Nos encontramos en el principio del mes de Muharram, el primer mes del así llamado calendario islámico. Iba a escribir algo al respecto hablando sobre la Hiyra, la importancia que tiene, la Hiyra del Mensajero Muhammad, la paz sea con él, y de sus compañeros de Meca a Medina, la hiyra en nuestros días, la hiyra interna y externa, etc.
Tenía ganas de escribir algo al respecto y puede que lo haga en los próximos días, pero cuando me disponía a hacerlo he entrado antes a navegar un poco por las redes sociales para ver qué se cocía y me ha entristecido mucho leer largos debates, realmente no debates, sino más bien ataques sin cortesía ni conocimiento, carentes de amor y de misericordia, de gente que ataca a otros porque felicitan el año nuevo hiyri, acusándoles de innovadores, de que felicitarlo es haram y de que por hacerlo arderán en el infierno.
Lo digo de verdad, esto me ha entristecido mucho, muchísimo, si os soy sincero; ese postulado de que ‘si no lo hizo el Profeta es bid’a o es haram’ es algo que creía ya más que superado (y tengo que decir que, gracias a Allah, para mucha gente así lo es), pero veo que para otra gente, no lo está. Y esta gente eleva sus voces por encima del resto acusando a diestro y siniestro de innovadores.
Lo que me gustaría preguntar a esa gente que tan seguidora de la sunnah y del Mensajero de Allah se dice ser, que pretenden ser musulmanes impolutos y poseedores de la verdad absoluta, es: “¿Realmente el Profeta acusaba de innovadores o incrédulos a diestro y siniestro? ¿Los amenazaba con que arderían en el Fuego del Infierno?”. Probablemente nos iría mucho mejor si empezáramos por este punto, antes de entrar en los ataques y acusaciones.
Pero dejando esto de lado, ya que creo que hay gente mucho más preparada que yo que podría responder mejor, con mayor conocimiento y elaborando un argumento más productivo; lo que me gustaría hacer es compartir con vosotros una reflexión que ha acudido a mi corazón al leer estos debates y acusaciones.
Y es que el Islam (al menos yo lo entiendo así) es un todo, es una forma de vida en la que siempre hay un tawhid, en la que siempre hay una unidad; parte de ese tawhid es que es algo social, es una forma de vida social, Allah nos ha creado para vivir y tener relaciones los unos con los otros. Para vivir juntos, para compartir nuestras alegrías, para intercambiar buenas noticias, para que nos amemos y nos apoyemos los unos en los otros, como lo eran los sahaba, que eran como un solo cuerpo, como un edificio, en el que unos se apoyaban en los otros.
Sobre esto existen numerosos ejemplos, tal vez el más claro de ellos y que mucha gente no es capaz de verlo desde esta perspectiva es el salat en yama’ah, la oración en congregación. Sabemos cómo la recompensa del salat en yama’ah se multiplica, su recompensa es mucho mayor; lo es por el esfuerzo que supone hacerlo, por el esfuerzo de acudir a la mezquita o al lugar donde lo hagas, etc.
Pero también lo es por el encuentro, por ese aspecto social que encierra; y esto es realmente uno de los grandes secretos, ya que, al hacerlo con otra gente, no es hacer el salat y ya está, hay más, hay mucho más me atrevería a decir. Lo que hay es el encuentro, es ver a otra gente, es relación humana, es cuando terminas la oración darle la mano y mirándole a los ojos, decirle taqabbalallah, que Allah acepte tu oración. Esto es maravilloso. Porque detrás de ello hay una conexión con esa persona con la que has hecho la oración, uniéndoos hombro por hombro, hay un intercambio, hay un dua’ a Allah por ambas partes.
En ese mirarse a los ojos puede haber muchas cosas, puede (y debe) haber una sonrisa, que es parte de la sádaqah, es posible que percibas su estado, si está en necesidad, si tiene alguna preocupación, si algún asunto le aflige y es posible que ese acto, tan simple en apariencia, sea el primer paso de arreglar esa situación, de elevar la carga que está soportando esa persona; pero todo esto, si el salat lo haces tu solo, nunca lo vas a poder percibir. Y Allah sabe más.
Y por ello, volviendo al tema de la felicitación del año nuevo hiyri, para mí tiene un significado muy similar, y lo veo como una “excusa” para felicitar a las personas que amas; (además de ser también un recuerdo de la hiyra, nos hace saber en qué año y en qué mes estamos, que nos hagamos cuestiones sobre la hiyra, etc…) y al felicitar a tu hermano hay un intercambio, hay compartir una alegría, hay un recuerdo, te estás acordando de él al hacerlo, en tu corazón se está despertando ese sentimiento de cercanía y de amistad tan necesario entre nosotros hoy en día y al que tanta importancia le dan Allah y Su Mensajero.
En el fondo es un intercambio, y el Mensajero de Allah nos llama a ese intercambio, a que intercambiemos regalos para que nos amemos; regalos materiales sí, pero dentro de ello entra toda acción o toda palabra que conlleve el aumento de amistad, cercanía y amor entre nosotros.
Por eso tampoco estaré nunca de acuerdo con los que dicen que está prohibido celebrar y dar regalos en los cumpleaños y que en el Islam no se puede hacer y que es una innovación. Vuelvo a lo mismo, es posible que el Mensajero y sus compañeros no lo hicieran, pero ¿acaso por ello es haram? ¿existe alguna prohibición al respecto? Y no me vale el argumento de que al hacerlo estaremos imitando a otros, pues es muy pobre y sobretodo no es aplicable en este sentido. Es un aspecto social, de estrechar vínculos, de amarse y recordarse y eso nunca ha estado ni estará prohibido en nuestro Din, todo lo contrario.
¿Viéndolo desde esta perspectiva y conociendo el carácter y el comportamiento del Mensajero de Allah, la paz sea con él, alguien se atreve a decir que es una bida’, una innovación perversa que quien la haga arderá en el Infierno? Lo siento, pero mi conocimiento y entendimiento del Islam me hacen imposible comprender este asunto como algo malo.
Amistad, compañerismo, cercanía, misericordia, perdón, buena opinión, dua’, cubrir las faltas, dar preferencia a otros, amor, esto sí es el Islam, esto sí es el Islam social y esto es lo que nos ha enseñado el Mensajero de Allah. Este es el verdadero secreto, esto es lo que conquista los corazones de la gente, esto es lo que ilumina los corazones, esto es lo que hace que la gente, en el oriente y el occidente de la tierra se enamoren del Mensajero de Allah, de Su Señor y del Mensaje que transmitió. Y esto es ciertamente lo que, a mí, cada día que pasa, me sigue enamorando del Islam.
Llevémoslo a la práctica con misericordia y compasión, con respeto y buenas palabras; y si el felicitar el año nuevo hiyri es motivo para ello, hagámoslo sin miedo, con buena intención, con la mejor esperanza, con sinceridad y el mayor de los anhelos, sin dramatismos ni extremismos. Y tened claro que, si por ello, Allah hace que aumenten estos sentimientos en la persona a la que estamos felicitando, habremos conseguido y avanzado mucho más que con acusaciones, desprecio y faltas de respeto.
Oh Allah, te pido que nos des un buen año, que aumentes en él nuestra sinceridad hacia Ti, nuestro amor hacia Tu Mensajero y que por ese amor, nos hagas reunirnos con él en el lugar más elevado del Jardín. Amin!
¡Feliz año nuevo hiyri!
Por: Shaij Ahmed Bermejo
Fuente: http://ahmedbermejo.com/2019/09/01/una-reflexion-sobre-el-ano-nuevo-hiyri/