La creencia en Allah es el corazón del Islam y es esencial para lograr el objetivo fundamental de la vida humana. Hay muchos no-musulmanes que declaran creer en Dios, pero son muy pocos los que pueden dar una definición coherente de la deidad en la que creen. El conocimiento de lo que se puede decir sobre la naturaleza de la Unidad Divina ha sido siempre un elemento esencial en la enseñanza islámica y, ya desde el principio, la comprensión de lo que puede o no decirse sobre Allah ha sido obligatorio para todo musulmán. Las fuentes coránicas eran la base de todas las formulaciones sobre la Unidad Divina que exponían los eruditos de los primeros días del Islam. Un ejemplo de este caso podemos verlo en la Risala de Ibn Abi Zayd al-Qayrawani:
“Lo obligatorio es creer con el corazón y pronunciar con la lengua que Allah es el dios único y que no hay más dios que Él, que no tiene parecido ni igual, que no tiene hijo, ni padre, ni esposa, ni asociado alguno. No tiene ni comienzo ni final.
Los que intentan describirlo no pueden hacerlo y los pensadores no pueden abarcarlo con su pensamiento. Los que reflexionan lo hacen acerca de Sus signos, mas no en torno a la realidad de Su Esencia. “Y no abarcan nada de Su conocimiento que no sea lo que Él quiere”. (Al Baqarah, 2: 255). “El escabel de Su trono abarca los cielos y la tierra y no Le causa fatiga mantenerlos. Y Él es el Elevado, el Inmenso”. (Al Baqarah, 2: 255).
Él es el Elevado, el Inmenso, el Omniscente, el Conocedor, el Planificador, el Poderoso, el Oyente, el Vidente, el Excelso, el Grande. Por Su esencia está sobre Su inmenso Trono y, por Su conocimiento, está en todas partes. “Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra. Estamos más cerca de él que su propia vena yugular”. (50: 16).
“No cae una sóla hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro”. (6: 59). Está asentado sobre Su trono y tiene el control absoluto de Su reino.
Posee, y siempre los ha poseído, los Nombres más hermosos y los Atributos más sublimes. Él es demasiado elevado como para que Sus Atributos hayan sido alguna vez creados o Sus Nombres inventados.
Habló a Musa (Moisés) con Su Palabra, la cual es un atributo de Su esencia y no una de sus criaturas. Se manifestó en el Monte, el cual se desmoronó totalmente ante Su Majestad”.
Esta comprensión está por completo basada en la forma en que las primeras generaciones del Islam entendían los versículos del Corán que hablaban directamente de la Unidad Divina. No obstante, y al poco tiempo, varias facciones de racionalistas y literalistas comenzaron a distorsionar esta aceptación directa del texto revelado, razón de que fuese necesario estructuralizar el entendimiento de los Atributos Divinos para defender la creencia ortodoxa. Uno de los grandes eruditos que asumieron la defensa del entendimiento coránico original fue el Imam Abu´l-Hasan al-Ash’ari.
Firmemente basado en el entendimiento coránico original, el Imam Abu’l Hasan dispuso de tal manera la comprensión de los Atributos Divinos que redujo al mínimo el peligro de cometer algún error con respecto a la naturaleza del Dios que se adoraba. Listó trece atributos esenciales, de los cuales seis se aplican a la Esencia Divina y siete a las acciones Divinas. Los que describen la Esencia Divina son: Existencia/wuŷud, Preeternidad/qidam, Continuación indefinida/baqa, Carencia de necesidad alguna/ghina, Diferenciación con respecto a los seres creados/mujalafa li’l-hawadiz, Unidad de Su esencia, atributos y acciones/wahdaniyya dhatihi wa sifatihi wa af’alihi. Los atributos Divinos necesarios para la acción Divina son: Vida/hayat, Conocimiento/’ilm, Poder/qudra, Voluntad/irada, Oído/sam’a, Vista/basar, Habla/kalam. Hablando con propiedad, la existencia/wuŷud, no es un atributo como tal, pero denota simplemente que Allah es.