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Entre los compañeros de Muhammad y los discípulos y apóstoles de Jesús. Comparación entre sus roles en la formulación del mensaje profético

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Hay una gran diferencia entre los Compañeros del Profeta Muhammad y los discípulos y apóstoles de Jesús

Hay una gran diferencia entre los Compañeros del Profeta Muhammad, sus sucesores, y los sucesores de los sucesores, por un lado, y los discípulos y apóstoles de Jesús, como los describe la Biblia, por otro, en términos del papel que tuvieron en la formulación del mensaje divino presentado por Jesús y por el Profeta Muhammad.

Exploremos el papel de cada una de las dos partes arriba mencionadas en el mensaje celestial que transmitieron a las personas.

Los discípulos y apóstoles de Jesús

Tal y como explica la Biblia, los discípulos y apóstoles de Jesús tuvieron un papel principal en la formulación del mensaje de Jesús. Esto puede ser atribuible a la ascensión de Jesús antes de que se completara su mensaje profético.

Conozcamos más sobre el papel de los discípulos y apóstoles de Jesús en la formulación de su mensaje profético.

Enseñanza de los mandamientos y su cumplimiento

En el Nuevo Testamento, la Biblia cita a Jesús ordenando a sus discípulos que enseñen a las personas los mandamientos y su cumplimiento. Leemos:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. (Mateo 28: 19-20)

Este es un rol intuitivo, apetecible y aceptable. Se supone que los seguidores de los profetas y los mensajeros deben enseñar a las personas sus mandamientos y su cumplimiento.

Sanar a los enfermos, curar a los leprosos, resucitar a los muertos y expulsar a los demonios

En el Nuevo Testamento, la Biblia cita a Jesús ordenando a sus discípulos sanar a los enfermos, curar a los leprosos, resucitar a los muertos y expulsar los demonios. Leemos:

“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. (Mateo 10: 7-8)

Es irónico que los milagros anteriores fueran algunos de los milagros de los profetas en general y los milagros de Jesús en particular. Si bien los seguidores de los profetas pueden realizar milagros, es ilógico que realicen los mismos milagros.

Si los discípulos y apóstoles de Jesús realmente podían sanar a los enfermos, curar a los leprosos, resucitar a los muertos y expulsar demonios, ¿cuál es la diferencia entre ellos y el mismo Jesús en términos de milagros?

Desde un punto de vista lógico, los milagros de los seguidores de los profetas deberían ser menores, y no iguales, a los de los profetas. De lo contrario, esos seguidores deberían ser tratados igualmente como profetas.

Predicando el Evangelio

En el Nuevo Testamento, la Biblia cita a Jesús ordenando a sus discípulos que prediquen el Evangelio. Leemos:

Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. (Marcos 16: 14-15)

Pero ahora puede surgir una pregunta: ¿cómo podrían predicar el Evangelio si –de acuerdo a la concepción cristiana contemporánea del Evangelio que afirma que los autores de los Evangelios en particular, y del Nuevo Testamento en general, son los discípulos– en ese momento aún no había Evangelio?

En cuanto al Evangelio (Inyil) según la concepción islámica, que representa las escrituras celestiales enviadas a Jesús igual que la Torá fue enviada a Moisés y el Corán a Muhammad, ya existía antes de la Ascensión de Jesús dada su orden en la Biblia de predicarlo. Sin embargo, se distorsionó y se hicieron muchas interpolaciones y omisiones hasta que asumió su forma actual, llamada “Nuevo Testamento”.

La evidencia más concluyente para el argumento anterior es que notamos que la tradición de los discípulos y apóstoles de Jesús en el Nuevo Testamento es mucho más considerable que la del mismo Jesús.

La tradición de Jesús no excede los cuatro evangelios que explican los primeros libros del Nuevo Testamento. En cuanto al resto de los libros del Nuevo Testamento, que suman veintitrés libros, se supone que constituyen la tradición de los discípulos y apóstoles de Jesús.

Es más, incluso la propia tradición de Jesús en los cuatro evangelios no es completamente reportada por el mismo Jesús. Son más bien narraciones de otras personas que simplemente atribuyen algunas declaraciones a Jesús.

Por lo tanto, el Nuevo Testamento no puede atribuirse enteramente a Jesús, por no mencionar a Dios, dada la creencia cristiana de que el Nuevo Testamento se supone que es la palabra de los discípulos y apóstoles de Jesús, en lugar de las palabras directas de Dios o siquiera de Jesús.

Perdón de los pecados

En el Nuevo Testamento, la Biblia cita a Jesús delegando la autoridad del perdón de los pecados a sus discípulos. Leemos:

Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. (Juan 20: 21-23)

No hace falta decir que la autoridad del perdón de los pecados depende exclusivamente de Dios. Nadie más que Dios, ni siquiera el mismo Jesús, puede perdonar los pecados. En el Nuevo Testamento, se cita a Jesús mismo pidiéndole perdón a Dios. (Lucas 23: 33-34).

Compañeros, Sucesores y Sucesores de los Sucesores

En el Islam, Compañeros, Sucesores y Sucesores de Sucesores tan solo desempeñaron un papel en la preservación y la enseñanza del mensaje profético del Profeta Muhammad a las personas, sin ninguna adición u omisión.

Este papel estaba restringido a la transmisión del mensaje celestial del Profeta Muhammad tal cial, sin reformulación o intervención por adición u omisión. El papel de los Compañeros en la predicación comenzó después de su finalización y la proclamación de lo mismo en el Corán. Leemos:

[…] Hoy os he completado vuestra Práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como Práctica de Adoración. (Al-Ma’idah 5: 3)

La siguiente es una breve discusión sobre el papel de los Compañeros y las siguientes generaciones en la cristalización del mensaje del Islam.

Preservación y enseñanza del Corán y la Sunnah para las personas

El papel de los Compañeros, los Sucesores y los Sucesores de los Sucesores se centró principalmente en la preservación del Corán y la tradición profética (Sunnah) sin agregar u omitir nada.

Por ejemplo, el Profeta Muhammad ordenó a sus Compañeros que preservaran el Corán escribiéndolo y absteniéndose de escribir cualquier otra cosa bajo la autoridad del Profeta Muhammad, para que las declaraciones proféticas (hadices) no fueran confundidas con los versículos coránicos.

En cuanto a los hadices, el Profeta Muhammad ordenó a sus Compañeros que los memorizaran y narraran a la gente y les prohibió atribuirle cualquier falsedad.

Abu Said Al-Judri narró que el Profeta Muhammad dijo: ” No escribáis lo que yo digo. Y el que haya escrito de mí otra cosa que no sea el Corán que lo borre. Relatad (oralmente) de mi parte, no hay daño en ello . Pero el que mienta sobre mí –Hammaam aclara: Creo que también dijo: deliberadamente–, tendrá́ su morada en el Infierno”. (Muslim)

El papel de los Compañeros, los Sucesores y los Sucesores de los Sucesores también fue aprender y enseñar el Corán y la Sunnah a la gente. El Profeta Muhammad instó a sus Compañeros a aprender y enseñar el Corán a la gente. ‘Uzman narró que el Profeta Muhammad dijo: “Los mejores de vosotros son los que aprenden el Corán y lo enseñan”. (Al-Bujari)

El profeta Muhammad también instó a sus Compañeros a memorizar y enseñar la tradición profética (Sunnah) a las personas sin falsedad, es decir, adición u omisión.

‘Abdullah bin `Amr narró que el Profeta Muhammad dijo: “Transmitid de mi aunque sea una aleya; y contad historias de los hijos de Israel, y no hay mal en ello. Y quien mienta sobre mi intencionadamente que ocupe su lugar en el Fuego”. (Al-Bujari)

Es digno de mención que ni el Profeta Muhammad pudo agregar u omitir la revelación celestial. Él solo podía seguir esa revelación divina. Sobre eso, en el Corán, leemos:

Y cuando se les recitan Nuestros signos claros, aquéllos que no esperan que han de encontrarse con Nosotros, dicen: Tráenos un Corán distinto o cámbialo por otro. Di: No me pertenece modificarlo por iniciativa propia, yo sólo digo lo que se me inspira, pues temo, en verdad, si desobedezco a mi Señor, el castigo de un día terrible. (Yunus 10:15)

También leemos:

Ni habla movido por el deseo. No es sino una revelación inspirada. (An-Najm 53: 3-4)

Además, los versículos anteriores pueden servir como evidencia del hecho de que el Corán y la Sunnah son revelaciones de Dios en lugar de palabras motivadas por la inclinación del Profeta Muhammad.

Comentarios

El papel de los discípulos y apóstoles de Jesús como lo describe la Biblia es muy relevante en comparación con el de los Compañeros, los Sucesores y los Sucesores de los Sucesores.

Además del papel básico de la preservación del mensaje divino y la enseñanza a las personas, los roles de los discípulos y apóstoles de Jesús también contienen la realización de una serie de milagros realizados por el mismo Jesús, la derivación de algunos atributos exclusivos de Dios como el perdón de los pecados, y la autoría de los evangelios o incluso del llamado “Nuevo Testamento”.

Esto respalda los puntos de vista argumentando que el mensaje de Jesús fue distorsionado y descarrilado por las personas que afirmaban que eran los apóstoles de Jesús aunque no se encontraron o siquiera vieron a Jesús en realidad como Saúl o Pablo.

Como tal, el papel de los discípulos y apóstoles de Jesús en la formulación del cristianismo contemporáneo es más crucial que el de Jesús mismo. Por lo tanto, la probabilidad de la distorsión del mensaje de Jesús es muy fuerte por el papel irrestricto e ilimitado de los discípulos y apóstoles de Jesús en la formulación de su mensaje.

En cuanto a los Compañeros, los Sucesores y los Sucesores de los Sucesores, su papel se limitó a la preservación y la enseñanza del mensaje del Profeta Muhammad a las personas sin reproducción de sus milagros, derivación de ninguno de los atributos de Dios, autoría del Corán o alguna de las cosas atribuidas a los discípulos de Jesús.

¿Estaban los discípulos de Jesús bíblicamente mal representados?

El retrato de los discípulos de Jesús en el Nuevo Testamento es totalmente diferente del del Corán.

El Corán confirma que los discípulos creyeron en Jesús como un siervo, mensajero y profeta y no distorsionaron el mensaje de Jesús en general o las escrituras enviadas a él en particular. El Corán nos dice que la distorsión tuvo lugar más tarde, es decir, décadas después de la Ascensión de Jesús.

Sobre la firme creencia de los discípulos, en el Corán, leemos:

Y cuando Isa notó rechazo en ellos, dijo: ¿Quién defenderá conmigo la causa de Allah? Entonces dijeron los más íntimos de los discípulos: Nosotros somos los defensores de Allah, en Allah creemos; da testimonio de que estamos sometidos. ¡Señor nuestro! Creemos en lo que has hecho descender y seguimos al mensajero, incluye nuestro nombre entre los que dan testimonio. (Al ‘Imran 3: 52-53)

También leemos:

Y cuando inspiré a los apóstoles a que creyeran en Mí y en Mi mensajero, dijeron: Creemos y atestiguamos que estamos sometidos. (Al-Ma ‘idah 5: 111)

El Corán nos dice que los discípulos creyeron en Dios y en su Mensajero Jesús y fueron “partidarios de Dios”. En cuanto a la incredulidad, fue más bien expresada por los hijos de Israel. Sobre eso, leemos:

¡Vosotros que creéis! Sed auxiliares de Allah; tal y como dijo Isa, el hijo de Maryam, a los discípulos: Quién me ayudará en favor de Allah? Y dijeron los discípulos: Nosotros somos los auxiliares de Allah. Hubo una parte de los hijos de Israel que creyó, pero otros descreyeron. Dimos apoyo a los que habían creído contra sus enemigos y fueron los vencedores. (As-Saff 61:14)

Acerca de la distorsión del mensaje de Jesús, el Corán nos dice que la afirmación de que Jesús fue asesinado y crucificado no fue hecha por los discípulos, sino por los hijos de Israel. Sobre eso, leemos:

Y por haber dicho: Nosotros matamos al Ungido, hijo de Maryam, mensajero de Allah. Pero, aunque así lo creyeron, no lo mataron ni lo crucificaron. Y los que discrepan sobre él, tienen dudas y no tienen ningún conocimiento de lo que pasó, sólo siguen conjeturas. Pues con toda certeza que no lo mataron. Sino que Allah lo elevó hacia Sí, Allah es Poderoso y Sabio. (An-Nisaa’ 4: 157-158)

Es observable que, en el Corán, la incredulidad, el politeísmo o “exceso en la religión” en la historia de Jesús se atribuye a la “Gente de las Escrituras”, “Cristianos”, “facción de los hijos de Israel”, o ” denominaciones de los hijos de Israel “, en lugar de a los discípulos.

Acerca de la atribución del exceso en la religión al Pueblo de las Escrituras, leemos en el Corán:

¡Gente del Libro! No saquéis las cosas de quicio en vuestra Práctica de Adoración ni digáis sobre Allah nada que no sea la verdad. Ciertamente el Ungido, hijo de Maryam, es el mensajero de Allah, Su palabra depositada en Maryam y un espíritu procedente de Él. Creed, pues, en Allah y en Su Mensajero y no digáis tres; es mejor para vosotros que desistáis. La verdad es que Allah es un Dios Único. ¡Está muy por encima en Su gloria de tener un hijo! Suyo es cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. Y Allah basta como Guardián. (An-Nisaa’ 4: 171)

Acerca de la atribución de incredulidad y monoteísmo a los cristianos, leemos:

Y dicen los judíos: Uzayr es el hijo de Allah. Y dicen los cristianos: El Ungido es el hijo de Allah. Eso es lo que dicen con sus bocas repitiendo las palabras de los que anteriormente cayeron en la incredulidad. ¡Que Allah los destruya! ¡Cómo falsean! Han tomado a sus doctores y sacerdotes como señores en vez de Allah, igual que al Ungido, hijo de Maryam; cuando solamente se les ordenó que adoraran a un Único Dios. No hay dios sino Él. ¡Glorificado sea por encima de lo que Le asocian! (At-Tawbah 9: 30-31)

Acerca de la atribución de incredulidad a una facción/ secta/ denominación de los hijos de Israel, leemos:

¡Vosotros que creéis! Sed auxiliares de Allah; tal y como dijo Isa, el hijo de Maryam, a los discípulos: Quién me ayudará en favor de Allah? Y dijeron los discípulos: Nosotros somos los auxiliares de Allah. Hubo una parte de los hijos de Israel que creyó, pero otros descreyeron. Dimos apoyo a los que habían creído contra sus enemigos y fueron los vencedores. (As-Saff 61:14)

También leemos:

Pero los partidos que había entre ellos discreparon. ¡Perdición para los que no creyeron porque habrán de comparecer en un día transcendente! (Maryam 19:37)

Leemos además:

Pero las distintas facciones que había entre ellos discreparon. ¡Ay de aquéllos que fueron injustos por el castigo de un día doloroso! (Az-Zukhruf 43:65)

Y leemos:

Pero fragmentaron lo que tenían, en escrituras. Y cada facción quedó contenta con lo suyo. (Al-Mu’minun 23:53)

La inocencia de los discípulos de Jesús sobre el papel exagerado que se les atribuye en la Biblia se evidencia en varias citas bíblicas. Por ejemplo, al final del Evangelio de Juan, leemos:

Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. (Juan 21: 24-25)

En los versículos anteriores, hay evidencia del hecho de que los contenidos de los cuatro evangelios no fueron escritos por los discípulos de Jesús sino por otras personas que escribieron los evangelios y atribuyeron sus propios escritos a los discípulos de Jesús.


Referencias

  1. El Glorioso Corán
  2. La Santa Biblia
  3. Sahih Al-Bujari
  4. Sahih Muslim

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