La virgen Maria

El cambio de la Qibla

qibla

El cambio de Qibla implicaba numerosos intereses religiosos y mundanos

El Profeta Muhammad (la paz sea con él) emigró de Meca a Medina para sobrevivir a la incredulidad, el politeísmo y la persecución y encontrar un entorno más amplio, vasto y fértil, Medina.

Yazrib (antiguo nombre de Medina), abarcaba una sociedad plural, integrada por las tribus de Al-Aws y Al-Jazray, conocidos más tarde como Al-Ansar (“los que ayudan) y varias tribus y clanes judíos.

Esta nueva patria, que alojó al profeta Muhammad, así como su misión, era un terreno fértil para el mensaje del Islam y la causa monoteísta, y el mensaje logró atraer a la mayoría de los miembros de Al-Aws y Al-Jazray. El profeta Muhammad deseaba la conversión de los Judíos al Islam, para que Medina fuese una sociedad totalmente musulmana.

Sin embargo, por desgracia, el deseo del profeta Muhammad no se cumplió ni sus grandes esfuerzos lograron los resultados deseados. En su lugar, se enfrentó con la misma incredulidad y obstinación que las expresadas por los paganos de Meca a pesar de los esfuerzos de acercamiento y de construir puentes entre ambos que hizo.

El Profeta Muhammad estableció el primer Estado basado en la religión(1), que permitió la pluralidad religiosa, cultural y étnica y aseguró todos los derechos y libertades mediante la elaboración de la Carta de Medina, considerada como una de las primeras constituciones, plural y justa, que no ha tenido igual hasta hace muy poco tiempo, es decir, después de muchos siglos de persecución religiosa, extremismo y fanatismo.

El Profeta no tenía ninguna obligación de elaborar esta carta, simplemente porque esa tolerancia no era común en el momento, en que la lógica del diálogo no estaba reconocida y solo se aplicaba la lógica del poder y la dominación.

A pesar de los logros religiosos y mundanos conseguidos por los Judíos, no dieron ninguna respuesta alentadora a la llamada del profeta Muhammad al Islam. Incluso mal entendieron la clemencia, indulgencia y tolerancias mostradas por el profeta Muhammad como señal de apaciguamiento. Por esta razón estaban muy satisfechos con la adopción de Jerusalén como Qibla (la dirección hacia la que se realiza la oración) por parte de los musulmanes. Ellos pensaron que se trataba de una muestra de subordinación a su fe y de reconocimiento implícito de la superioridad judía por parte del Islam y los musulmanes. Como resultado, los Judíos persistieron en su soberbia y arrogancia.

Aunque el Profeta solía realizar la oración hacia Jerusalén mientras se encontraba en Meca, también se dirigía a la Kaaba, ya que ésta se encontraba en la misma dirección que Jerusalén. Sin embargo, cuando emigró a Medina, ya no podía dirigirse a la Kaaba y Jerusalén al mismo tiempo, lo que agravaba los sentimientos de tristeza y dolor del profeta Muhammad, y la agonía impulsada por la nostalgia y el distanciamiento.

Por lo tanto, el profeta Muhammad deseaba dirigirse a la Kabah al rezar y tomarla como Qibla como una especie de mitigación y alivio, y con el deseo de distinguirse de los Judíos que solo mostraban arrogancia y obstinación cuando el Profeta se dirigía a su Qibla.

Por lo tanto, el Profeta estaba dispuesto a declarar la independencia y distinción del Islam de los Judíos como una forma de disuadirles y hacer que se sintieran equivocados y engañados.

En este sentido, Dios dice en el Corán:

Te hemos visto mirar al cielo con insistencia y vamos a darte una dirección que te satisfaga: vuelve tu rostro hacia la Mezquita Inviolable y vosotros, dondequiera que estéis, volvedlo en dirección a ella. Los que recibieron el Libro saben que es la verdad procedente de tu Señor.

Y Allah no está inadvertido de lo que hacen. (Al-Baqarah 2: 144)

Los Judíos se tomaron el cambio de la Qibla como una bofetada muy fuerte, que les hizo sentirse equivocados y humillados hasta el punto de que pidieron al Profeta que se dirigiera a su Qibla de nuevo. Sin embargo, Dios le advirtió en contra de eso; dice el Corán:

Los que recibieron el Libro no seguirán la dirección hacia la que miras aunque vayas a ellos con toda clase de signos prodigiosos; ni tú vas a seguir la suya ni ninguno de ellos seguirá la de los otros.

Si siguieras sus deseos después del conocimiento que te ha venido, serías de los injustos. (Al-Baqarah 2: 145)

Aunque el cambio de la Qibla no era un asunto fácil o sencillo, por el escepticismo que conllevó y la apostasía de un pequeño número de musulmanes sin creencia, se trataban de intereses religiosos y mundanos de suma importancia, que escondía bendiciones camufladas. A este respecto, Dios dice:

Y la dirección a la que te volvías, la establecimos para saber quién seguiría al Mensajero y quién se volvería atrás. Esto sólo es difícil para aquéllos a los que Allah no ha guiado. (Al-Baqarah 2: 143)

La comunidad musulmana estaba en una etapa de construcción y creación y en extrema necesidad de cambios e implementaciones graduales que no podrían tener lugar sin una vacuna efectiva que podría dar a esta fuerte comunidad naciente inmunidad frente a movimientos bruscos y fluctuaciones, concederle un propósito cristalino y, al mismo tiempo, distinguir a los fieles de los infieles.

Cabe señalar que las revelaciones que descendieron en Meca se circunscriben principalmente a la llamada al monoteísmo. Las reglas islámicas no se establecieron en Meca. Los primeros musulmanes no estaban acostumbrados a la derogación, modificación o alteración. La mayor parte de los preceptos islámicos fueron revelados en Medina. La gradación en la legislación requiere la derogación y sustitución de algunas leyes por otras.

El cambio de la Qibla fue el primer caso de abrogación en la legislación islámica y el Corán. Se desacreditó a los hipócritas y a los desviados. Posteriormente, la comunidad musulmana se hizo más fuerte, más inmune y lista para el cambio, modificación o gradación, que tenía por delante.

Aquí estaba la Qibla, a la que los musulmanes se dirigían al menos cinco veces al día y cuya dirección fue considerada como la más sagrada a ojos de los musulmanes, en proceso de cambio, alteración y sustitución. Por lo tanto, la derogación, la alteración y la gradación se hizo más aceptable y agradable al paladar entre las masas musulmanas.

Esto abrió el camino para este tipo de resoluciones graduadas como las de la usura, productos tóxicos, etc. Tales resoluciones no podrían haber sido aprobadas sin problemas sin una vacuna eficaz como el cambio de la Qibla, que inmunizó eficazmente a la comunidad musulmana contra la duda, la sospecha y los titubeos.

Fueron revelados versos del Corán haciendo hincapié en que Dios no se preocupa por la dirección de la Qibla, ya sea hacia el este, hacia el oeste, norte o sur. Todas estas direcciones se encuentran dentro del dominio de Dios. La Qibla no afecta a la oración en sí, es más un acto espiritual que un acto físico, dada la aceptación de las oraciones de los musulmanes de primera generación que murieron antes del cambio de la Qibla. En este sentido, Dios dice:

Dirán los hombres necios: ¿Qué les apartó de la dirección hacia la que miraban? (Se refiere a Jerusalén, que era la dirección -alqibla- hacia la que rezaban los musulmanes antes de establecerse ésta en Meca)

Di: De Allah son el oriente y el occidente y Él es el que guía a quien quiere hacia un camino recto. (Al-Baqarah 2: 142)

También dice:

No es propio de Allah haceros perder vuestra creencia, es cierto que Allah es Piadoso y Compasivo con los hombres. (Al-Baqarah 2: 143)

Después de todo, el cambio de la Qibla fue pensado como la abolición de la santidad del espacio sea lo que sea, y la confirmación de la santidad de Dios solo allí donde quiera que sea la Qibla.

Esta es una de las características exclusivas del Islam y algo que distingue a los musulmanes de los seguidores de los mensajes divinos anteriores. En el Islam, la única santidad es la de Dios y todo lo que santifique no importa cuánto pueda cambiar. No hay santidad para nada que no sea Dios. Un hombre no puede ser santificado o adorado junto con Dios, ni tampoco puede un templo o sinagoga ser santificado por sí mismo. No hay santidad que pueda elevarse por encima o igualar a la de Dios, el Santo de los Santos, de ahí vino la moderación del Islam. Es la moderación entre dos extremos notables, la santificación del hombre (como en el cristianismo) por un lado y la santificación de espacio (como en el judaísmo), por otro lado, para que la santidad sea exclusivamente solo de Dios. En el Corán, Dios dice:

De Allah son el oriente y el occidente; donde quiera que os volváis, allí (encontraréis) la faz de Allah.

Es cierto que Allah lo abarca todo y no hay nada que escape a Su conocimiento. (Al-Baqarah 2: 115)

(1) Nota: El concepto de “Estado basado en la religión” o incluso “teocracia” no siempre es un concepto negativo, como puede ser considerado por muchas personas. La razón para rechazar este concepto es el el patrón occidental cristiano, así como otros patrones contemporáneos. Esos patrones se basan principalmente en el rechazo de cualquier otra y la imposición de una religión determinada, doctrina o estilo de vida. Sin embargo, este no es siempre el caso. El Estado basado en la religión establecida en los albores del Islam en Medina era un patrón único de convivencia, justicia e integración. Su lema era: “Que no haya coacción en los asuntos de la religión.”

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