En una visita a una oficina de correos en San Diego, California, vi a una anciana a la que le estaba costando salir de su coche. Sola, y probablemente de más de setenta años, sostenía la puerta con una mano temblorosa mientras salía del asiento del conductor. “¿Puedo ayudarle señora?”, le dije, dando un paso fuera de mi propio coche con una mano extendida. “No, gracias”, respondió ella, amablemente y con una sonrisa, tal vez reticente a tomar la ayuda de un desconocido.
La observé mientras se dirigía hacia el edificio con dificultad. Su negativa digna, a pesar de la difícil situación en que estaba, me conmovió muchísimo. Era claramente demasiado mayor para hacer recados, y quizás demasiado mayor para conducir con seguridad.
Me di cuenta de que la situación de esta anciana no era muy diferente a la de millones de personas de edad avanzada en el mundo, que se ven privados del amor y el cuidado que necesitan y que merecen en su vejez.
La American Psychological Association informa: Cada año un número estimado de 2,1 millones de estadounidenses mayores son víctimas de abuso y negligencia físicas, psicológicas o de otro tipo. Puede que estas estadísticas no cuenten toda la historia porque no se informa a las autoridades de todos los casos de abuso y descuido. Mejor quita eso, no añade nada y es confuso.
Incluso en los países que son conocidos por estructuras familiares relativamente más fuertes, los ancianos reciben cada vez menos atención. Según HelpAge India, la mayoría de los ancianos son maltratados por sus propios hijos, que se han convertido en el mayor grupo de agresores, llegando al 47,3 por ciento de todos los casos de abuso.
Mientras que el Islam hace hincapié en el respeto hacia todos los ancianos en la sociedad, los niños tienen una responsabilidad especial hacia sus padres. El Glorioso Corán dice:
Tu Señor ha ordenado que solo le adoréis a Él y que hagáis el bien a vuestros padres. Y si a alguno de ellos, o a los dos juntos, les llega la vejez junto a ti, no les digas “uff” ni los rechaces, sino que háblales con buenas palabras. Baja sobre ellos el ala de la humildad que viene de la misericordia y di: “¡Señor mío! Ten piedad de ellos, al igual que ellos me criaron cuando era pequeño”. (Al-Israa 17:23-24)
En estos versículos, la bondad hacia los padres se menciona junto con la creencia en un solo Dios. Estos dos versículos reflejan la compasión, el respeto y el sentido de la responsabilidad que el Islam exige que los creyentes tengan hacia sus padres.
“Un hombre se acercó al Profeta y dijo: “¡Oh Mensajero de Dios! ¿Quién de las personas es el más digno de mi buena compañía?” El Profeta dijo: “Tu madre”. El hombre dijo: “Después, ¿quién?” El Profeta dijo: “Después tu madre”. El hombre preguntó de nuevo: “Después, ¿quién?” El Profeta dijo: “Después tu madre”. El hombre volvió a preguntar: “Después, ¿quién?” El Profeta dijo: “¿Entonces tu padre””. (Bujari y Muslim)
El profeta Muhammad declaró que los padres tienen derecho a ser obedecidos por sus hijos. En una de sus narraciones, el Profeta declaró que las faltas más graves son creer que Dios tiene socios, desobedecer a los padres, cometer un asesinato y dar falso testimonio. (Bujari y Muslim).
Islam hace obligatorio para los hijos el ser responsables del mantenimiento de sus padres una vez que los hijos se han independizado.
La dignidad – Un derecho humano básico de los ancianos
En los últimos años se ha renovado el interés a nivel internacional por la difícil situación de las personas mayores. Muchas conferencias y simposios han enfatizado que a los ancianos a menudo no se les muestra el respeto y la dignidad que todo ser humano necesita, incluso cuando se les proporciona un apoyo básico.
La compasión y el respeto hacia las personas mayores constituyen un elemento esencial en la conducta islámica. El Profeta del Islam dijo claramente:
“No es uno de nosotros el que no muestra sensibilidad a los jóvenes y no muestra respeto a los ancianos.” (At-Tirmidhi)
Lejos del abuso y la negligencia que vemos en la sociedad de hoy en día, las personas mayores tienen un estatus digno y protegido en el Islam. Tradicionalmente, los musulmanes han otorgado a sus mayores esta noble condición, y la disminución de esta práctica que vemos en algunos países musulmanes es concomitante con la disminución general de la adhesión a los principios islámicos.
En el ciclo de la vida, la juventud y la vejez son sólo una cuestión de tiempo, pues el que es joven, será viejo algún día. Islam recuerda al joven de esta verdad básica de la condición humana, a través de una narración del Profeta en el que afirmó: “Si un joven honra a un anciano a causa de su edad, Dios designa a alguien para honrarlo en su vejez.” (At-Tirmidhi)
Que Dios nos ayude a todos, para cumplir con nuestras obligaciones hacia nuestros mayores, a amarles y a respetarles, ya que deben ser amados y respetados, y para dar un buen ejemplo a nuestros propios hijos.
Fuente: whyislam.org