La virgen Maria

Islam, mi llave a la felicidad

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Di mi testimonio de fe y cuando me dijo: “hermana, ya eres musulmana” sentí como Dios llenó mi corazón.

Con motivo del Día Internacional de la Felicidad, que fue ayer, 20 de marzo, hoy publicamos este artículo, escrito en primera persona por una nueva musulmana mejicana, ella lo ha titulado: “Islam, mi Llave a la Felicidad”.

Soy Miriam (de México) una nueva musulmana, siento felicidad de pertenecer a la “Ummah” (la gran Comunidad Musulmana), aunque se que el mundo se me viene en contra.

El mundo no estuvo cuando más los necesité, les contaré mi historia, la historia que me hizo darme cuenta lo equivocada que estuve respecto al amor que Dios nos profesa y cómo encontrar la felicidad.

¡La vida no siempre es justa o eso pensé yo!

La vida no es justa; eso me quedaba muy claro, siempre esa era mi justificación ante mis fracasos, me enamoré de un hombre alcohólico, drogadicto y tuvimos un hermoso hijo, Santiago, pero el hombre aquél jamás estuvo conmigo, me golpeaba, no me daba dinero, no me trataba con cariño, no fue un buen esposo jamás.

Yo siempre estaba renegando de lo que me pasaba, siempre decía: “Dios esto, Dios lo otro” toda mi ira era contra Él. Ahora me arrepiento tanto porque entendí que era yo la que me había olvidado de Dios y no Dios de mí, entendí que los fracasos o los triunfos solo son parte de nuestra vida y que ambas cosas dejan lecciones importantes sobre las cuales construimos nuestro futuro. Yo me olvide de Él pensando que Él no quería saber más nada de mí y, miren, Dios tenía un plan maravilloso para mí.

Finalmente decidí abandonar a mi esposo y comenzar de nuevo con mi hijo, sólo él y yo en busca de la felicidad.

Toqué Fondo y Abrí mi Corazón a Dios

Con el tiempo decidí iniciar de nuevo y darme una nueva oportunidad, conocí a otro hombre bueno de nobles sentimientos, me enamoré de él y así comenzamos una relación y nos fuimos a vivir juntos.

Tuvimos unas gemelitas hermosas, pero yo seguía renegando de Dios seguía dando por hecho que Él me había abandonado, pues mi situación tanto económica como emocional eran deplorables, aún y cuando tenía nuevas oportunidades yo no las podía apreciar, mi falta de fe me condenaba a la tristeza, daba todo por sentado, demandaba de Dios una vida perfecta, no entendía que la felicidad se construye y que no podemos tener todo al mismo tiempo sin haber luchado para obtenerlo, pero sí podemos lograrlo luchando por nuestro futuro siempre de la mano de Dios.

Un día, ya desesperada, decidí lo peor, quise quitarme la vida, quise acabar con mis problemas estúpidamente y pasó algo que nunca imaginé, mi hijo me marcó a mi celular y me dijo: “mamita, te AMO”. Tiré el frasco de pastillas al retrete y me dije qué estupidez iba a cometer.

Sabía que Dios me había enviado una señal, sabía que no era el momento, sabía que Él me había cuidado.

Conocí el Islam y la Llave a mi Felicidad

Un día, por curiosidad abrí una cuenta de Facebook y a los pocos meses contacté con un musulmán, él no era mexicano y le pregunté: ¿de dónde eres? me dijo Alejandría, Egipto y dije ¡wow!

Cuando ya nos conocíamos un poco más me dijo que me acercara a Dios mediante el Corán, me envió audios y desde ahí supe que era lo que realmente quería, comencé a conocer a Dios mediante el Corán y tengo muy claro que Dios es quien me ayudó a no morir porque quería que Le conociera bien y supiera que Él nunca tuvo la culpa de lo que me pasaba.

De la Oscuridad a la Luz de la Felicidad – el Mensaje del Islam

Un día estaba viendo publicaciones sobre el Islam y decía “¿Quieres ser musulmán?” y mi corazón saltó de felicidad, hice un comentario en la publicación y ella (una hermana musulmana) me contestó, me dijo que me explicaría sobre el Islam y que yo no estaba sola, le conté mi historia, la charla fue enriquecedora, sus palabras fueron muy bellas, ella me mostró la verdadera humanidad, cuando hablé con ella sentí como si la conociera desde hace muchos años. Me explicó con paciencia todo, después de entender plenamente lo que era el islam sentí una alegría inmensa, la hermana me preguntó que si me sentía lista para dar mi testimonio de fe y yo le dije que eso era algo que había estado esperando, ella me mostró cómo hacerlo, di mi testimonio de fe y cuando me dijo: “hermana, ya eres musulmana” sentí como Dios llenó mi corazón.

Quise ser musulmana por convicción, soy musulmana porque AMO A DIOS Y SOLO A ÉL, soy musulmana porque creo firmemente que el serlo ha cambiado mi forma de vida y mis perspectivas.

No me importa que los demás no lo entiendan soy yo quien quiere esto para mí y cada quien decide lo que quiere para su vida, yo quiero ser mejor musulmana y quiero aprender todo sobre el Islam.

La Felicidad se Encuentra en el Sometimiento al Creador

Hermanos, acérquense a Allah, lean el Corán busquen la paz en él, cuando yo lo escuché mi piel se erizó, pues Dios está ahí. Él te habla, te ayuda, Ámenlo como Él nos ama a nosotros.

El profeta Muhammad declaró:

“CUÁN MARAVILLOSO ES EL ESTADO DEL CREYENTE. ¡TODOS SUS ASUNTOS SON BUENOS PARA ÉL! Y ESTO SÓLO ES PARA EL CREYENTE. SI TIENE MOTIVOS PARA ESTAR FELIZ ES AGRADECIDO, Y ESO ES BUENO PARA ÉL. Y SI SE VE AFLIGIDO POR LAS DIFICULTADES ES PACIENTE, Y ESO ES BUENO PARA ÉL”

Miriam (México)

 

Fuente: www.religiondelislam.com

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