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La sabiduría en el hablar

sabiduría habla llamar da'wa

Muchas veces, no es el mensaje en sí, sino cómo lo presentas, lo que mueve corazones y cambia la opinión.

La sabiduría en el dirigirse a la gente y las buenas maneras al llamar a la gente al Islam (hacer da’wah) es algo que escasea en esta era y es absolutamente fundamental.

 

La sabiduría de Umar ibn Al Jattab

Una vez, el califa `Umar ibn Al Jattab vio a un grupo de personas alrededor de una hoguera en medio del desierto. Quiso llamar su atención desde lejos y, en lugar de llamarlos con la frase: “¡Oh, gente del fuego!”, prefirió decir: “¡Oh, gente que está alrededor de una luz!” Para asegurarse de que no los afectara una frase que podía sonar como algo negativo.

 

La historia de los nietos del Profeta (la paz sea con él)

En una ocasión, Hasan y Husain, los nietos del Profeta (la paz sea con él) vieron a un anciano realizando la ablución (wudhu), pero cometiendo muchos errores. En lugar de reprenderlo, se acercaron a él y le dijeron: “Los dos estamos discutiendo cuál tiene el mejor wudhu, y nos gustaría que seas el juez entre nosotros”. Cuando vio lo perfecto que era el wudhu de ambos, dijo: “Es mi wudhu el que debe corregirse, no el vuestro”.

 

La opinión del famoso erudito sobre dejar la oración

Le preguntaron a un famoso erudito de la última generación, durante un momento en que había un fuerte debate sobre el veredicto teológico de quien abandona la oración, y la determinación de si tal individuo es musulmán o no: “¿Cuál es su opinión sobre el que abandona el salat? ” La persona que le preguntó no era un erudito, sino alguien que escuchaba debates y le gustaba deleitarse con su conocimiento autodidacta. El Sheij sonrió y dijo: “¡Mi opinión es que debemos coger de la mano a quien abandona el salat y animarlo a ir a la mezquita con nosotros!”

Muchas veces, no es el mensaje en sí, sino cómo lo presentas, lo que mueve corazones y cambia la opinión. Y no todas las controversias deben exponerse frente a cada persona: hablar a tu audiencia correctamente es la mitad del conocimiento.

 

¡Que Allah nos conceda la sabiduría para predicar de la manera más sabia y correcta!

Es muy importante saber cómo hacer da’wah y cómo hablar a la gente con sabiduría y sentido común. Debemos también ayudar a otros musulmanes que lo tienen difícil con la práctica y les cuesta.

 

La historia del sabio en África

Un día, un gran erudito musulmán que se ha dedicado durante muchos años a hacer da’wa en África fue a una aldea del mencionado continente y los invitó al Islm. El líder de la aldea dijo que aceptaría el Islam pero que no rezaría. El Sheij le dijo que dijera La ilaha ila Allāh y que no se preocupara ‘, así que abrazó el Islam. Era el día del Eid poco después, así que el Sheij lo invitó a celebrarlo con el pueblo. Le dijo: ‘Son solo dos rak’at, por lo tanto puedes relajarte, comer, socializar y hablar’. El líder acudió y fue bienvenido. Rezó dos rak’at y disfrutó el resto del día comiendo y divirtiéndose.

Poco tiempo después, el Sheij lo invitó a Yumu’ah y le dijo que sería igual que Eid: agradable y fácil. Él acudió al Yumu’ah y realmente lo disfrutó, así que asistió al siguiente Yumu’ah y luego al siguiente.

 

Después de un mes más o menos, el Sheij le dijo que fuera a hacer Maghrib porque son solo 3 rak’at, solo uno más que los dos de Yumu’ah y Eid. El líder asistió y lo disfrutó, así que asistió al día siguiente y al siguiente. En unos pocos meses, el líder era visto en la congregación 5 veces al día. Subhan’Allah, ese es el poder de la sabiduría (hikma).

Así era el da’wah de este Sheij y fue a través de él que 300.000 aceptaron el Islam. Este es el camino del Mensajero de Allah, Rasūlullāh ﷺ. Llamar a la gente con hikma, con sabiduría, haciéndoles comprender que todos necesitamos a Allah.

 

Moraleja

¿Cuál es la lección? Sé amable y gentil. No fuerces la religión a las personas. Comienza despacio. Si una mujer lucha con su hijab a veces, entonces apóyala. Es tu hermana. No te burles de ella ni le exijas que tenga que renunciar a todo y ponerse el hijab al instante.

Si ves que tus hermanos solo rezan el Yumu’ah y Eid, aliéntalos al menos a seguir haciendo eso. ¿Prefieres que no hagan nada? No intentes menospreciar sus acciones y llamarlos hipócritas. Si la gente acaba de comenzar a leer libros, no les digas que rompan y tiren la TV, las tablets, el ordenador portátil y el iPhone X a la papelera. Relájate. Si a la gente le va bien en el Ramadán y luego, directamente después del mes, se apartan y lo dejan todo, toma sus manos y ayúdalos a levantarse. No actúes como si fueras demasiado piadoso y no hayas cometido errores.

Iblis solía sentarse entre los ángeles hasta que juzgó a un humano y mira a dónde lo llevó.

¡Que Allah nos conceda la sabiduría para llamar a la gente al bien y al camino del Islam de la manera más sabia y correcta!

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