El periodo de Meca
Durante los siguientes trece años, el Corán fue revelado al Profeta (la paz sea con él) y éste transmitió la Palabra de Allah a la gente de Meca, invitándoles a abandonar la idolatría y convertirse al monoteísmo. Algunos de ellos, entre unas 80 y 200 personas, aceptaron su llamada. Sin embargo, la mayor parte de la gente de Meca, en particular los de su propia tribu, se le opusieron violentamente. Vieron en la nueva religión un grave peligro para su dominio económico y social basado en el control de Meca y en especial la Ka’bah. Los nuevos musulmanes fueron torturados e incluso asesinados porque decían que Allah es Uno y que debían abandonar una vida de pecado y someterse a Allah. Sin embargo, el Profeta (la paz sea con él) continuó llamando a la gente al Islam y poco a poco un mayor número de hombres y mujeres comenzaron a aceptar la nueva fe y a someterse a sus enseñanzas.
Un acontecimiento interesante ocurrió después de que algunos de los nobles de los Quraish, como ‘Umar Ibn Al-Khattab y Hamzah Ibn ‘Abdul-Muttalib aceptaran Islam. La gente de los Quraish se reunieron y decidieron que ya que Muhammad era de los Quraish y de noble linaje, iban a utilizar esto para salvar su estilo de vida y el control de la Meca. Decidieron ir al Profeta (la paz sea con él) y ofrecerle el control de Meca como rey de los Quraish. Le prometieron todo lo que podía desear simplemente renunciando a su mensaje. Sin embargo, en su ignorancia, no se daban cuenta de su fe y sinceridad. Él les dijo: “Aunque (pusierais) el sol en mi mano derecha y la luna en mi mano izquierda, nunca dejaría de llamar mi Señor”. (Al-Bayhaqi )
La revelación durante el período de Meca consistió en definir el verdadero monoteísmo, corregir las creencias corrompidas de la gente, llamar a la responsabilidad por nuestras faltas, describir la realidad de la vida después de la muerte, llamar a la moral y la ética, enseñar a la gente acerca de los profetas anteriores, y describir la creación de los cielos y la tierra, así como todas las bendiciones que Allah nos ha dado.
Emigración
En el año 622 d.C., tras un largo periodo de humillación, torturas y ataques, así como intentos de asesinato del Profeta (la paz sea con él), Allah ordenó a los musulmanes emigrar a Yazrib, una ciudad al norte de Meca. El Profeta (la paz sea con él) envió en primer lugar una pequeña delegación encabezada por Mus’ab Ibn ‘Umair para llamar a la gente de Yazrib al Islam. Mus’ab hizo un gran trabajo al convencer a los principales jefes de la tribu de Yazrib a aceptar el Islam, recitando el Corán con ellos y explicándolo como el Mensajero de Allah (la paz sea con él) había hecho. El Profeta (la paz sea con él) siguió la orden divina y se fue con sus seguidores hacia esa ciudad que había de ser llamada a partir de entonces “Al-Medina Al-Munawwarah”.
Este hecho fue tan trascendental que el calendario islámico comienza con esta emigración (Hégira). En Medina, el Profeta (la paz sea con él) y sus compañeros establecieron el primer estado islámico que debía servir como modelo para todas las sociedades islámicas posteriores. Lamentablemente, la mayoría de las sociedades musulmanas de hoy funcionan de una forma muy diferente a como lo hacía en el tiempo del Profeta y los califas rectos. Esta triste realidad ha llevado a la debilidad, la ignorancia, la pobreza y la injusticia entre las comunidades musulmanas.
En Meca, ‘Umar Ibn Al-Khattab preguntó al Profeta acerca de por qué los musulmanes no reunían un ejército para vengarse de los paganos que les habían oprimido. El Profeta (la paz sea con él ) le dijo que no era el momento para esa idea. Después de que el Profeta y sus compañeros se establecieran en Medina, los paganos de Meca empezaron a conspirar para atacar a los musulmanes, informantes musulmanes de Meca advirtieron a los que habían emigrado de esta conspiración. Después de rezar por la guía de Allah, llegó la orden de los cielos a los musulmanes para defenderse y asegurar Medina.
Por lo tanto, se dispusieron a una zona llamada Badr entre Meca y Medina y por la inspiración de Allah e interceptaron a los paganos, que eran 1000 y estaban fuertemente armados. Los musulmanes eran 300 y en su mayoría armados solamente con espadas, lanzas y poca armadura. Al final, la fe de los creyentes fue más potente y la ayuda divina tuvo lugar. Después de esto, hubo otras dos grandes batallas. En la primera de ellas, los paganos rodearon Meca con mas de 3000 hombres en la montaña de Uhud y, en la segunda, las tribus judías reunieron 4000 soldados, que junto con los 6000 soldados paganos rodearon Medina. Todos estos ataques a los creyentes no tuvieron éxito en detener al Islam y al Mensajero de Allah (la paz sea con él).
Arabia se convierte al Islam
A lo largo de estas batallas, y sobre todo después, cuando se hizo evidente que la ayuda divina estaba a favor de los creyentes, más tribus comenzaron a unirse al Islam y en unos años la mayor parte de Arabia había abrazado el Islam. Los creyentes mostraron perseverancia ante los incesantes esfuerzos de los paganos y Judíos para atacar el Islam y a los musulmanes. Después de que los paganos rompieran un tratado de paz iniciado por Muhammad (la paz sea con él) al matar a un grupo de musulmanes, Allah ordenó al Profeta ir a Meca con un ejército de 10.000 hombres con el fin de, finalmente, devolver de nuevo el monoteísmo a sus raíces y liberarla de la opresión y el paganismo hasta el Día del Juicio.