En el artículo de ayer hicimos un breve esbozo de la correcta actitud que debemos tener ante la actual situación con especial atención a la responsabilidad, a afrontar los miedos y a la paciencia.
Ibn Sina (980-1037), médico y filósofo persa, y padre de la medicina moderna, escribió:
«La imaginación es la mitad de la enfermedad;
La tranquilidad es la mitad del remedio;
Y la paciencia es el comienzo de la cura».
Los tres pilares esenciales sobre los que el creyente asienta su existencia son, la creencia en el Decreto, no tener miedo a la provisión y protegerse y no propagar las habladurías. Es inevitable que la falta de libertad es una llamada a volvernos a Allah y a actuar según sus designios.
El sentimiento de comunidad es de vital importancia y ha sido en los momentos más difíciles de la historia donde la comunidad se ha fortalecido. Debemos aprovechar esta situación para reflexionar sobre nuestra actitud como comunidad, intentando evitar las imposiciones basadas en nuestros puntos de vista y aunar los esfuerzos en aras del bien común y de un liderazgo firme.
El modelo de sociedad que conocíamos hasta ahora se desmorona. El sistema que se estableció a partir del siglo XVIII con un sistema económico basado en el sistema bancario y en la legalización de la usura ha colapsado.
No es el momento de menospreciar la presencia del virus, ni de poner en duda las medidas de confinamiento por mucho que algunos dudemos de ellas y de las cuales se podría decir mucho tanto desde un punto de vista psicológico como legal. Debemos seguir las indicaciones de las autoridades y debemos actuar con total responsabilidad. Tampoco debemos centrar nuestra energía en difundir la idea de una conspiración con intereses ocultos.
Sin embargo, parece evidente que lo único significativo de este virus es su grado de contagio, ya que, ni en el número de afectados ni en los muertos que produce se asemeja por el momento a cualquier otra enfermedad con la que habitualmente lidiemos como es el caso de la gripe común. Por tanto, más allá de las cuestiones técnicas de la pandemia, las consecuencias económicas derivadas de tal situación están totalmente alejadas de la proporcionalidad que se prevé. Como un ejemplo de lo que estamos diciendo la bolsa ha tenido unas bajadas que solo equiparables a las producidas en la segunda guerra mundial.
La deuda que los países han asumido a lo largo de los años se va a disparar de forma exponencial, de manera que ni siquiera se podrá hacer frente a los intereses de dicha deuda, ya no digo lo que significa empezar a devolver el capital. La crisis que vivimos en el año 2008 centrada en el negocio inmobiliario produjo una burbuja hipotecaria que llevó a una restructuración del sistema bancario con aportaciones de capital por millones en el proceso de rescate de los bancos.
La actual situación económica es mucho más grave que la de aquel momento ya que hemos seguido imprimiendo capital de forma compulsiva olvidándonos del respaldo necesario de riqueza real que soporta tal emisión de deuda.
Es el momento de que prevalezca la coherencia, es el momento de que el conocimiento primigenio del ser humano sea la base de las decisiones. Es el momento del Din del Islam, provocando una gestión de la producción justa y equilibrada, un desarrollo del comercio en términos de justicia social y transacciones que protejan a todo el mundo. Es el momento de poner en valor las profesiones manuales y la defensa del maestro y el aprendiz en el desarrollo de los gremios.
Los sistemas financieros, siempre a la vanguardia de lo que va a pasar, hace varios años que se han dedicado a la adquisición de depósitos de oro en una estrategia clara de lo que supone una devaluación de las monedas y que llegará a la disolución del patrón dólar como medida de control económico global.
Debemos prepararnos para un nuevo orden económico. Debemos prepararnos para asumir un nuevo modelo de funcionamiento global. La Umma del islam está llamada a liderar, desde el conocimiento primigenio que Allah nos reveló en el Corán y bajo la sunna de nuestro amado profeta Muhammad, la paz sea con él, este nuevo modelo que Allah, en Su Infinita Misericordia, nos ofrece como una oportunidad más para salvar al ser humano y establecer una sociedad equilibrada y justa.
Dice Allah en Su Noble Libro:
“Alejaré de Mis signos a quienes se llenan de soberbia en la Tierra sin razón; ésos que aunque vean todo tipo de signos, no creen en ellos y aunque vean el camino de la guía recta no lo toman como camino, pero que si, en cambio, ven el camino de la perdición, lo toman como camino. Esto es porque han negado la verdad de Nuestros signos y son indiferentes a ellos” (7.-Sura Al ´Araf: 146)
Por: Malik Ruiz
Fuente: Barcelona Mosque, editado por Islam For Christians Es.