Estamos en los últimos días del mes de Ramadán, el mes sobre el cual dijo el Profeta Muhammad que su comienzo es misericordia, su medio es perdón y su final es Liberación del Fuego; lo más elevado que hay en este mes, son sus diez últimos días y noches, y más elevado aún que eso, es la noche del Decreto, la noche que es mejor que mil meses.
El ayunante aprovecha los pocos días que le quedan para aprovisionarse de buenas acciones y actos de adoración, aprovecha estos días en los que rivalizan en el bien aquellos que desean y anhelan el bien. Afortunado es aquél que haya llenado y siga llenando sus días y noches de oración, de recitación del Corán, de recuerdo de Allah, de generosidad y de paciencia; y desgraciado el que haya llenado y siga llenado sus días de holgazanería y juego, de avaricia y tacañería, de dimes y diretes.
Una de las acciones más importantes que se realizan en estos diez últimos días es lo que hacían los gnósticos: el aumento de la recitación del Corán, de su estudio, de la comprensión de sus amplios significados, de poner en práctica lo que en él se ordena y alejarse de lo que en él se prohíbe. Ya que el mes de Ramadán, es el mes del Corán, el mes de la Revelación, el mes en el que el Mensajero Muhammad, la paz y bendiciones de Allah sean con él, recitaba el Corán con el ángel Yibril (Gabriel).
El último tercio de la noche de estas diez últimas noches del mes de Ramadán es un tiempo en el que es sabido que la súplica tiene grandes probabilidades de ser respondida, siempre que se cumplan con las condiciones de la súplica; entre esas condiciones se encuentran la sinceridad, la purificación, alimentarse de lo lícito, que la súplica sea para el bien, la humildad y la cortesía con Allah.
En un dicho del Profeta Muhammad, que está recogido en las colecciones de Bujari y de Muslim, se transmite que el Mensajero de Allah dijo: “Allah desciende cada noche al cielo de este mundo cuando se entra en el último tercio de la noche, y dice: “A quien Me suplique le responderé, a quien Me pida le daré, a quien Me pida perdón, le perdonaré”. Y le preguntaron en una ocasión al Mensajero de Allah: “Oh Mensajero de Allah, ¿Cuál es la súplica más escuchada?” Dijo: “La que se hace en el último tercio de la noche y la que se hace tras las oraciones obligatorias”.
Y no hay duda alguna de que, si el siervo está cumpliendo con las condiciones para que la súplica sea respondida, estará más cerca de Su Señor; y no hay duda de que en ese caso, y como Allah es el más Generoso de los generosos, responderá a la súplica de Su siervo sincero.
En el Corán encontramos que Allah dice:
“Y cuando Mis siervos te pregunten sobre Mí… Yo estoy cerca y respondo al ruego del que pide cuando Me pide; así pues, que ellos Me respondan y crean en Mí, ¡ojalá se guíen rectamente!”.
(Al Baqarah 2:186)