Por: Faten Sabri
“Nadie cargará con la carga de otro. Y si alguno, agobiado por el peso de su carga, le pidiera a otro que se la llevara, nadie podría llevarle nada, aunque fuera un pariente cercano.
Tu advertencia sólo le sirve a quien teme a su Señor sin verlo* y cumple la Oración. El que se purifica sólo lo hace por su bien, hacia Allah se ha de volver.”
(Corán, Surat Fatir, 35:18)
No se puede culpar a los humanos por los pecados que no han cometido, ni pueden obtener la salvación sin haber intentado ser buenos.
• Todos los niños nacen sin pecado. Es al alcanzar la edad de la pubertad o la madurez cuando pasan a ser responsables de sus pecados. Una lección para la humanidad es cuando Dios aceptó el arrepentimiento de Adán por haber comido el fruto prohibido. Esta es la primera instancia del perdón.
• Cada alma lleva la carga de su propio pecado. Esto demuestra la justicia de Dios. No se puede culpar a los humanos por los pecados que no cometieron, ni pueden obtener la salvación si son malvados en la Tierra.
“Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.” (Deuteronomio 24:16)
“¡Oh gentes! Temed a vuestro Señor y temed un día en el que ningún padre podrá pagar por su hijo ni ningún recién nacido pagará por su padre; realmente la promesa de Allah es verdadera, que no te seduzca la vida del mundo ni te seduzca, apartándote de Allah, el Seductor”.
(Corán, Surat Luqman, 31:33)
• Nadie es torturado por un pecado que no cometió. No se sacrifica a un niño para perdonar el pecado de otro. La vida es una prueba y cada alma es responsable de sus propias acciones.
• Dios es perfecto. No tiene necesidad de morir por nosotros, Él da la vida y la muerte. Él no murió ni resucitó. Él salvó a Su Profeta Jesús y lo protegió, tal como ayuda y protege a Sus creyentes.
• Dios es muy Misericordioso con Sus criaturas, más de lo que una madre lo es con sus hijos, por lo que los perdona cada vez que se arrepienten ante Él.
• No existe la superioridad de una raza sobre otra. Dios prueba a cada individuo en base a su piedad y justicia, y esto se refleja en la manifestación de los nombres y los atributos de Dios (el más Justo, el más Sabio, etc.).
Desde antes de la creación de Adán, el plan de Dios era que la humanidad fuera colocada en la tierra. El Islam no considera la vida de la humanidad en la tierra como un castigo, sino como parte del plan de Dios. Dios creó a los humanos para adorarlo, ya que Él es el Señor del universo.
“Y no he creado a los genios y a los hombres sino para que Me adoren.”
(Corán, Surat Adh-Dhariyat, 51:56)
“Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra a un representante Mío. Dijeron: ¿Vas a poner en ella a quien extienda la corrupción y derrame sangre mientras que nosotros Te glorificamos con la alabanza que Te es debida y declaramos Tu absoluta pureza? Dijo: Yo sé lo que vosotros no sabéis.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2:30)
Dios le enseñó a Adán los nombres de todas las cosas.
“Y enseñó a Adam todos los nombres (de los seres creados) y mostró éstos a los ángeles diciéndoles: ¡Decidme sus nombres si sois veraces! Dijeron: ¡Gloria a Ti! No tenemos más conocimiento que el que Tú nos has enseñado. Tú eres, en verdad, el Conocedor perfecto, el Sabio.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2: 31-32)
Dios ordenó a los ángeles que se inclinaran ante Adán.
“Dijo: ¡Adam! Diles sus nombres. Y cuando lo hubo hecho, dijo: ¿No os dije que conocía lo desconocido de los cielos y de la tierra, así como lo que mostráis y lo que ocultáis? Y cuando dijimos a los ángeles: ¡Postraos ante Adam! Se postraron todos menos Iblis que se negó, se llenó de soberbia y fue de los rebeldes”.
(Corán Surat Al-Baqarah, 2: 33-34)
Dios coloca a Adán y a Eva en el Jardín y les dice que son libres de disfrutar de sus frutos, excepto los de un árbol.
“Y dijimos: “¡Oh Adam! Habita con tu pareja en el Jardín, y comed con libertad de lo que en él hay; pero no os acerquéis a este árbol, porque seriáis transgresores.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2:35)
Satanás engañó a Adán y a Eva para que comieran los frutos del árbol prohibido.
“Pero el Shaytán les hizo caer en eso, sacándolos de donde estaban. Dijimos: ¡Descended!: Unos seréis enemigos de otros. Tendréis temporalmente en la tierra un lugar de asentamiento y bienes de los que disfrutar.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2:36)
Además de los nombres de todas las cosas, Dios quería enseñarle a Adán cómo arrepentirse cada vez que pecara. Por lo tanto, Dios da a Adán las palabras de arrepentimiento.
“Luego Adam, recibió palabras inspiradas por su Señor, que se volvió a él; es verdad que Él es el que se vuelve en favor de Sus siervos, el Compasivo.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2:37)
Y este fue el primer perdón otorgado por Dios. Fue solo una prueba para enseñar a toda la humanidad la forma del arrepentimiento. Cada vez que el humano peca, tiene que arrepentirse como Adán, por lo que la herencia que nos dejó no fue en sí el pecado, sino la forma del arrepentimiento.
El Corán aquí también declara que no se culpa a Eva por el pecado de Adán. Cada uno de ellos aceptó su propio error y se arrepintió ante Dios, y le pidió a Dios que los perdonara y Dios los perdonó. Por tanto, se quita y se desvincula de las mujeres esta carga de seducción y del pecado original.
Dios informó a Adán que le enviaría Su guía a él y a sus descendientes
“Dijimos: Descended todos de aquí; y si os llega de Mí una guía, los que la sigan no tendrán nada que temer ni se entristecerán.”
(Corán, Surat Al-Baqarah 2:38)
Y Dios nos dice que esta vida no es nuestro destino final. Dios no ha creado seres humanos solo para comer, beber y reproducirse. Si ese fuera el caso, los animales serían considerados mejores que los humanos, ya que también comen, beben y se reproducen, pero ellos no son responsables de sus acciones.
La vida de uno es una prueba y cada alma es responsable de sus propios actos, Dios honró a los seres humanos y los favoreció por encima de muchas de Sus criaturas.
“Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adam. Los llevamos por la tierra y por el mar, les damos cosas buenas como provisión y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas.”
(Corán, Surat Al-Israa, 17:70)
Desde la época de Adán, Dios (Allah) el Creador, asignó a la persona más justa de una sociedad en particular como profeta para guiar a la humanidad. El mensaje del Creador consiste en que se debe creer en Él y adorarlo solo a Él.
Desde que apareció el hombre por primera vez en la tierra, desde la época de Adán, el Creador designó a la persona más religiosa de una sociedad en particular como Profeta durante la época en la que esta persona vivía, para guiar a la humanidad hacia la verdad y con el objetivo final de alcanzar la verdad. Él enviaría un nuevo Profeta cada vez que la humanidad cayera en un desastre moral y tuviera una vida sin objetivo, y después de que el mensaje de un Profeta anterior fuera corrompido y seriamente adulterado.
“El Mensajero cree en lo que se le ha hecho descender procedente de su Señor y los creyentes (con él). Todos creen en Allah, en Sus ángeles, en Sus libros y en Sus mensajeros: “No aceptamos a unos mensajeros y negamos a otros”. Y dicen: Oímos y obedecemos, (danos) Tu perdón Señor nuestro, y hacia Ti es el retorno.”
(Corán, Surat Al-Baqarah, 2: 285)
Cabe mencionar que, aunque muchos de los Profetas y mensajeros que Dios ha enviado a diferentes naciones se mencionan por su nombre en el Corán (es decir, Jesús, Moisés, Abraham, Noé, David, Salomón, Ismael, Isaac, José, etc.), no se hace referencia a algunos otros. Por lo tanto, la posibilidad de que otros maestros religiosos famosos como los personajes hindúes Rama, Krishna y Gautama Buddha fueran Profetas de Dios no puede ser negada con certeza.
“Es verdad que antes de ti ya habíamos enviado mensajeros; te hemos dado noticias de algunos de ellos y de otros no, a ningún mensajero le correspondió traer ningún signo sin que fuera con el permiso de Allah y cuando la orden de Allah llegaba, se decidía con la verdad, siendo la perdición de los que atribuían falsedades.”
(Corán, Surat Ghafir, 40:78)
Sobre la autora:
Faten Sabri (1973) es una pensadora musulmana jordana. Es conocida por su interacción frecuente con diferentes culturas y religiones ya que habla diferentes idiomas. Estudió religión comparativa, lo que que le permite hablar sobre temas controvertidos en el Islam con quienes están interesados por la verdad y los pensadores libres. Ha escrito libros sobre el mensaje del Islam, el concepto original de Dios y Jesucristo en el Islam, y escribe artículos de forma mensual en revistas internacionales. Estos libros y artículos han sido traducidos y distribuidos en más de 9 idiomas.