Los diez primeros días de Dhul Hijjah

Hajj

Peregrinar a la Casa de Allah es un pilar del Islam

Estamos en los diez primeros días del mes de Dhul Hijjah.

Allah ha creado este mundo y ha marcado diferencias en Su creación. Ha dado preferencia a algunos tiempos sobre otros, a algunos lugares sobre otros, a algunos días sobre otros, a algunos meses sobre otros y a algunas noches sobre otras. También ha creado Allah a alguna gente con preferencia sobre otra: “Y tu Señor crea lo que quiere y Él elige”. (Surat Al-Qasas, 28:68)

Allah ha hecho que unos días sean mejores que otros, y ha vinculado a ellos grandes recompensas, que no se dan en el resto de días. Del mismo modo que ha hecho que los lugares de Meca, Medina y Al Quds tengan un valor y rango especiales que no hay en otros sitios.

 

Estamos en los diez primeros días del mes de Dhul Hijjah. Unos días de cuyo bien y valor habló el Mensajero de Allah, y que Allah menciona en Su Libro, cuando jura por ellos.

 

Relata Ibn Abbás en un hadiz recogido en los dos sahih, que el Mensajero de Allah, dijo: “No hay días en los que Allah ame más las buenas acciones que en los diez de Dhul Hijja”. Dijeron: “Oh Mensajero de Allah ¿ni siquiera el Yihad por la faz de Allah?” Dijo: “Ni siquiera el Yihad por la faz de Allah. Excepto un hombre que parte con persona y su riqueza y no vuelve con nada de ello”.

Saíd ibn Yubair, que es el sahabi que transmitió este hadiz de Ibn Abbás, cuando llegaban estos días se entregaba a la ‘ibáda, al dhikr y a hacer el bien. Su dedicación era tal, en estos diez días, que apenas se le podía ver; si alguien deseaba hablar con él tenía dificultad para encontrarle libre.

 

Allah hace mención en el Corán al valor y bendición de estos días, cuando dice: “Por la aurora y por las diez noches”. (Surat Al-Fajr, 89:1)

La mayoría de comentaristas coinciden en que se refiere a las noches de los diez primeros días de Dhul Hijjah.

 

Los Sahaba y las primeras generaciones (As-Salaf) supieron comprender el favor que estos días encierran y que el Profeta indicó. Y aumentaban notablemente sus acciones de bien, su ‘ibadah y su recuerdo de Allah (Dhikr).

 

En estos días bendecidos en los que nos encontramos, hay un día que es especial, el día 9, el día de Arafa.

 

Dijo el Profeta: “El mejor du’a es el du’a del día de Arafa”.

 

Para los que están allí es una preparación para el yaum al al qiyama.

Para los que no están allí, su ayuno es sunnah.

Éstos son los días del Hajj. El quinto pilar del Islam.

Un viaje con el que todo musulmán tiene que cumplir, y por el todo musulmán debe pedirle a Allah que le dé los medios para hacerlo.

Arafa es el día en el que descendió la aleya en la que Allah dice: “Hoy os he completado vuestra práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como práctica de Adoración”. (Surat Al-Maida, 5:3) Alabanzas a Allah por el regalo del Islam, y es suficiente como bendición. Esta aleya descendió en el día de ‘Arafah, en el noveno día del mes de Dhul Hiyyah del año décimo de la Hiyra. En ese día, Allah completaba su Din para la humanidad, completaba las obligaciones y prohibiciones que hay en el Islam y completaba la enorme bendición del último mensaje divino.

Es un día de ayuno para los que no están realizando el Hayy, dijo el Profeta Muhammad: “Por el ayuno del día de ‘Arafah, espero que Allah perdone las faltas del año anterior y del año posterior”.

Ese mismo día, el Mensajero de Allah se dirigió a sus compañeros con palabras que estremecían los corazones y llenaban de lágrimas los ojos, palabras con las que resumía el Din del Islam, palabras con las que les aconsejaba a mantenerse unidos a la cuerda de Allah, les dijo:

“¡Oh gente! Escuchad mis palabras, pues no sé si he de encontrarme con vosotros, en este lugar, después de este año. ¡Oh gente! Ciertamente vuestra sangre y vuestros bienes son sagrados para vosotros hasta que os encontréis con vuestro Señor, como también son sagrados este día de hoy y este mes. Os reuniréis con vuestro Señor y Él os preguntará por vuestras acciones. Recordad que os lo he advertido. Oh gente, El shaytán sabe que no volverá a ser adorado en estas tierras, pero si le obedecéis, aceptará lo peor de vuestras acciones; temed pues por vuestra religión con respecto a él. Hombres, tratad de comprender mis palabras, puesto que os estoy entregando un mensaje y os estoy dando algo que, si os aferráis a ello, jamás os llevará al extravío: el Libro de Allah y la Práctica de Su Mensajero. Prestad atención a mis palabras y entended su significado. Daos cuenta de que cada musulmán es un hermano para otro musulmán. Los musulmanes son una hermandad. Nadie debe apoderarse de algo que pertenece a su hermano a no ser que éste se lo dé voluntariamente. No os perjudiquéis unos a otros. Mi Señor, ¿He entregado el mensaje?”. Dijeron los sahaba, “Sí, lo has hecho”; y dijo el Mensajero de Allah: “Oh Allah, sé testigo de ello”.

Estas palabras del Mensajero de Allah nos han llegado, las hemos escuchado. Estas palabras nos han sido transmitidas y el Mensaje nos ha llegado.

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