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Breve historia de Jesús, la paz sea con él

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Jesús fue uno de los más grandes profetas de Dios, y fue enviado a los Hijos de Israel con el fin de confirmar las enseñanzas de su predecesor, el Profeta Moisés.

Al relatar la historia de Jesús, el Corán describe cómo María, la madre de Jesús, fue visitada por un ángel de Dios, que le llevó la buena nueva que nunca había imaginado: que ella daría a luz a un niño, el Mesías, que sería de los justos y un profeta de Dios, que llamaría a los Hijos de Israel (los israelitas) hacia el camino recto de Dios.

“Y cuando los Ángeles dijeron: ¡Oh, María! Allah te albricia con Su Palabra [¡Sé!] Su nombre será el Mesías Jesús, hijo de María. Será distinguido en esta vida y en la otra, y se contará entre los más próximos a Allah. Hablará a los hombres en la cuna y de adulto, y se contará entre los virtuosos.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:45-46)

Para María, naturalmente, esta noticia fue a la vez extraña y aparentemente imposible.

“Dijo: ¡Oh, Señor mío! ¿Cómo podré tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre? Le respondió: ¡Así será! Allah crea lo que quiere. Cuando decide algo, sólo dice: ¡Sé!, y es. Él le enseñará la escritura, le concederá la sabiduría, le enseñará la Torá y el Evangelio.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:47-48)

La naturaleza misma de Jesús es tan especial, que Dios compara la singularidad de Su creación con la del primer hombre y profeta: Adán.

“Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Allah es semejante al de Adán, a quien creó de barro y luego le dijo: ¡Sé!, y fue.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:59)

Jesús y Sus Milagros

Jesús se convirtió en uno de los más grandes profetas de Dios, y fue enviado a los Hijos de Israel con el fin de confirmar las enseñanzas de su predecesor, el Profeta Moisés. Su nacimiento fue un milagro, y como a todos los profetas de Dios, se le concedió la realización de milagros. Jesús se dirigió a su pueblo diciéndoles:

“Os he traído un signo de vuestro Señor. Haré para vosotros con barro la forma de un pájaro. Luego soplaré en él, y con el permiso de Allah, tendrá vida. Con el consentimiento de Allah, curaré al ciego de nacimiento y al leproso, y resucitaré a los muertos. Os informaré de lo que coméis y de lo que almacenáis en vuestras casas. Ciertamente tenéis en ello un signo si sois creyentes. He venido para confirmaros lo que os había llegado anteriormente en la Torá y para haceros lícitas algunas de las cosas que se os habían prohibido. Y os he traído un signo de vuestro Señor. Temed a Allah y obedecedme. Allah es mi Señor y el vuestro. Adoradle, pues. Éste es el sendero recto.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:49-51)

Los Seguidores de Jesús

El Corán continúa la historia de Jesús relatando varios incidentes de su vida y de sus discípulos.

“Y cuando Jesús advirtió la incredulidad de su pueblo, dijo: ¿Quiénes me ayudarán en mi misión de transmitir el Mensaje de Allah? Dijeron sus discípulos: Nosotros te ayudaremos. Creemos en Allah. Atestigua [¡Oh, Jesús!] que a Él nos sometemos. ¡Señor nuestro! Creemos en lo que has revelado y seguimos a Tú Mensajero. Cuéntanos, pues, entre los que dan testimonio de fe.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:52-53)

En otro incidente, del cual toma su nombre una surah entera del Corán (Surah Al Ma’ida o La Mesa Servida), los discípulos de Jesús le pidieron otro milagro.

“Y cuando éstos dijeron: ¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Puede tu Señor hacernos descender del cielo una mesa servida? Respondió: Temed a Allah, si sois creyentes. Dijeron: Queremos comer de ella para que nuestros corazones se sosieguen, saber que nos has dicho la verdad y poder ser testigos de ella. Dijo Jesús hijo de María: ¡Oh, Allah, Señor nuestro! Desciéndenos del cielo una mesa servida que sea para nosotros una conmemoración, tanto para los primeros como para los últimos [de nuestra nación], y un signo proveniente de Ti. Y susténtanos, pues Tú eres el mejor de los sustentadores.’” (Corán, Surat Al-Ma’ida, 5:112-114)

Dios les envió la mesa que habían pedido, mas no sin una advertencia.

“Dijo Allah: Os la haré descender, mas quien de vosotros después de esto no crea, le castigaré como no he castigado a nadie.” (Corán, Surat Al-Ma’ida, 5:115)

Todo esto forma parte de la historia de Jesús, la paz sea con él.

¿El Final de la Historia?

La historia de Jesús nunca termina realmente en el Corán, pues se nos dice que Jesús no murió, sino que Dios elevó a Su querido Profeta hacia Él.

“Cuando Allah dijo: ¡Oh, Jesús! Te tomaré y te ascenderé hacia Mí. Te libraré de los incrédulos y haré prevalecer a los que te han seguido por encima de los incrédulos hasta el Día de la Resurrección. Luego, volveréis a Mí y juzgaré entre vosotros sobre lo que discrepabais. A los incrédulos los castigaré severamente en esta vida y en la otra, y no tendrán salvadores. En cuanto a los creyentes que obren rectamente, Allah les dará su recompensa debidamente. Y Allah no ama a los inicuos.” (Corán, Surat Aal-Imran, 3:55-57)

El Corán también señala que Jesús no fue asesinado ni crucificado. Hablando de los Hijos de Israel, Dios contradice sus acusaciones contra María, así como su pretensión de haber matado a Jesús.

“Tampoco creyeron [en el Mesías] y manifestaron contra María una calumnia gravísima [acusándola de inmoral]. Y dijeron: Hemos matado al Mesías, Jesús hijo de María, el Mensajero de Allah. Pero no le mataron ni le crucificaron, sino que se les hizo confundir con otro a quien mataron en su lugar. Quienes discrepan sobre él tienen dudas al respecto. No tienen conocimiento certero, sino que siguen suposiciones, y ciertamente no lo mataron. Allah lo ascendió al cielo [en cuerpo y alma]. Allah es Poderoso, Sabio.” (Corán, Surat An-Nisaa, 4:156-158)

Así es cómo se conoce la historia de Jesús según el Corán que, además confirma, que Jesús fue elevado por Dios, y el Profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, nos aseguró que Jesús será enviado de nuevo a la Tierra antes del Día del Juicio. En un dicho del Profeta Muhammad, narrado por Abu Hurairah, el Profeta dijo:

“Por Aquel en Cuyas manos está mi alma, verdaderamente que el hijo de María descenderá pronto entre vosotros como juez recto y romperá la cruz, matará al cerdo, y abolirá la yiziah (tributo), y la riqueza será tan abundante que nadie la aceptará, hasta que una sola postración será mejor que el mundo y todo lo que hay en él.” (Sahih Al-Bujari)

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