Los musulmanes no tienen ninguna objeción a que se vierta crítica alguna sobre ellos, ni a que se juzguen sus méritos y errores de una manera inteligible (o articulada).
Es una opinión extendida que los musulmanes no aceptan críticas. Algunas personas incluso creen que esta aversión a la crítica puede estar inspirada por el Islam, a la que se considera una religión de sentido único demasiado intolerante como para aceptar las críticas de los no musulmanes.
Antes de manejar este tema, primero debemos conocer el significado de la crítica. Según la definición de Wikipedia, la crítica es “la acción dirigida, del intelecto crítico, expresada como opinión formal, fundada y razonada, necesariamente analítica, con connotación de sentencia cuando se establece una verdad, ante un tema u objeto usualmente concreto pero que puede dirigirse hacia lo abstracto”.
En realidad, los musulmanes no tienen ninguna objeción a que se juzguen sus méritos y errores de una manera inteligible (o articulada). Mientras los musulmanes estén sujetos a críticas objetivas impulsadas por un deseo real de alcanzar la verdad, los musulmanes incluso dan la bienvenida a las críticas.
Los musulmanes solo tienen reservas razonables con respecto a las críticas. Ellos estipulan que sus críticos deben satisfacer ciertas condiciones para que esta sea constructiva.
Requieren que su crítico sea un verdadero buscador de la verdad, que sea considerado con sus sensibilidades y que evite ofenderlos gravemente. Estos requisitos suenan bastante asequibles. Son indispensables para cualquier diálogo, interacción o comunicación humana.
Si bien estos requisitos parecen justos y aceptables, el Islam les enseña a los musulmanes a cumplir con tales requisitos cuando critican a los no musulmanes para poder exigírselos a ellos al criticar a los musulmanes.
El Corán prohíbe a los musulmanes insultar a los no musulmanes para que no devuelvan el insulto con uno peor. Allah dice:
“Y no insultéis a los que ellos, fuera de Allah, invocan; no sea que ellos insulten a Allah por reacción hostil y sin conocimiento. Así es como hemos hecho que a cada comunidad les parecieran buenas sus acciones, luego habrán de volver a su Señor que les hará saber lo que hacían”. (Al-An’am 6: 108)
En consecuencia, el Islam exige un diálogo respetuoso entre musulmanes y no musulmanes, donde cada parte se expresa con debido respeto por el otro en busca de un resultado positivo y una interacción fructífera. El abuso es poco probable que arroje ningún resultado favorable. Solo conduce a la antipatía mutua, el odio y el rencor.
La crítica descrita anteriormente es bastante aceptable para los musulmanes. Hay muchos ejemplos de críticas que parecían aceptables para los musulmanes. Por ejemplo, para enseñar a los musulmanes a aceptar la diferencia, el Corán les dice a los musulmanes que Allah aceptó la objeción expresada por los ángeles cuando les dijo que iba a nombrar un vicegerente en la Tierra. Allah dice:
“Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra a un representante Mío. Dijeron: ¿Vas a poner en ella a quien extienda la corrupción y derrame sangre mientras que nosotros Te glorificamos con la alabanza que Te es debida y declaramos Tu absoluta pureza? Dijo: Yo sé lo que vosotros no sabéis”. (Al-Baqarah 2:30)
Los hipócritas en una ocasión hablaron mal del Profeta Muhammad. Cuando uno de ellos les advirtió que el Profeta Muhammad podría enterarse de ello, otro hipócrita les dijo que incluso si él se enterara, simplemente podrían negar y jurar que no dijeron eso y que el Profeta Muhammad les creería. Luego ridiculizaron al Profeta Muhammad y lo tacharon de ingenuo (demasiado crédulo). Entonces, Allah reveló el siguiente verso:
“Y entre ellos los hay que hacen daño al Profeta y dicen: Es uno que da oído a todo; di: Es alguien que da oído al bien para vosotros y que cree en Allah y confía en los creyentes; y es una misericordia para aquéllos de vosotros que creen. Los que hacen mal al Mensajero de Allah, tendrán un castigo doloroso”. (At-Tawbah 9:61)
Sin embargo, los musulmanes se oponen a la crítica si es injusta, injustificable, infundada, abusiva o no destinada a alcanzar la verdad. Además, cuando la crítica asume la forma de burla, sátira ofensiva, parodia o comedia abusiva, nadie puede aceptar esta crítica.
El rechazo de las formas de crítica moralmente repugnantes es bastante justificable. Los musulmanes no pueden ser obligados a aceptar algo que es humanamente inaceptable. Es a los críticos descorteses con los musulmanes a quienes habría que enseñarles el respeto por los musulmanes para que los musulmanes acepten sus críticas.
Los musulmanes hacen una petición justa. Respetan a los demás y exigen que otros los respeten. ¿Qué hay de malo en eso? El problema con Occidente ahora es que su sistema de valores es muy materialista. Reconoce el daño solo si es material. Pero, nosotros como musulmanes siempre reconocemos el criterio moral del otro. Los musulmanes no aceptan abusos contra ninguna religión, incluido el cristianismo, o el profeta de ninguna religión, incluido Jesús, ni aceptan que la religión se convierta en tema de humor.
Los musulmanes pueden tolerar el abuso a sí mismos, pero no a su religión o su Profeta. Sin embargo, esto no exime a los musulmanes de la culpa. Hay musulmanes que cometen faltas, a veces importantes. Pero, los musulmanes argumentan que sus errores no se deben atribuir al Islam o al Profeta Muhammad, sino a ellos mismos.
Siempre están listos para el diálogo, pero no debe haber abuso. De lo contrario, el abuso implicará abuso, etc. Esto no será a favor de ningún bando, ya sean musulmanes o no musulmanes. Cada parte debe entender a la otra para evitar choques y conflictos y convivir en paz y seguridad.
Por último, se puede decir que el abuso sobre los demás es algo que se debe saber de ellos y no de uno mismo. Uno no puede decidir por los demás lo que les ofende y lo que no, ni debe decirles cuándo deben ofenderse y cuándo no.
Referencias
1- Wikipedia