La Torá que había cuando llegó Jesús

torá blanca

Está claro que la versión de la Torá existente en la época en la que Jesús vino a este mundo no era la Torá original que había sido revelada a Moisés en el monte Sinaí.

La versión de la Torá existente en la época en la que Jesús vino a este mundo no era la Torá original

Es evidente, según muestran estudios como el del Dr. Bucaille y otros, que la versión de la Torá existente en la época en la que Jesús vino a este mundo no era la Torá original que había sido revelada a Moisés en el monte Sinaí. Citando las palabras del Dr. Bucaille, era: “una colección de obras con contenidos muy dispares, escritas a lo largo de casi siete siglos y para las que, antes de ser amalgamadas en un único texto, se utilizaron fuentes extremadamente diversas”.

Dios le dio a Jesús conocimiento de la Torá original revelada a Moisés

Sin embargo, sabemos por el Corán, que Dios no sólo dio a Jesús su propia revelación, el Inyil, sino que también le dio conocimiento de la Torá original revelada a Moisés (confirmando en cada uno de los casos el primero a ésta última). Jesús estaba pues en una posición privilegiada, guiado por la Divinidad, para poder ver cómo y dónde se habían alterado y distorsionado las enseñanzas originales de Moisés. Como veremos con más detalle más adelante, esto complicaba las cosas al sacerdocio judío que con anterioridad a la venida de Jesús se había arrogado, casi sin discusión alguna, la posición de ser los auténticos guardianes de las enseñanzas originales de Moisés. Esta pretensión era la base de su liderazgo y de sus medios de vida. Jesús desveló su hipocresía poniendo con ello en peligro la fuente de su riqueza y autoridad. De ahí nace la virulencia mostrada por el sacerdocio judío en su oposición a Jesús.
En el volumen segundo de su obra “Los Profetas en el Corán-Los Últimos Profetas”, la Sra. Iftejar Bano Hussein dice:

“No existe copia conocida de la revelación original dada a ‘Isa (Jesús), la paz sea con él -el Inyil- lo cual explica en parte por qué sus enseñanzas han sido tantas veces re-escritas y redefinidas en los dos últimos milenios. Según el Evangelio de Bernabé, el lnyil jamás fue recogido en forma escrita era como un pozo de sabiduría dentro de] corazón de Jesús del que se abastecía cada vez que era necesario- pero es evidente que además de hablar el arameo,  ‘Isa conocía también el hebreo ya que su objetivo era restablecer entre las Tribus de Israel las enscñanzas originaIes de Moises, según la Torá. Este libro escrito en hebreo antiguo, había sido cambiado y corrompido hasta tal punto que cuando Jesús nació, ¡fue rechazado por la misma clase sacerdotal judía que se autoproclamaba guardiana celosa de las enseñanzas de Moisés! Es posible que una de las razones principales por la que el sacerdocio judío se oponía a sayyidina ‘Isa y deseaba su muerte, se debía a que Jesús conocía las partes de la Torá, revelada originalmente a Musa (Moisés), que habían sido cambiadas posteriormente por los judíos, puesto que Jesús había recibido de Allah el conocimiento directo de la Torá.
Es también más que probable que ‘Isa estuviera al corriente de las distorsiones y correcciones contenidas en los textos adicionales que habían sido escritos tras la muerte de sayyidina Musa y en los que se pretendía recoger fielmente la historia de las Tribus de Israel a partir de ese entonces.
Dicho con otras palabras: con la llegada de ‘Isa, los cambios y distorsiones introducidos en las enseñanzas originales de Musa, introducidos gradualmente por la clase sacerdotal judía durante los nueve siglos transcurridos desde finales del reinado de Suleymán (Salomón), estaban ahora en grave peligro de ser desvelados y puestos de manifiesto; y con ello, la jerarquía sacerdotal quedaría destruida. Esta es la razón del rechazo contra ‘Isa, la paz sea con él, y de aquí la alianza del sacerdocio con los romanos con el fin de planear su muerte”.

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