Originally posted 2019-02-18 06:51:24.
El comienzo del universo que conocemos
Cómo Allah creó el universo y a Adán
Cada historia empieza en un lugar y en un momento determinado y habitualmente el héroe es un ser humano. Se empieza generalmente con “Érase una vez…”, “Antiguamente…” o “Hace miles de años…” pero lo que se va a contar a continuación es diferente, porque nuestra historia se inicia antes de la creación del ser humano. Al principio de esta historia no existían ni el tiempo ni el espacio.
Anterior al tiempo… Anterior al espacio…
Solamente existía Dios, alabado sea, y no había nada más que Su Presencia. La paz y la magnificencia, la belleza y la grandeza infinitas sólo Le pertenecen a Dios. No existía ni la Tierra, ni la Luna y el Sol, ni las estrellas, sino solamente Su Luz Divina. La razón no tenía ningún poder ni ninguna capacidad para comprender dicha Luz. Es algo tan imposible como si un niño que está cavando un hoyo en la playa intentase meter toda el agua del mar allí.
Anterior al tiempo… anterior al lugar…
Dios quiso crear la existencia, la Tierra, el Sol, la Luna y las estrellas… Adornar el mundo con mares azules y peces en sus aguas, con los vientos que corren, con flores de muchos colores y mariposas que juegan con ellas, con las aves que surcan los cielos…
Cuando Dios quiere algo Su orden es tan sólo “¡Sé!” y entonces se hace realidad.
Dios quiso que el Universo, el Mundo y todas sus criaturas fueran creados en seis días. De este modo se creó el Universo, aunque estos seis días son diferentes de los días humanos porque un día de la Tierra se completa con una vuelta de ésta alrededor de sí misma, claro que en estos tiempos no existían ni el mundo ni el Sol… entonces, el concepto de día era también diferente. Llamamos a estos días “los Días Divinos”.
Estos días tienen peculiaridades propias. Quizás un día divino es igual a miles de años, miles de siglos terrenales. Nadie puede saberlo porque es una información oculta y está fuera de los límites de la inteligencia humana. Solamente se podría saber si Dios así lo quisiera.
Dios nos informa que ha creado los Cielos, la Tierra y todas las criaturas en seis días y es el Único Señor y Soberano del Universo. Además, todas las criaturas reverencian Su poder magnífico. Se postran ante Su eterna excelencia y admiran Su belleza incomparable.
Todas las criaturas Le necesitan para sobrevivir, pero Él no necesita a nadie ni a nada porque es el Dueño, el Señor de todo, Él es la riqueza infinita. Todas las criaturas en el Universo precisan de Su generosidad.
Allah creó a los ángeles
Dios creó a las criaturas de la luz en los Cielos, creó a los ángeles como soldados bajo sus órdenes. Ellos no saben ni comprenden el significado de la rebeldía, siempre obedecen Sus órdenes fielmente.
Creó a los genios
Más aún, Él creó a los genios procedentes del fuego, les hizo invisibles, les permitió habitar en el Cielo y en la Tierra. Algunos son malvados, pero otros son buenos. Vivieron en el mundo también criaturas gigantes, pero eran rebeldes y luchaban entre si sanguinariamente.
Luego, creó al ser humano
Más tarde, la Voluntad Divina quiso crear al ser humano. Les dijo a los ángeles:
— Crearé un ser que guíe la Tierra.
Los ángeles observaron el mundo y vieron que todas las criaturas eran malignas y rebeldes. Por el contrario, ellos —los ángeles- siempre daban gracias a Dios y se postraban ante Su eterna Excelencia, adoraban Su belleza impecable y Le rezaban. Los ángeles Le preguntaron para mostrar su disposición a aprender:
— ¿Quieres crear a alguien que siembre el mal y derrame sangre, mientras nosotros Te alabamos, celebramos Tu grandeza y proclamamos Tu santidad?
Los ángeles eran criaturas puras. No pensaban sino en la bondad. Por eso, suponían que el objetivo de la creación era la adoración y dar gracias a Dios. No sabían nada más, pues este era el único objetivo de su existencia. Era obvio que no conocían los misterios de la creación de los diferentes seres. Dios respondió:
— Yo sé aquello que no sabéis. Sé por qué crearé a Adán [Adam, en el Corán]; hay tantas cosas que no conocéis. (Surat Al Baqarah)
Adán no sería como las criaturas sanguinarias del mundo ni tampoco sería como los ángeles. Era diferente, una nueva criatura. Fue creado para desvelar en la Tierra un gran secreto divino: la sabiduría de la ciencia.
Dios les dijo a los ángeles que crearía al ser humano del barro y le daría vida dotándole con una forma bella. Entonces los ángeles se postrarían ante él. No era adoración sino una muestra de respeto. El sumo Creador tomó un puñado de tierra. En éste había varios colores: negro, blanco, amarillo, rojo, etc. Por eso los seres humanos tienen diferentes tonos de piel. Derramó agua sobre el puñado de tierra y elaboró barro, dotándole al final de forma humana y de alma.
Iblis se niega a postrarse
Más tarde el cuerpo de Adán cobró vida y se movió. Empezó a respirar… Abrió los ojos… Miró a su alrededor… Y vio a los ángeles que se postraban, excepto uno, que permanecía de pie y no lo hacía. Adán no sabía de qué clase era esta criatura ni quién era. Aún no sabía cómo se llamaba.
Dios preguntó al que no obedeció la orden de postrarse:
— Iblis, ¿por qué no te has postrado ante aquel que he creado con Mis manos?
Iblis le respondió en voz baja:
— Yo soy superior a él; lo has creado del barro y a mí, del fuego.
— ¡Márchate de aquí! ¡Date por expulsado! ¡Te maldigo hasta el Día del Juicio Final!
Iblis fue expulsado de la misericordia de Dios, pero siguió amenazando a Adán. Decía con insolencia que era superior a éste.
Adán se conmovía cuando veía lo que estaba pasando a su alrededor… El amor, el miedo y el horror… Amor hacia el único Creador que le había creado y le había ensalzado de entre todas las criaturas dando la orden de postrarse a los ángeles. Miedo ante el enfado divino, que excluyó a Iblis de la misericordia. Y, por último, el horror hacia el tratamiento rencoroso de Iblis, lleno de un odio que anhelaba todo el mal para Adán.