‘ILM AD-DABT
La ciencia de la escritura detallada del Corán
En este breve artículo se pretende aclarar cómo se pusieron las vocales y la puntuación a las palabras del Corán, así como otros símbolos y señales que hoy nos parecen parte intrínseca del texto coránico.
Para abordar este tema es necesario saber que tanto el mus-haf (copia escrita del Corán) de la época del Mensajero de Allah, que Allah lo bendiga y le dé paz, como el mus-haf de Uzmán, que Allah esté complacido con él, carecían de puntos en las letras, así como de vocales (harakaat) y otros signos.
Ese es el mus-haf original, el mus-haf padre, podríamos decir.
Es importante tener en cuenta que la escritura, la forma en que se escribe el Corán, está basada en iŷtihad, es decir que fue establecida según el criterio de sabios y eruditos; y no es tauqifi, es decir que no está determinada por Allah y Su Mensajero. Lo que es tauqifi es, por tanto, inamovible. Y este no es el caso. El dabt es iŷtihadi. Y de ahí que haya pequeñas diferencias, por ejemplo, en la colocación de puntos sobre ciertas letras. Más adelante mostraremos algunos ejemplos.
Como sabemos, el Profeta Muhammad, que Allah lo bendiga y le dé paz, no leía ni escribía. Al recibir la Revelación, dictaba a los escribanos que, a su vez, pasaban a escrito lo que escuchaban.
El Profeta tenía varios escribanos. Estos redactaban según dictaban las normas de escritura del árabe comunes en aquella época.
Algo más tarde llegó Uzmán y, durante su califato, mandó escribir lo que conocemos como Al Mus-haf al Uzmani. Ese mus-haf tampoco tenía puntos ni vocales (harakaat).
Luego, en la época de los seguidores (los tábi’ín), cuando en muchas tierras de no árabes la gente empezó a aceptar el islam, los ulemas pensaron en ponerle puntos y vocales a las letras del mus-haf para evitar confusiones y para mayor claridad, facilitando así la lectura a los nuevos musulmanes. Esta labor la llevó a cabo, en primer lugar, un erudito llamado Abul-Aswad ad-Du’ali, que era uno de los tábi’ín.
Él colocó las primeras vocales en la escritura del Corán. Por ejemplo, en la palabra Al-Ard (tierra) puso: Al-Arda, Al-Ardu o Al-Ardi, según la declinación de la palabra por su posición en la frase. A ese acto se le llamó “Naqt al-i’raab”.
Más tarde llegó uno de sus alumnos, llamado Yahia ibn Amur, y colocó lo que se conoce como “Naqt al-i’ŷaam”. Es decir, los puntos de las letras: dos puntos debajo de la “yaa”, un punto debajo de la “baa”, etc. Para que los extranjeros pudieran diferenciar entre las letras y leer correctamente la palabra, aunque no la conocieran, pues no sabían árabe.
Luego, más tarde, apareció un personaje que es Jalil ibn Ahmad Al-Farahidi y evolucionó esto incluso más. Puso todas las harakaat, todas las vocales.
Todo esto se denomina: “Ilmu-sh-shakl wad-dabt”, que podría traducirse como: La ciencia de las vocales y la puntuación. Es un conocimiento que se desarrolló para hacer más exacta la escritura del Corán y más fácil su lectura, especialmente a los musulmanes no árabes; los cuales son ahora la gran mayoría de los musulmanes del mundo.
Más tarde, en tiempos de Al-Ándalus, vinieron algunos ulemas andalusíes para profundizar sobre este tema. Entre ellos está Abu ‘Amr Ad-Dani, de Denia, que escribió un libro titulado “Kitab Al-Muhkam fi naqt al-masaahif”.
Otro fue Sulaiman ibn Naŷaah, un sabio muy conocido que también estudió y profundizó en esta ciencia y escribió varias obras sobre el tema.