Algunas de las virtudes del Hajj
El hajj establece en el musulmán una conexión con el fundador de la adoración pura de Allah y padre de los profetas, Ibrahim, pero además el hajj tiene otros muchos beneficios y recompensas evidentes.
a) La primera consecuencia de un hajj bien hecho es el Perdón de Allah y la renovación y poder recomenzar la vida con la página en blanco como un recién nacido.
Relato Abu Hurayra que el Mensajero de Allah, la paz sea con él, dijo: “Realizar una Umrah es una expiación que limpia las acciones erróneas desde la anterior Umrah y la recompensa del hajj al Mabrur (Hajj correcto y aceptado) no es otra que el Jardín.” (Bukhari y Muslim)
Abu Hurayra también relató que el Mensajero de Allah, la paz sea con él, dijo: “Quien realice el hajj y se abstenga de relación y juegos sexuales, de acciones erróneas y de disputas y reyertas, regresa del hajj limpio como cuando nació de su madre.” (Bukhari y Muslim)
Hay que hacer una puntualización con respecto a este asunto y es que todos los ulemas de la Ummah, coinciden en que las grandes transgresiones de desobediencia a Allah sólo son perdonadas cuando hay una tawbah sincera y completa (tawba nasuha) y cuando se ha reparado el daño causado a terceros, si el acto de transgresión ha sido contra otros. El perdón del hajj bien hecho (al hajj al mabrur) es para todos los olvidos y actos menores de desobediencia y de negligencia y para todas las grandes faltas (kabair) si se dan las dos condiciones de tawbah y de reparar el daño causado.
b) El hajj es un entrenamiento de la paciencia con los demás seres humanos, con las dificultades e incomodidades del propio ego, con el hambre, el sueño, el calor, el frío, el agotamiento, la multitud …y exige al peregrino un tremendo esfuerzo de auto-control y una concentración completa en la intención de su viaje: buscar la aceptación y la complacencia de Su Señor.
El hajji recuerda a Allah con acciones y con palabras y súplicas durante días y noches seguidos, en lugares bendecidos y en medio de una inmensa multitud a la que debe respetar y tratar bien, sin disputas, ni maldad, sin causar daño ni cortar árboles, ni arrancar plantas ni matar animales ni siquiera insectos. Todo esto es una lección y una enseñanza de paciencia y trato benevolente de los demás y del entorno. Y es un fortalecimiento del taqwa de Allah, de la consciencia de Allah y la vigilancia de las propias acciones.
Dice Allah en el Corán:
“El Hajj se realiza en meses bien conocidos. Quien cumpla con la obligación del Hajj en ellos, que no incurra en relaciones ni juegos sexuales (rafaza) ni en acciones de transgresión (fusuq) ni en peleas y disputas (yidal) durante la peregrinación. Lo que hagáis de bien Allah lo conoce. Tomad provisión. Y ciertamente la mejor provisión es taqwa de Allah. Temedme pues, vosotros, los que tenéis intelecto.” (Al Baqara, 2- 197)
c) El hajj proporciona un encuentro con los musulmanes de todas las razas y regiones. De este modo los musulmanes pueden conocerse y saber de su situación en distintos lugares del mundo de primera mano y así cumplir con el mandato de amarse y ayudarse mutuamente.
También proporciona la posibilidad del encuentro con hombres de conocimiento y de rectitud de toda la Ummah: Awliyah, Salihin, Ulemas y líderes de las comunidades. También permite reforzar la unidad y afianzar los lazos entre los musulmanes con el fin de establecer Islam en la tierra, como se nos ha ordenado.
d) Por último, el hajj es un encuentro con la tierra, el aire y los lugares donde pisó y enseñó el Profeta amado de Allah, Muhammad, (la paz sea con él), los lugares donde el Corán fue revelado, donde Allah hizo triunfar Su Din y establecerse la primera Comunidad de creyentes en la Ciudad Iluminada: Madina Almunawara.
La tierra que pisaron los nobles Compañeros y donde se desarrollaron tantos episodios que nos siguen sirviendo de referencia y de modelo, a pesar del paso de los siglos, porque Allah iluminó esos acontecimientos y a esas gentes para que fueran una enseñanza que perdure para los hombres de todas las épocas y regiones de la tierra.
Por eso la visita al Mensajero de Allah, a su tumba en la ciudad de Medina, aunque no es un rito del hajj ni es obligatoria, es siempre una cortesía y un acto de amor y de fidelidad que fortalece el vínculo con él, y aumenta el amor por él, que Allah lo bendiga y le conceda paz.