El ayuno es un acto de obligación indiscutible para todo musulmán adulto y sano, mental y físicamente, durante un mes al año
Nos encontramos en una época en la que la mayoría de la gente se encuentra desconectada del Creador y, en general, de todo lo espiritual. Estoy hablando, especialmente, de las sociedades modernas y las de Occidente, en particular. Las masas están imbuidas en el consumismo y el materialismo desatado.
Precisamente todo lo contrario de aquello a lo que llama el Islam y para lo que vino el último y sello de todos los profetas, Muhammad, que Allah le bendiga y le dé paz.
En el Islam hay un gran número de prácticas que ayudan a conseguir esa paz interior que tantos individuos están buscando hoy en día, dado que el formato cuadriculado y la dinámica arrolladora que impone la sociedad moderna no dan lugar a ningún tipo de paz ni descanso interior.
Una de estas prácticas es el ayuno, que es, además, un acto de obligación indiscutible para todo musulmán adulto y sano, mental y físicamente, durante un mes al año. El mes lunar de Ramadán.
Los beneficios del ayuno son innumerables, tanto los beneficios físicos como los internos y espirituales.
El ayuno ejercita las buenas cualidades de carácter del creyente y las mejora. Tiene, además, una incalculable recompensa.
Fijaos en el siguiente hadiz del Profeta Muhammad, la paz sea con él:
Abu Hurairah, que Allah esté complacido con él, narró que el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le dé paz, dijo: “Allah, sea honrado y ensalzado, ha dicho: “Todas las acciones del hijo de Adam son suyas, excepto el ayuno que es Mío y Yo recompenso por él”. El ayuno es una protección, así que si alguno de vosotros está ayunado un día, que no pronuncie obscenidades ni grite durante ese día, y si alguien le insulta o le provoca a pelear, que diga: “estoy ayunando”. Y, por Aquel en cuya mano está la vida de Muhammad, que el aliento de la boca del ayunante es mejor para Allah, en el Día del Levantamiento, que el aroma del almizcle. El ayunante goza de dos momentos de alegría: la alegría que experimenta cuando rompe el ayuno y lo que se alegrará cuando se encuentre con su Señor por haber ayunado”.
Por otro lado, se le da permiso para romper el ayuno al que cae enfermo o el que está de viaje. El Islam es facilidad y no dificultad. Allah permite romperlo cuando se está de viaje. Es más, es recomendable romperlo y no seguir ayunando, basándonos en el siguiente hadiz del Profeta:
Ỹabir ibn Abdillah, que Allah esté complacido con ambos, dijo: “Estando el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le dé paz, de viaje vio a un hombre y una muchedumbre de gente agolpada a su alrededor. Alguien estaba dándole sombra. Dijo: “¿Qué le ocurre?” dijeron: “Es un hombre que está ayunando”. Y dijo el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le dé paz: “No forma parte de la virtud el que ayunéis en el viaje”.
El Profeta Muhammad, la paz sea con él, también habló de la recompensa de quien, estando de viaje, rompe el ayuno si lleva a cabo labores gracias a ello.
Anas ibn Malik, que Allah esté complacido con él, dijo: “Estábamos de viaje con el Profeta, que Allah le bendiga y le dé paz. Entre nosotros había quien estaba ayunando y había quien no ayunaba. Acampamos en un lugar en un día de mucho calor. Los que más sombra tenían eran los que poseían (bastante) ropa y entre nosotros había quien se protegía del sol con su propia mano. Los que estaban ayunando se desplomaron y los que no estaban ayunando se mantuvieron en pie, levantaron las tiendas y dieron de beber a los camellos. Y dijo el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le dé paz: “Los que han roto el ayuno se han llevado hoy la recompensa””.
Los que no estaban ayunando, utilizando el permiso que les otorgaba la condición de viajeros, se llevaron más recompensa porque pudieron servir a los demás, pudieron ser un beneficio para los otros. Y en Islam siempre se da gran importancia y valor al que sirve y beneficia a los demás.