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Los profetas más importantes en el cristianismo y en el Islam: El Profeta Muhammad

Muhammad

Muhammad es el último mensajero y profeta

Muhammad es considerado el último mensajero y profeta, quien vino con una revelación y una ley que un gran número de personas sigue, desde la ascensión de Jesús hasta el final de los tiempos.

Los seguidores del Profeta Muhammad son actualmente los más numerosos junto a los cristianos. Su mensaje va en aumento desde su época hasta el Día del Juicio.

Aunque la mayoría de los judíos y los cristianos no creen en el Profeta Muhammad, esto no ha afectado al hecho de que su profecía se ha establecido como por todas las escrituras sagradas, incluyendo la Biblia y el Corán.

¿Profetizó la Biblia al Profeta Muhammad?

Como regla general, un profeta no tiene porque ser mencionado por su nombre o descripción en las escrituras anteriores. Esto se aplica al Profeta Muhammad y a otros profetas.

Por ejemplo, ni el Antiguo Testamento ni los textos sagrados anteriores indican que el Profeta Moisés fuera mencionado por nombre o descripción en ninguna de las escrituras previas. Del mismo modo, el Antiguo Testamento no hace ninguna mención inequívoca de Jesús ni por nombre ni por descripción.

Además, la Biblia, el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, no representan la Torah o el Inyil revelados a Moisés y Jesús respectivamente. Más bien, contienen interpolaciones no identificables de las palabras del hombre y omisiones de las palabras de Dios.

La pruebas de la distorsión de la Biblia están más allá del alcance de este artículo. Sin embargo, hay numerosas pruebas de ello en otros artículos en nuestro sitio web.

Basta con decir que el Antiguo Testamento puede no considerarse la Torá dada su transformación en un libro trascendental, discriminatorio y racista que promociona injustamente la superioridad de los hijos de Israel sobre todas las demás naciones.

Del mismo modo, el Nuevo Testamento no puede considerarse el Inyil por su transformación en una antología de escritos politeístas paganos que promueven el culto a falsos dioses junto con Dios, en contradicción con todos los mensajes divinos.

¿Qué dice el Corán sobre la mención del Profeta Muhammad en la Torá y el Inyil?

El Corán nos dice que el Profeta Muhammad fue mencionado por su nombre y descripción en las escrituras sagradas anteriores, la Torá y el Inyil. En cuanto a la Torá, el Corán confirma en el siguiente versículo que en ella se encuentran descripciones del Profeta Muhammad:

Esos que siguen al Mensajero, el Profeta iletrado, al que encuentran descrito en la Torá y en el Inyil, y que les ordena lo reconocido y les prohíbe lo reprobable, les hace lícitas las cosas buenas e ilícitas las malas y los libera de las cargas y de las cadenas que pesaban sobre ellos. Y aquellos que creen en él, le honran, le ayudan y siguen la luz que fue descendida con él; ésos son los afortunados. (Al-A’raf 7:157)

El Corán cita a Jesús profetizando y mencionando al Profeta Muhammad por su nombre “Ahmad”. En el Corán, leemos:

Y cuando dijo Isa, hijo de Maryam: ¡Hijos de Israel! Yo soy el mensajero de Allah para vosotros, para confirmar la Torá que había antes de mí y para anunciar a un mensajero que ha de venir después de mí cuyo nombre es Ahmad. Pero cuando fue a ellos con las pruebas evidentes, dijeron: Esto es pura magia. (As-Saff 61: 6)

El Corán incluso nos dice que las descripciones de los Compañeros del Profeta Muhammad fueron dadas en la Torá y el Inyil. Leemos:

Muhammad es el mensajero de Allah, los que están con él son duros con los incrédulos y compasivos entre ellos, los ves inclinados y postrados buscando favor de Allah y aceptación, y en sus caras llevan la huella de la postración; así son descritos en la Torá. Y su descripción en el Inyil es que son como una semilla que echa su brote, lo fortalece, cobra grosor y toma forma completa sobre su tallo maravillando a los sembradores. Para con ellos indignar a los incrédulos. Allah ha prometido a los que de ellos crean y practiquen las acciones de bien un perdón y una enorme recompensa. (Al-Fath 48:29)

Profecías bíblicas sobre el Profeta Muhammad

Aunque la mayoría de las profecías sobre el Profeta Muhammad y sus Compañeros en la Torá y el Inyil fueron borradas, todavía encontramos algunas profecías en la Biblia que presuntamente, pues no todos los contenidos de la Biblia pueden ser verificados como el palabras de Dios, se aplican al Profeta Muhammad.

Por ejemplo, acerca del profeta Muhammad, el Nuevo Testamento nos dice que en tiempos de Jesús la gente esperaba a un mesías y a un profeta sin mencionar a Elías. Es por eso que le preguntaron a Juan el Bautista si él era el profeta, y él respondió con una negativa. Es posible que hubiera una profecía bíblica acerca del Profeta Muhammad, ya que ningún profeta fue enviado desde ese momento excepto él.

En el Nuevo Testamento leemos:

“Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No. Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?” (Juan 1: 19-25)

Sobre el analfabetismo del Profeta Muhammad, leemos como una probable profecía en la Biblia:

” Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer”. (Isaías 29:12)

El versículo bíblico anterior puede ser idéntico a la siguiente situación en la historia del comienzo de la revelación. Aisha, la madre de los creyentes, narró que mientras el Profeta Muhammad estaba en la Cueva de Hira, el ángel vino a él y le pidió que leyera. El Profeta le respondió: “No sé leer”. El Profeta añadió: “El ángel me atrapó (fuertemente) y me apretó tanto que no podía soportarlo más. Luego me soltó y otra vez me pidió que leyera y le respondí: ‘No sé leer’. ‘Entonces me agarró de nuevo y me apretó una segunda vez hasta que no pude soportarlo más. Luego me soltó y otra vez me pidió que leyera, pero de nuevo le respondí: ‘No sé leer (o qué voy a leer)’. Entonces me cogió por tercera vez y me presionó, y luego me soltó y dijo: ‘¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado! Ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso!’”. (Al-‘Alaq 96:1-3) (Al-Bujari)

Como una posible referencia al Profeta de ordenar lo que es correcto, prohibir lo que está mal, hacer lícitas las cosas buenas y prohibir las malas, leemos:

“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare”. (Deuteronomio 18: 15-18)

También leemos:

“He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley”. (Isaías 42: 1-4)

Leemos además:

“Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. (Juan 16: 7-13)

En cuanto a aliviar a la gente de las cargas y cadenas, el Profeta Muhammad pudo haber sido la piedra que la Biblia profetizó que destruiría los ídolos como una metáfora para combatir la idolatría, rompiendo su yugo y difundiendo el monoteísmo. Sobre eso, en la Biblia, leemos:

“Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra. Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey”. (Daniel 2: 31-36)

En cuanto a la buena noticia de un mensajero llamado “Ahmad”, no encontramos numerosas buenas nuevas explícitamente en el Nuevo Testamento. Esto es bastante predecible. Dado que los clérigos del cristianismo han dividido a Dios en tres partes, conocidas como “la Santísima Trinidad”, ¿es extraño que borren la mención del Profeta Muhammad en los textos sagrados restantes?

Sin embargo, las palabras “Consolador” (paraklētos) y “Espíritu de Verdad” contenidas en los siguientes versículos pueden referirse al Profeta Muhammad. Leemos:

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. (Juan 14: 16-18).

También leemos:

“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. (Juan 15:26)

¿Dijo Jesús que no habría profeta después de él?

A pesar de lo anterior, aunque Jesús no profetizó explícitamente al Profeta Muhammad en la Biblia que perdura en la actualidad, no negó su misión profética en particular o la misión de un profeta después de él en general.

Más bien, advirtió contra esos falsos profetas que aparecerían por todas partes y distinguió entre ellos y los verdaderos profetas. Sobre eso, leemos en el Nuevo Testamento:

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”. (Mateo 7: 15-20)

El Profeta Muhammad en el Corán

Hay versos en el Corán que confirman la profecía de Muhammad por un lado y la divinidad de la fuente del Corán por el otro.

El Corán hace hincapié en la misión del Profeta Muhammad como la extensión final de las de los profetas anteriores y hace obligatorio creer en los profetas y las escrituras enviadas a ellos junto con la creencia en el Profeta Muhammad y el Corán sin discriminación. Por ejemplo, leemos:

El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él). Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: “No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros”. Y dicen: Oímos y obedecemos, (danos) Tu perdón Señor nuestro, y hacia Ti es el retorno. (Al-Baqarah 2: 285)

El Corán no implica la deificación del profeta Muhammad como en el caso de la Biblia.

Encontramos frecuentemente la reafirmación de la profecía de Muhammad. Por ejemplo, leemos:

El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él). Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: “No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros”. Y dicen: Oímos y obedecemos, (danos) Tu perdón Señor nuestro, y hacia Ti es el retorno. (Aal Imran 3: 144)

La mención del Profeta Muhammad en el Corán suele asociarse con la afirmación de la unidad de Dios, además de la reafirmación del Profeta y la sumisión la cual está destinada a todas las naciones todo momento y en todo lugar desde el momento en el que fue enviado a la humanidad y hasta el Juicio Día. Por ejemplo, leemos:

Di: ¡Hombres! Es cierto que yo soy para vosotros el Mensajero de Allah, a Quien pertenece la soberanía de los cielos y la tierra. No hay dios sino Él, da la vida y da la muerte; así que creed en Él y en Su Mensajero, el Profeta iletrado que cree en Allah y en Sus palabras y seguidle para que tal vez os guiéis. (Al-A’raf 7: 158)

También leemos:

Antes de ti no enviamos ningún mensajero al que no le fuera inspirado: No hay dios excepto Yo. ¡Adoradme! (Al-Anbiya’ 21:25)

Encontramos un retrato claro del Profeta Muhammad sin exageración ni confusión. En el Corán, se le describe, por ejemplo, como el mensajero de Dios, el último de los profetas, testigo, portador de buenas nuevas, advertidor, llamador a Dios, lámpara que difunde la luz y profeta iletrado. Por ejemplo, leemos:

Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino que es el Mensajero de Allah y el sello de los profetas. Y Allah es Conocedor de todas las cosas. (Al-Ahzab 33: 40)

También leemos:

¡Oh Profeta! Es verdad que te hemos enviado como testigo, anunciador de buenas nuevas y advertidor. Y para llamar a Allah con Su permiso y como una lámpara luminosa. (Al-Ahzab 33: 45-46)

Leemos además:

Él es Quien ha hecho surgir para los iletrados un Mensajero que es uno de ellos; y que les recita Sus signos, los purifica y les enseña el Libro y la sabiduría, cuando antes estaban en un claro extravío. (Al-Yumu’a 62: 2)


Referencias:

  1. El Glorioso Corán
  2. La Santa Biblia

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