Los profetas más importantes entre el cristianismo y el Islam: El Profeta Adán

profeta Adan

En el cristianismo, Adán es conocido por el pecado original, pero el Islam es mucho más justo

Los retratos de los profetas en los diversos mensajes celestiales, incluyendo el judaísmo, el cristianismo y el islam, tienen muchas similitudes.

No es de extrañar, son mensajes, aunque varios, de una sola fe. Es la verdadera religión de Dios, para todo momento y todo lugar.

Sin embargo, la imagen de algún profeta difiere de un mensaje a otro debido, en ocasiones, a la cantidad de detalles de su vida, lo cual es aceptable, y en otras a la distorsión que han sufrido los mensajes anteriores, en los que los profetas son descritos ilógicamente, por no mencionar su incongruencia con el resto de mensajes divinos.

Por eso consideramos necesario poner de relieve las vidas y los mensajes de los profetas de Dios para dibujar los verdaderos retratos de esos profetas y absolverlos de las mentiras y falsedades que se les han atribuido.

El Profeta Adán

La vida del Profeta Adán se puede dividir en tres fases: primero, la creación y el honor; segundo, desobediencia y pecado; y en tercer lugar, la fase posterior al pecado.

En cuanto a la primera fase —la creación y el honor—, no difiere demasiado en las diversas Escrituras Divinas. En cuanto a la segunda fase —la desobediencia y el pecado—, aquí hay algunas diferencias sobre en las Sagradas Escrituras. En cuanto a la tercera fase —la fase posterior al pecado— hay diferencias fundamentales entre las diversas Escrituras Sagradas.

El Profeta Adán en el cristianismo

El cristianismo no considera a Adán profeta, sino solamente el antepasado de los profetas.

En la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento, el cristianismo confirma el honor dado a Adán después de su creación. Sobre esto, leemos: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado”. (Génesis 2: 7-8).

En cuanto a la segunda fase —la desobediencia y el pecado— observamos que el árbol del que Adán tenía prohibido comer era el llamado “árbol del conocimiento del bien y del mal”. En el Antiguo Testamento leemos: “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. (Génesis 2:17)

También observamos que la razón de la prohibición de comer era el temor de que el hombre pudiera conocer el bien y el mal y por consiguiente comer del “árbol de la vida” y vivir para siempre. En el Antiguo Testamento leemos: “Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado”. (Génesis 3: 22-23)

Vale la pena señalar que Eva es culpada mucho más que Adán por la desobediencia y el pecado en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, leemos: “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí”. (Génesis 3: 11-13).

En el Nuevo Testamento, leemos: “Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. (1 Timoteo 2: 13-14)

En cuanto a la tercera fase, la fase posterior al pecado, percibimos que está llena de repercusiones del pecado de Adán, ya que se considera una etapa de caída y expulsión. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, leemos:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. (Génesis 3: 15-19)

Las repercusiones declaradas son mucho más serias en el Nuevo Testamento que en el Antiguo Testamento. Adán es considerado la causa de la muerte como resultado del llamado “Pecado Original”, del cual no hay salida, excepto la creencia en Jesús, en quien existe la vida, siendo semidiós y semihombre.

En el Nuevo Testamento, por ejemplo, leemos: “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”. (1 Corintios 15:22)

También leemos: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”. (1 Corintios 15:45)

Profeta Adán en el Islam

Adán, el padre de la humanidad, es considerado el primero de los profetas de Dios en el Islam. Abu Omamah relató que un hombre se preguntó: “Oh Mensajero de Dios, ¿era Adán profeta?” Él respondió: “Sí, era un bien informado y bien dirigido …” (Ibn Hibban, At-Tabarani y Al-Hakim )

El Islam confirma el honor dado a Adán en la primera fase. Además, el Corán relata que Dios ordenó a los ángeles que se postraran ante Adán. En el Corán, leemos:

Y cuando dijimos a los ángeles: ¡Postraos ante Adam! Se postraron todos menos Iblis que se negó, se llenó de soberbia y fue de los rebeldes. (Al-Baqarah 2:34)

En cuanto a la segunda fase, que es la fase del pecado, el Corán nos dice que Adán ya había sido prohibido seguir a Satanás incluso antes de pecar, pero Adán, por desgracia, lo hizo. Por eso fue expulsado.

El Corán no menciona el supuesto “árbol del conocimiento del bien y del mal”. En cuanto al “árbol de la vida”, el Corán indica que fue algo que susurró Satanás, a diferencia de la Biblia que alega que en realidad había algo llamado “árbol de la vida”. En el Corán, leemos:

Y dijimos: ¡Adam! Realmente él es un enemigo para ti y para tu pareja, que no os saque del Jardín pues conocerías la penalidad. Verdaderamente en él no sentirás ni hambre ni desnudez. Ni tampoco sufrirás la sed y el calor. Pero el Shaytán le susurró diciéndole: ¡Adam! ¿Quieres que te diga cuál es el árbol de la inmortalidad y un dominio que no se acaba? (Ta-ha 20: 117-120)

A diferencia de la Biblia, nos damos cuenta de que la culpa se reparte en el Corán a veces a Adán solo ya veces a sí mismo ya su esposa en pie de igualdad. Así, en el Corán, no se atribuye culpa a Eva sola por el pecado.

A diferencia de la Biblia también, no hay incitación de enemistad o rencor entre Adán y Eva en el Corán. Leemos:

Pero el Shaytán le susurró diciéndole: ¡Adam! ¿Quieres que te diga cuál es el árbol de la inmortalidad y un dominio que no se acaba? Y ambos comieron de él. Entonces se les mostraron sus partes pudendas y comenzaron a taparse con hojas del Jardín. Adam desobedeció a su Señor y malogró (lo que tenía). (Ta-ha 20: 120 – 121)

En cuanto a la tercera fase, es decir, la fase posterior al pecado, es muy diferente en el Corán de la Biblia. En el Islam, es una etapa de arrepentimiento, guía y selección. El Corán nos dice que Adán aceptó el arrepentimiento de Adán gracias a palabras que él mismo inspiró a Adán. Leemos:

Luego Adam, recibió palabras inspiradas por su Señor, que se volvió a él; es verdad que Él es el que se vuelve en favor de Sus siervos, el Compasivo. (Al-Baqarah 2:37)

El Corán también nos informa que Dios no sólo aceptó el arrepentimiento de Adán, sino que también lo guió y lo seleccionó. Leemos:

Y ambos comieron de él. Entonces se les mostraron sus partes pudendas y comenzaron a taparse con hojas del Jardín. Adam desobedeció a su Señor y malogró (lo que tenía). Luego su Señor lo escogió, se volvió sobre él y lo guió. (Ta-ha 20: 121 – 122)

También leemos:

Allah eligió a Adam, a Nuh, a la familia de Ibrahim y a la familia de Imrán por encima de los mundos. (Aal Imran 3:33)

Según el Islam, las complicaciones del pecado de Adán no fueron más allá, a excepción de una advertencia frecuente en el Corán de Dios a la descendencia de Adán contra la repetición del pecado cometido por los padres de la humanidad: Adán y Eva. Por ejemplo, leemos:

¡Hijos de Adam! Que no os soliviante el Shaytán del mismo modo que logró que vuestros padres salieran del Jardín despojándolos de su vestido para que fueran conscientes de sus vergüenzas.

Él y los suyos os ven desde donde no los veis. Hemos hecho a los demonios aliados de los que no creen. (Al-A’raf 7:27)


Referencias:

1 El Corán Glorioso

2 Sahih Ibn Hibban

3 La Santa Biblia

4 st-takla.org

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