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El Antiguo Testamento – parte 2 de 2

antiguo

Breve estudio de lo que eruditos judeo-cristianos dicen respecto a la autenticidad y preservación del Antiguo Testamento.

Seguimos estudiando lo que eruditos judeo-cristianos dicen respecto a la autenticidad y preservación del Antiguo Testamento.

Ayer vimos algunas contradicciones y datos aparentemente erróneos. Pero, hay más.
En Crónicas 22:2, se lee que “Ahaziah tenía cuarenta y dos años cuando se convirtió en el rey…”. Cuarenta y dos años de edad.

Apenas parece digno de mención. A menos que nosotros notemos que en Reyes 8:26 dice: “Ahaziah tenía veintidós años cuándo él se volvió el rey…”. ¿Cuál es la verdad entonces? ¿Cuarenta y dos o veintidós?
Tomemos otro versículo de la Biblia. Dice en Crónicas 21:20 que el padre de Ahaziah, el Rey Jehoram, murió a la edad de cuarenta.

¿Entonces…?

¿El Rey Jehoram murió a la edad de cuarenta y ya tenía un hijo de cuarenta y dos? En otros términos, ¿el Rey Jehoram engendró a un niño dos años mayor que él?

No hay ninguna manera de dar sentido a estas figuras. Y mientras la conclusión lógica se acerca, leemos en Crónicas 22:1 que Ahaziah era el hijo más joven del Rey Jehoram, y que los invasores habían matado a los hijos mayores de Jehoram.
Así, si Ahaziah era dos años mayor que su padre, ¿cuántos años tendrían sus hermanos mayores?
Obviamente, no puede confiarse en Crónicas 22:2, y Reyes 8:26, que enseña que Ahaziah tenían veintidós años cuando él se volvió rey, debe ser la versión correcta.

Así que, el Rey Jehoram murió a los cuarenta (según crónicas 21:20) y fue sucedido por Ahaziah que tenía veintidós (2 Reyes 8:26). Entonces, el Rey Jehoram tenía dieciocho años cuando Ahaziah nació, y aproximadamente diecisiete cuando fue concebido. Pero Jehoram tenía hijos mayores (Según Crónicas 22:1), por lo que debe de haber comenzado su familia a la edad de quince o menos. En tanto que Ismael habría sido un muchacho desvalido a la edad de dieciséis. En un tiempo cuando los adolescentes eran ya hombres.

Pero ese no es el asunto.

Isaías 40:8 dice que “la palabra de nuestro Dios resiste para siempre”. Esta aseveración no permitiría los errores, ningún error, ni grave ni ligero. De hecho, según Isaías 40:8, cualquier “palabra” que no ha estado de pie desde siempre no es la palabra de Dios.

¿Qué debe entonces hacernos cuestionar la paternidad literaria de la Biblia?

¿”La palabra de nuestro Dios está de pie desde siempre”, y la “palabra” referente a la edad de Ahaziah no resiste la prueba lógica? Esto de quién proviene ¿de Dios?, ¿de Satanás?
Tal vez no se perciba ahora, pero incluso el Antiguo Testamento parece incierto en este punto.

En Samuel 24:1 se lee: “De nuevo se despertó el enojo del Señor contra Israel, y Él movió a David contra ellos al decir: ‘Estáis divididos, Israel y Judah’“. Sin embargo, dice en crónicas 21:1: “Ahora Satanás estaba de pie contra Israel, y movió a David para atacar Israel”.

¿Quién era? ¿El Señor, o Satanás? Hay una total diferencia.
Esto ya parece una discusión sobre un robo de identidad.
Pero el error es entendible. Después de todo, es bastante difícil saber de quién usted está hablando, cuando no puede poner una cara a la revelación. Y, cuando Dios dijo en Éxodo 33:20: “Tú no puedes ver Mi rostro; porque ningún hombre Me verá, y vivirá”.
Así nosotros también creemos.
Ningún hombre puede ver el rostro de Dios y vivir.
Bien, salvo Jacob, claro. Como Génesis 32:30 dice: “Porque Jacob llamó el nombre del lugar Peniel: ‘Porque yo he visto a Dios cara a cara, y mi vida se conserva’”.

Y no debemos olvidarnos de Moisés, según Éxodo 33:11: “Porque el Señor habló a Moisés cara a cara, como un hombre habla a su amigo”.
Así que ningún hombre puede ver la cara de Dios y vivir.
Salvo Jacob y Moisés.

¿Pero Dios no mencionó la excepción, verdad?

Quizá cambió de opinión.

Y, una vez más, quizá no.

 

Por: Laurence B. Brown

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