Aspectos profundos sobre el salat

salat mezquita

El salat en grupo es veintisiete veces mejor que el salat individual.

Hay un célebre hadiz del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, que especifica que, para los hombres, el salat en grupo es veintisiete veces mejor que el salat individual. (Sa’id ibn Mansur). Es obvio que la forma original de entender esta declaración se refiere a la oración comunitaria que se hace detrás del imam en la mezquita. A las mujeres no se les exige rezar en la mezquita, aunque pueden hacerlo si lo desean. Esta importancia que se confiere al hecho de que los hombres hagan el salat detrás del imam en la mezquita es la razón de que el Imam Malik, siguiendo la práctica de las primeras generaciones de Madina, y el Imam Abu Hanifa, prohibiesen que la gente hiciese otro grupo para hacer la oración en la mezquita si ya se había hecho detrás del imam la que correspondía a un tiempo determinado.

Imam Malik dijo que, en los tiempos posteriores, el Islam sería correcto si se hacía lo que le hizo ser correcto al principio, y no cabe duda que establecer el salat de la manera que lo estableció la primera comunidad, es el paso primero y necesario para establecer Islam. Si no se pone el mástil principal, es un mero voluntarismo pensar que la estructura del Islam puede levantarse.

La actitud de la primera comunidad con respecto a esta cuestión queda de sobra manifiesta con las palabras del gran Compañero ‘Abdullah ibn Mas’ud, que dijo:

“Quien mañana desee encontrarse con Allah como musulmán, debe velar por estas cinco oraciones cuando oiga su llamada. Allah dictó a Su Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, todas las normas que contiene la guía, y el establecimiento de la oración es una de ellas. Si hacéis la oración en vuestras casas, como hace todo aquel que no viene a la mezquita, habréis abandonado la Sunna de vuestro Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz. Si abandonáis la Sunna de vuestro Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, jamás seréis guiados. Habéis visto y comprobado que nadie ha dejado de venir al salat en la mezquita excepto los hipócritas, cuya hipocresía es bien conocida, o los que estaban enfermos. Había gente que venía a la mezquita llevados por dos hombres que lo sujetaban hasta que estaban alineados en las filas”. (Sahih Muslim).

En varios hadices del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, pueden encontrarse más pruebas de las ramificaciones del salat y de cómo llega hasta la esfera social:

“Al-Bara’ ibn ‘Aziz dijo: ‘El Mensajero de Allah, a quien Allah bendiga y conceda paz, solía pasar de un extremo a otro de las filas corrigiendo la postura de los pechos y los hombros. Y decía. ‘No estéis desunidos o vuestros corazones estarán desunidos’. Y también solía decir: ‘Allah y Sus ángeles bendicen la primera fila’”. (Ahmad ibn Hanbal, Abu Dawud and an-Nasa’i).

Ibn ‘Umar transmitió que el Mensajero de Allah, a quien Allah bendiga y conceda paz, dijo: “Haced las filas rectas, juntaos hombro con hombro y cerrad los huecos. Haced sitio a vuestros hermanos, pero no dejéis abertura alguna para el Shaytan. Allah se conectará con el que conecta la fila y se separará del que cause una desunión en la fila”. (Ahmad, Abu Dawud, at-Tabarani y al-Bayhaqi).

Estos hadices y otros similares no sólo nos dicen cómo debemos comportarnos en el salat –algo que sin duda describen– sino que también indican que, la forma en la que la gente la hace, es una especie de cota de referencia en sus vidas, como individuos y como comunidad. El salat es un reflejo en miniatura de la vida de la gente como un todo. Vivimos como rezamos. Y esto es un aspecto esencial del salat porque si reflexionas con honestidad sobre tu forma de rezar, aprenderás mucho sobre ti mismo. ¿Lo haces a su hora y si no, por qué? ¿Cuál es tu comportamiento físico, demasiado rígido o demasiado blando? ¿Cuál es tu grado de concentración y qué es lo que más te distrae cuando lo haces?

Estas y otras cuestiones, que pueden estudiarse con detalle, dicen mucho sobre tu vida como un todo. Y más que dar una mera perspectiva sobre tu propio estado y el de toda la comunidad, proporciona también la posibilidad de hacer algo con las cosas que no son como que deberían ser. Y también funciona a la inversa. Si se corrigen defectos o desequilibrios al nivel microscópico de la oración, no superficialmente, sino yendo al origen del problema y confrontándolo, podrá descubrirse que, al nivel macroscópico de la vida cotidiana, ese mismo defecto o desequilibrio que se manifestaba en el salat, también desaparecerá. Este es uno de los muchos beneficios que pueden obtenerse de ese regalo de valor incalculable que Allah ha dado a la raza humana.

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