padres

Islam y la creencia en el Más Allá

creencia

La manera de protegernos es a través de buscar el conocimiento y la creencia de la guía divina.

Toda la humanidad fue creada por Dios Todopoderoso. Antes de que nos diese la vida mundana, hizo un pacto con cada uno de nosotros. La consecuencia de este compromiso es que todos los seres humanos nacen inherentemente con la creencia y conscientes de que el único Dios es su Señor, Creador y Maestro, y que negarlo, ya sea negando a Dios o creando a otros dioses aparte de Él, sería la peor traición. Este pacto es el siguiente:

Y cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adam a su propia descendencia y les hizo que dieran testimonio:
¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Contestaron: Sí, lo atestiguamos. Para que el Día del Levantamiento no pudierais decir: Nadie nos había advertido de esto. Ni pudierais decir: Nuestros padres eran ya asociadores idólatras y nosotros hemos sido una generación consecuente. ¿Vas a castigarnos por lo que hicieron los falsos? (Al-A’raf 7:172)

Este pacto no sólo explica la fe natural en un Creador Supremo con la que todos nacemos, sino que también rechaza permitir que la religión de tu propia familia sea adoptada y seguida como una cultura, en la mayoría de los casos. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) expone acerca de este significado: “Ningún niño nace sino en Fitra. Son sus padres los que hacen de él un judío o un cristiano o un politeísta”. (Muslim)

La vida es una prueba

La realidad es que todos vamos a morir inevitablemente. Así que, ¿cuál es el propósito de la vida? Ante todo reconocer y nutrir el monoteísmo puro, la vida es una prueba de nuestra lealtad a Dios. Esta prueba puede explicarse en dos versículos:

Toda alma ha de probar la muerte. Os pondremos a prueba con lo bueno y con lo malo y a Nosotros volveréis. (Al-Anbiya 21:35)

Una parte de la prueba es ser paciente cuando se está afligido con dificultades y agradecido cuando se está bendecido con las cosas buenas de la vida como la salud, la belleza y la riqueza, etc. La otra parte de la prueba es buscar la guía de Dios y aplicarla. Cuanto más se aplica la dirección del Todopoderoso, más se convierte uno en una buena persona que realiza buenas obras para el bienestar de sí mismo y de la sociedad. El Corán ilustra esto para nosotros:

Quien creó la muerte y la vida para probaros y ver cuál de vosotros sería mejor en obras. Y es el Insuperable sin igual, el Perdonador. (Al-Mulk 67:2)

Esta orientación es generalmente conocida por nuestra naturaleza inherente, pero sólo se conoce de manera clara y exhaustiva a través del mensaje enviado con un profeta de Dios, como hemos mencionado anteriormente. En este caso, puede surgir la pregunta: los musulmanes creen que todos los mensajes de los Profetas anteriores fueron corrompidos por los sacerdotes y rabinos, ¿Qué pasa con la gente que vivió una vida decente y honesta, pero que a lo largo de su vida

no tuvo acceso al mensaje correcto del Islam según lo enseñado por el Profeta que fue enviado a su nación? El profeta Muhammad respondió a esto por nosotros: “Hay cuatro personas que se presentarán en el Día del Juicio y extenderán sus argumentos en cuanto a su excusa por no seguir la guía de Dios. Se trata de una persona sorda, una persona con retraso o con problemas mentales, un anciano que fue llamado al Islam y fue senil por lo que no podía comprender, y alguien que vivió toda su vida en un momento y lugar en el que no recibió el mensaje puro. Todos sus excusas se considerarán válidas y Dios les enviará un ángel a decirle a estos grupos que este ángel es su mensajero y que le sigan. El ángel encenderá un fuego ardiente y mandará a la gente a entrar. Quien entra irá a ir al cielo y el que no lo haga, entonces se habrá buscado el castigo del Infierno. (Al-Bayhaqi)

Creencia en el Más Allá

La otra vida tiene diferentes fases. Vamos a resumir los puntos principales de la otra vida, según el libro de Dios y la Sunnah de Su último Mensajero (la paz sea con él). La otra vida comienza cuando morimos. Cuando alguien muere, permanece en su tumba (o punto de descanso final) y experimenta las visiones de su morada final, ya sea el cielo o el infierno. Están esperando el día señalado cuando Dios llamará a la destrucción del universo y el comienzo del Día del Juicio. Después de que el universo sea destruido, sólo Dios y lo que Él exima permanecerá. Dios, entonces, volverá a crear la tierra y otros cuerpos celestes. A continuación, resucitará a todas las personas de sus tumbas en la forma física en que murieron. Entonces, Él dará el libro de sus obras a todo el mundo. Entonces todo el mundo esperará su juicio, que depende del peso de sus buenas acciones en contra de sus malas acciones. Al final, todos las personas de la historia, irán al Cielo o al Infierno. El cielo es la tierra de paz donde los creyentes vivirán eternamente satisfaciendo sus deseos como quieran y otras delicias y placeres que nunca imaginaron. Lo más bendecido que tendrán es la vista de su Hacedor. El Todopoderoso dice:

¡Entrad en él a salvo! Este es el Día de la Eternidad.
 Allí tendrán lo que quieran y más aún junto a Nos. (Qaf 50:34-35)

Ellos son los compañeros del Jardín donde serán inmortales. Quitaremos el rencor que pueda haber en sus pechos. (Al-A’raf 7:43)

Este hadiz auténtico nos da los detalles: “(Al entrar en el Paraíso) un anunciante dirá: “Estarás sano y nunca enfermarás de nuevo, vivirás y no morirás nunca más, serás joven y nunca serás viejo de nuevo, y has de sentir la felicidad viviendo en el placer y nunca te sentirás infeliz o triste de nuevo” (al-Bujari). El factor garantizando que conducirá a alguien al paraíso es que crea en la unicidad de Dios y que siga al mensaje enviado con un determinado Profeta y se arrepienta después de haber pecado. El único factor que garantiza un lugar en el infierno es negar a Dios (es decir, Allah) o adorar a alguien aparte de Él después de ser llamado al monoteísmo puro. El Dios Todopoderoso dice:

Es cierto que Allah no perdona que se Le asocie (con nada), pero, fuera de eso, perdona a quien quiere.
Y quien atribuya asociados a Allah, habrá forjado una falsedad incurriendo en un enorme delito… (An-Nisa 4:48)

Los que mueren al tiempo que rechazan a Dios o mientras adoran a otro que Él están condenados al infierno para toda la eternidad. Esto es por caer en la mayor traición hacia Aquel que no sólo nos ha creado, sino que nos proporcionó innumerables bendiciones a lo largo de la vida. También hay muchos creyentes en la Unicidad de Dios, que lo adoraban exclusivamente pero que irán al infierno por un tiempo, para pagar por el mal que cometieron. Irán al infierno por sus malas acciones, las innovaciones, la falta de sinceridad y la negligencia a seguir la guía de Dios, que sobrepasa sus buenas acciones. El infierno es lo peor que le puede pasar a cualquiera. El Todopoderoso nos advierte acerca de apartarse del camino recto que Él hizo para nosotros:

A los que se hayan negado a creer en Nuestros signos, los arrojaremos a un Fuego, y cada vez que les queme la piel, se la cambiaremos por otra, para que prueben el castigo. 
Allah es siempre Insuperable sin igual, Sabio. (An-Nisa 4:56)

Y si piden auxilio serán socorridos con un agua como la pez que les quemará la cara. ¡Qué mala bebida y qué mal reposo!
 (Al-Kahf 18:29)

Se les dará de beber de un manantial en máxima ebullición.
 No tendrán más alimento que un espino ponzoñoso. (Al-Ghashiya 88:5-6)

El Profeta describe la magnitud de los horrores del fuego del Infierno: “El hombre menos atormentado en el infierno en el Día del Juicio es un hombre que tiene brasas puestas bajo la planta de los pies, que están tan caliente que la sangre en su cerebro comienza hervir” (Al-Bujari). A pesar de ello, antes de nuestra muerte, la puerta del arrepentimiento está abierta incluso para los ateos y los politeístas:

Di: ¡Siervos míos que os habéis excedido en contra de vosotros mismos, no desesperéis de la misericordia de Allah, es verdad que Allah perdona todas las faltas, pues Él es el Perdonador, el Compasivo!
(Az-Zumar 39:53)

Por ello Dios Todopoderoso nos ordena:

¡Vosotros que creéis! Guardaos a vosotros mismos y a vuestra gente del Fuego… (At-Tahrim 66:6)

La manera de protegernos es a través de la búsqueda del conocimiento de la guía divina y purificando nuestros corazones al reflexionar sobre su sabiduría y aplicarlo en nuestra vida diaria. Esto creará un cambio en nosotros y realmente nos convertiremos en seres espirituales y no sólo pretenderemos ser creyentes en Dios, basándonos en nuestra propia suposición sin sopesarlo contra el ejemplo establecido por los nobles Profetas de Dios (la paz sea con ellos) y su devotos seguidores.

Este artículo es un pasaje del libro del autor: “The Foundations of Islamic Faith”, Islam Presentation Committee (IPC), Kuwait (2008).

Related Post