Originally posted 2019-06-22 04:18:52.
El divorcio, según el Cristianismo y Judaísmo
El Cristianismo abomina el divorcio, y el Nuevo Testamento inequívocamente aboga por la indisolubilidad del matrimonio. El Judaísmo, por otra parte, permite el divorcio sin ninguna justificación. El Antiguo Testamento le da al esposo el derecho de divorciarse de su esposa tan sólo si a él le disgusta (Deuteronomio 24:1-4).
El divorcio en el Islam
El Islam, libre de todos los extremos, ocupa el punto intermedio entre el Cristianismo y el Judaísmo en lo que se refiere al divorcio. El Islam considera al matrimonio como un vínculo sagrado que no debe ser roto excepto por razones válidas. Las parejas son instadas a perseguir todos los remedios posibles en cualquier momento en el que sus matrimonios estén en peligro. No se debe recurrir al divorcio excepto cuando ya no exista ninguna otra solución. En pocas palabras, el Islam reconoce el divorcio y lo desalienta por todos los medios al mismo tiempo. Por ejemplo, el Corán advierte:
“Convivid con ellas según lo reconocido y si os disgustan, tal vez os esté disgustando algo en lo que Allah ha puesto mucho bien” (Surat Al Ma’idah, 4:19).
El Mensajero de Allah enfatiza: “Ningún musulmán debe enfadarse con su mujer. Si alguna de sus cualidades os disgustan, habrán muchas otras cualidades que merecen vuestro aprecio“; “De entre todos los actos lícitos, el divorcio es el más odiado por Dios” y: “Los mejores de entre los creyentes son aquellos que tienen mejor carácter y los mejores de entre ellos son los que tratan mejor a sus esposas” (Tirmidhi, “Rada”, 11; Abu Dawud, “Sunna”, 15; Darimi, “al-Riqaq”, 74.).
No obstante, el Islam reconoce que puede haber circunstancias en las cuales el matrimonio se encuentre al borde del colapso. En tales casos, un mero aviso de amabilidad o un autocontrol ya no es una solución viable.
Así que, ¿qué debería hacerse para salvar el matrimonio en tales casos? El Corán ofrece algunos avisos prácticos para los cónyuges, toma algunas medidas y les da a estos la posibilidad de reconsiderar su decisión.
No divorciarse durante la menstruación
Un hombre no puede divorciarse de su esposa en cualquier momento, sino que debe esperar el adecuado. Según la ley, el momento apropiado es cuando la esposa se ha purificado a sí misma después del periodo de su menstruación o del sangrado del posparto y antes de reanudar las relaciones sexuales, o cuando ella no esté embarazada.
La razón de prohibir el divorcio durante la menstruación o el sangrado del posparto es que las relaciones sexuales están prohibidas durante dichos periodos, le da al esposo el tiempo y la oportunidad de retractarse de su decisión mientras espera que su esposa esté limpia y ahí podrá existir una nueva atmósfera de amor, entendimiento y reconciliación entre ambos. El divorcio también está prohibido entre los periodos menstruales (a saber, “el periodo de pureza”) si el esposo ha tenido relaciones sexuales con su esposa después del final de su periodo previo.
El divorcio refrendado
Un hombre tiene tres ocasiones, en tres etapas diferentes, para divorciarse de su esposa, siempre que cada divorcio sea pronunciado durante el tiempo en que su esposa se halle en “el periodo de pureza” y él no haya tenido relaciones sexuales con ella.
Debe divorciarse de su esposa una vez y dejar que el periodo de Idda pase. Durante este periodo, la esposa divorciada debe permanecer en su hogar. Ella no puede marchar a ningún otro lugar y su esposo no puede desalojarla sin una causa justa. Durante la Idda, él debe proveerla de sustento. Este requisito deja el camino abierto a la reconciliación. Ellos tienen la opción de reconciliarse sin tener que volver a casarse. Sin embargo, si este periodo de espera expira sin haber lugar a una reconciliación, se considera que están divorciados y, por lo tanto, cada ex-esposo puede casarse con otra persona o volver a casarse de nuevo. Si deciden volver a casarse, se requiere un nuevo contrato de matrimonio.
Si se vuelven a casar, el esposo tiene una ocasión más para divorciarse de su esposa, tal como explicamos en un primer momento. Pero si él se divorcia de su esposa por tercera vez, no pueden volver a casarse nunca más a no ser que la mujer se case con otro hombre y se divorcie de él o si él se divorcia de ella en las condiciones normales.
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