Sirva todo el largo preámbulo del artículo de ayer para llegar al asunto que nos interesa: explicar cómo la tecnología de última generación representa una oportunidad de alinear nuestra actividad con el orden natural.
La tecnología de las cadenas de bloques, blockchain technology, es la última generación de la codificación compartida de la información. La información puede ser verdadera o falsa, o puede manipularse para satisfacer algún objetivo interesado.
Si existiera una garantía de que la información está verificada, no es manipulable, es inalterable a cualquier manipulación, es accesible a todos los implicados en un acuerdo, contrato, proyecto o transacción, y completamente a salvo de la indiscreción, robo, cambio o destrucción a manos de cualquiera que no esté incluido en ese acuerdo, contrato, proyecto o transacción en particular, eso representaría un instrumento valiosísimo de armonía social, legal, política y comercial. Eso es exactamente lo que proporciona esta tecnología y por eso se están sirviendo de ella aventuras especulativas como las cripto-monedas.
La tecnología blockchain consiste en paquetes de información verificada y autentificada que se vuelve a actualizar una y otra vez, de modo regular cada vez que existe un cambio autentificado en el proceso de ese trato, transacción o proyecto.
Cada cambio o alteración de la información queda registrado siempre, en el siguiente paquete de información y esos paquetes, verificados y autentificados, forman cadenas inmutables de datos conocidos y accesibles a todos los implicados en ese asunto, los participantes en esa sociedad, trato o transacción.
Las aplicaciones son ilimitadas, pero lo significativo es que esta compleja herramienta automatizada, resultado de prodigiosos avances de la tecnología digital, reafirma la protección de la verdad en sus paquetes de información, garantiza el cumplimiento de los términos de los acuerdos, proporcionando un conocimiento fiable y transparente de cada paso y cada movimiento al alcance de todos los implicados.
Estas son cadenas de confianza, liberadoras y capacitadoras, no esclavizantes ni degradantes. Por medio de este instrumento tecnológico se guarda la integridad de las transacciones y la honestidad en el cumplimiento de los términos de los acuerdos, así como la actualización fidedigna de la información relevante para las personas o entidades vinculadas entre sí en el acuerdo. La tecnología más básica del papel y la pluma podrían servir también para la misma finalidad. Lo esencial en ese caso sería siempre lo mismo, y merece celebrarse que exista un medio tecnológico cuyos fundamentos son asegurar la autenticidad, salvaguardar los derechos, ofrecer transparencia y garantizar la confidencialidad de la información.
Para quien no quiera adherirse a este sistema, o prefiera seguir utilizando medios de documentación, comunicación y archivo más tradicionales, aun así la tecnología blockchain puede servirle como metáfora y como recordatorio: verifica la información, actualízala regularmente, guárdala y preserva la secuencia de los cambios efectuados, comparte esa información con las personas o entidades involucradas y dales acceso a ellos a introducir sus propias aportaciones y modificaciones. Cumple con tu parte de lo acordado y comprueba que los demás también cumplen con la suya. Si tienes la buena fortuna de asociarte con personas que también están convencidas de actuar de esa manera, entonces estarás contribuyendo a establecer la equidad en la tierra y a mantener a la civilización humana en armonía con el orden divino. Responder, corresponder, actualizar la información con veracidad cada vez que se produce un cambio, una y otra vez.
Por todo lo dicho anteriormente, la tecnología blockchain es especialmente útil para establecer transacciones halal (mu’amalat) libres de usura y sin la intervención o la mediación de las instituciones bancarias.
La banca ha institucionalizado la práctica inmoral e injusta de la usura porque cuenta con el respaldo del sistema legal en todos los países del mundo, desgraciadamente también en los países de tradición musulmana, y porque los bancos son percibidos como entidades fiables, su información está guardada confidencialmente y sus transacciones son conforme a contratos claros y legales, aunque sean injustos e inmorales. Con la tecnología blockchain podemos documentar transacciones de manera fidedigna y sin la participación parasitaria de las instituciones bancarias, directamente entre los participantes en la transacción.
La última revelación profética confirmó a las anteriores también en este punto: el incremento injustificado en el equilibrio de una transacción, que se impone por una de las partes (el interés) es ilícito.
La tecnología blockchain es una herramienta útil para ejercer nuestra soberanía y recuperar nuestra independencia libres de las ilusiones impuestas por la pasividad, el miedo, la cobardía y la codicia que han enturbiado nuestros intelectos y están degradando nuestro planeta.
El Mensajero de Allah, que Allah lo bendiga y le conceda paz, dijo:
“El comerciante honesto e íntegro estará con los profetas, los verídicos y los mártires”.
La tecnología blockchain es una herramienta enormemente útil y valiosa para practicar la honestidad y defender la integridad en las transacciones.