Algunos falsificadores afirman que los musulmanes santifican la Ka’bah circunvalándola, lo que implicaría cierta idolatría en el Islam. Ellos sostienen que la Piedra Negra fue uno de los ídolos que había alrededor de la Ka’bah pero que permaneció después de la conquista islámica de Meca. Al hacerlo, los musulmanes no serían mejores que los incrédulos ignorantes que creían que la adoración de ídolos y piedras los acercaría a Dios. Además, afirmaron que Muhammad se inspiró en las costumbres paganas de los infieles cuando puso los rituales de su religión e hizo de la Ka’bah, un edificio hecho por el hombre, el centro de estos rituales, dirigiéndose a ella en la oración y al ir a ella en el Hayy. Preguntan: “Si el Islam es una religión monoteísta, ¿por qué permite la santificación del Ka’bah y la Piedra Negra, así como otros ritos del Hayy?”
De hecho, los musulmanes observan los ritos del Hayy como adoración a Allah y sometimiento a Sus órdenes, y nada de su culto se dirige a la Piedra Negra o a la Ka’bah en términos de miedo o esperanza, pues esto es solo para Allah, el Todopoderoso.
El concepto de adoración en el Islam incluye los significados de sumisión, humildad y obediencia con la creencia de que el adorado tiene una autoridad invisible con efecto en la realidad. El adorador trata de acercarse cada vez más al que está adorando para obtener un beneficio o defenderse de un mal. También piensa que descuidar la adoración incurre en daño y castigo, ya sea en esta vida o en el más allá, y por lo tanto debe someterse al adorado obedeciendo sus órdenes y evitando sus prohibiciones.
Por lo tanto, podemos entender fácilmente por el significado de la adoración que los musulmanes no adoran la Ka’bah ni la Piedra Negra pues no se someten o se humillan a ellas, pero las respetan y las tienen en alta estima. Además, no reciben órdenes religiosas de la Ka’bah o de la Piedra Negra. El beso y el respeto no tienen nada que ver con la adoración, en este caso particular, porque los musulmanes, al hacerlo, creen que nada puede dañar o beneficiar excepto Allah. Los musulmanes niegan cualquier atribución de autoridad sobre estos asuntos . Además, creen que la relación entre el creador y el creado es directa y no tiene intermediarios, y que los fieles no tienen necesidad de recurrir a nada para acercarlos a Allah Todopoderoso. Los musulmanes creen que hacer esto es una especie de Shirk mayor (asociar a Allah en la adoración) que te lleva fuera del Islam.
Es útil aquí mencionar que el primero que realizó el Hayy fue el Profeta Ibrahim (Abraham, la paz sea con él) a quien Allah le ordenó llamar a la gente al Hayy. Allah Todopoderoso dice:
Y llama a la gente a la Peregrinación, que vengan a ti a pie o sobre cualquier montura, que vengan desde cualquier remoto camino. Para que den testimonio de los beneficios que han recibido y mencionen el nombre de Allah en días determinados sobre los animales de rebaño que les ha proporcionado. Así pues comed de ellos y alimentad al desvalido y al necesitado. (Al-Hayy 22: 27-28)
Por lo tanto, el Profeta Ibrahim fue quien primero realizó el Hayy y fue también quien destruyó los ídolos y los convirtió en fragmentos y revivió la religión del monoteísmo. Allah (Gloria a El) dice:
Luego te inspiramos a ti para que siguieras la forma de Adoración de Ibrahim como hanif sin ser de los que asocian. (An-Nahl 16: 123)
La gente de la era preislámica, de la ignorancia, agregó algunos ritos paganos y ceremonias inadmisibles al Hayy, como circunvalar la Ka’bah desnudos y mancharla con la sangre de los animales del sacrificio, creyendo que esto los acercaría a Allah. El Islam vino y eliminó todas estas costumbres y ritos desviados. Abu Bakr declaró en el noveno año de la Hijrah: “Ningún politeísta circunvalará la Ka’bah y nadie irá desnudo por la casa”. (Al-Bukhari)
De hecho, la cuestión de la adoración depende de dos cuestiones principales: el amor perfecto y la sumisión perfecta. El amor sin sumisión o la sumisión sin amor no son adoración.
No hay duda de que todos los ritos del Hayy están dirigidos a Allah, no a la Ka’bah o a la Piedra Negra. Además, se sabe que cualquiera que adora algo cree que esto es mejor que él, mientras encontramos que el Profeta (la paz sea con él) dijo refiriéndose a la Ka’bah, “¡Cuánta gloria y qué sagrada eres! Sin embargo, el creyente es más sagrado que tú”. (Al-Tirmidhi)
Finalmente, es necesario referirnos aquí al hecho de que los árabes tenían ídolos antes del Islam y pusieron muchos ídolos alrededor de la Ka’bah pero nunca se narró que adoraran a la Ka’bah o la Piedra Negra, solo las tenían en alta estima y las consideraban como restos de la práctica de Ibrahim. Por lo tanto, es falso afirmar que Muhammad transmitió la adoración de estas piedras a su nueva religión del Islam.
Fuente: Traducción de www.bayanelislam.net