La virgen Maria
Thu, 21 Nov 2024

La generosidad en Ramadán

La generosidad en el mes del ayuno 

generosidad

Gastar en el camino de Allah tiene una gran recompensa.

Nos encontramos en el bendecido mes de Ramadán. Que es el noveno mes del año lunar. Es un mes del que el Corán habla, dándole un alto rango y un lugar de estima elevado. También el Profeta Muhammad habló de los méritos, el favor y beneficios de este noble mes.

Incluso antes de la llegada del Islam, este mes era venerado y considerado uno de los Inviolables y más importantes en el año.

Por eso, con la llegada del Islam, se le dio una posición a Ramadán y Allah reveló a Su Profeta la obligatoriedad de ayunar durante sus días, permitiéndose comer y beber en sus noches.

De cualquier manera, el tema que me gustaría tratar en este artículo, no es el ayuno de Ramadán, sino otro aspecto de gran importancia.

Es un elemento fundamental e intrínseco al espíritu de este bendecido mes.

Se trata de la generosidad en Ramadán. El mes de Ramadán es un mes de generosidad. De amplitud en el dar y el gastar.
El Mensajero de Allah, paz y bendiciones de Allah con él, era el más generoso de los hombres y era más generoso que nunca cuando llegaba el mes de Ramadán. También dijo: “La mejor sádaqa es la sádaqa en Ramadán”.

El ayuno que practican millones de musulmanes en todo el mundo es una práctica extraordinaria por la cual, siguiendo el mandato del Creador, se dejan, durante un número concreto de horas del día, acciones y cosas que están normalmente permitidas. El musulmán se retira, durante las horas de luz solar, de la comida y la bebida. Y se abstiene de tener relaciones sexuales. Eso es lo conocido. Es lo más básico y es la descripción legal del ayuno según la Shariah.

No obstante, hay otra serie de elementos esenciales también para un ayuno correcto, como no mirar a lo prohibido o reprobable, no hablar mal de otros, no insultar o difamar, no acudir a sitios indeseables y otros asuntos similares.

Todo esto ayuda a mejorar las buenas cualidades de carácter y la buena conducta. Fomenta todas las buenas costumbres y hábitos de nobleza.

Por lo tanto, es la época ideal para practicar la generosidad. Uno está llamado, durante el mes de Ramadán, a desapegarse de lo mundanal y material; a estar concentrado en la adoración de Dios y llevar a cabo las acciones de bien.

Es por ello que el dar con amplitud se debe hacer más fácil. El ser magnánimo y generoso se facilita. Es el tiempo más propicio para ser espléndido, ya que uno, supuestamente, debe encontrarse en unos momentos en los que se siente más desprendido y desapegado. Por esa razón el Profeta Muhammad, que la paz sea con él, que era el más generoso de los hombres, era más generoso que nunca en el mes de Ramadán.

Este mes del año es una oportunidad excelente para ayudar a los necesitados, para dar limosna a los pobres, para ayudar a quienes están haciendo labores de bien y acciones humanitarias, también para apoyar buenas causas, para dar financiación a hospitales en zonas devastadas por catástrofes naturales o guerras, para proveer con comida a los ayunantes y, en resumen, para gastar de la provisión que Allah le ha dado a cada uno.

La riqueza, al fin y al cabo, pertenece al Creador. La propiedad que ostentamos sobre ella es una de carácter provisional. Todo pertenece realmente a Él.

Dice Allah en el Corán:

Los que gastan sus bienes en el camino de Allah se parecen a un grano que produce siete espigas y cada una de las espigas lleva cien granos. Así multiplica Allah a quien Él quiere; Allah es Espléndido y Conocedor”. (Sura Al-Baqarah, 2:261)

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