrán detrás de ti?”. Él dijo: “¿No creéis que si un hombre tiene un caballo blanco resplandeciente entre caballos que son de color negro oscuro, no reconocerá su caballo?”. Dijeron: “Por supuesto”. Él dijo: “Vendrán en el Día de Resurrección con rostros blancos y brillantes y manos y pies blancos resplandecientes a causa del Wudu, y yo llegaré al Hawd antes que ellos”. (An-Nasai)

Cuando las narraciones anteriores, y hay muchas otra, comiencen a penetrar en nuestros corazones, seguramente, si Dios quiere, aumentará nuestro amor por el Profeta Muhammad. Estos son algunos de los conmovedores ejemplos de aquellos que amaron al Profeta Muhammad ﷺ en gran medida.

Al final de la batalla de Uhud, muchos de los musulmanes murieron y el profeta ﷺ fue gravemente herido, en tal medida que se difundió la noticia de que murió cuando en realidad no lo había hecho. Después de terminar la batalla, algunas personas fueron enviadas a visitar a las familias de aquellos que habían muerto en la batalla. Uno de los casos más tristes y difíciles fue el caso de una mujer de la familia de Bani Dinar. Fue narrado por Ibn Kazir en su libro Al-Bidaayah Wan-nihaayah que la gente acudió a ella y le contó sobre el fallecimiento de su padre, hermano y esposo. Y para su sorpresa, su preocupación y pregunta fue: “¿Qué pasó con el Profeta de Allah?” Ellos respondieron: “Dios mío, oh madre de tal y tal. Él, por la gracia de Allah, está como tú desearías”. Entonces ella les pidió: “Llevadme a donde está para que yo pueda verlo”. Así que le señalaron y cuando vio al Profeta Muhammad (ﷺ) dijo: “Toda calamidad menos perderte es soportable”.

Incluso el árbol que el Profeta Muhammad ﷺ utilizaba para su discurso del viernes lo amaba. Yabir bin Abdullah, que Allah esté complacido con él, dijo:

El Profeta ﷺ solía pararse en el tocón de un árbol o de una de palmera datilera el viernes (para pronunciar su sermón). Entonces un hombre u mujer Ansari dijo. “¡Oh, Mensajero de Allah (ﷺ)! ¿Podemos hacerte un púlpito (mimbar)? Él respondió: “Si así lo queréis”. Así que le hicieron un púlpito y cuando fue viernes, se dirigió hacia el púlpito (para pronunciar el sermón). Cuando el profeta comenzó su Jutba, toda la mezquita escuchó el llanto de un bebé, un llanto severo, pero no había bebés. El Profeta ﷺ descendió (del púlpito) y abrazó el tronco del árbol mientras continuaba gimiendo como un niño que se calma. El Profeta (ﷺ) dijo: “Estaba llorando por (perder) lo que solía escuchar acerca del conocimiento religioso cerca de él”. (Al-Bujari)

Fue narrado en Siyar ‘alaam An-Nubalaa’ que el Imam Al-Hasan Al-Basri solía llorar cuando narraba un hadiz similar y decía:

“Oh siervos de Allah, la madera anhela la reunión con Profeta Muhammad ﷺ. Sin embargo, vosotros tenéis más derecho a esperar encontrarlo”.

Ruego a Allah que nos conceda Su amor y el amor a Su Mensajero, el amor de aquellos que lo aman y el amor de las cosas que nos llevan a Su amor.

 


Fuente: https://muslimmatters.org Editado por Islam for Christians

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