Aunque las diversas religiones abrahámicas, principalmente el judaísmo, el cristianismo y el islam, prohíben al hombre matar y combatir a sus correligionarios, a lo largo de la historia se han vivido luchas internas por una razón u otra.
Dado que estas luchas internas son algo inevitable, no pueden considerarse como razones para creer en la falsedad de una fe u otra, ya que son los textos de las Escrituras más que la práctica de algunos seguidores los que pueden utilizarse para juzgar las creencias.
Como ni el judaísmo ni el cristianismo ni el islam eran inmunes a las luchas internas, es injusto vilipendiar al Islam solamente, simplemente porque algunos de sus seguidores luchan entre ellos.
Como se indicó anteriormente, son solo los textos bíblicos los que constituyen la base constante sobre la cual una fe puede ser juzgada como verdadera o falsa. En cuanto a la práctica de los seguidores, varía según el tiempo y el espacio, variando entre la adhesión a las escrituras y la desviación de las mismas. Así que echemos un vistazo a las luchas internas en el judaísmo, el cristianismo y el islam.
Las luchas internas en el judaísmo
Aunque el judaísmo prohíbe a un judío matar a su compañero judío. En el Antiguo Testamento, la Biblia cita muchos casos de luchas internas entre judíos.
Por ejemplo, el Antiguo Testamento relata que Abimelec pasó a muchos de sus hermanos de los hijos de Israel por la espada. Sobre eso, leemos en la Biblia:
“Y le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit, con los cuales Abimelec alquiló hombres ociosos y vagabundos, que le siguieron. Y viniendo a la casa de su padre en Ofra, mató a sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una misma piedra; pero quedó Jotam el hijo menor de Jerobaal, que se escondió. “. (Jueces 9: 4-5)
También leemos: “Y Gaal salió delante de los de Siquem, y peleó contra Abimelec. Mas lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó delante de él; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta”. (Jueces 9: 39-40)
Leemos además: “Y Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, y tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de sal”. “(Jueces 9:45)
El Antiguo Testamento también cita las luchas internas que tuvieron lugar entre los hijos de Benjamín y el resto de los hijos de Israel y las masacres que siguieron.
Sobre esto, leemos en la Biblia: “Y salieron los hijos de Benjamín al encuentro del pueblo, alejándose de la ciudad; y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el, y el otro a Gabaa en el campo; y mataron unos treinta hombres de Israel”. (Jueces 20:31)
También leemos: ” Volvieron, por tanto, la espalda delante de Israel hacia el camino del desierto; pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos. Así cercaron a los de Benjamín, y los acosaron y hollaron desde Menúha hasta enfrente de Gabaa hacia donde nace el sol. Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra. Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos fueron abatidos cinco mil hombres en los caminos; y fueron persiguiéndolos aun hasta Gidom, y mataron de ellos a dos mil hombres74. (Jueces 20: 42-45).
Esos son solo algunos ejemplos. Pero hay muchos otros ejemplos de luchas internas entre judíos en el Antiguo Testamento, que no se dan para no extendernos.
Las luchas internas en el cristianismo
Aunque el cristianismo prohíbe a un cristiano matar a otro cristiano, la historia cristiana, antigua y moderna, abunda en casos de luchas internas entre los cristianos, desde los albores del cristianismo.
Por ejemplo, después de que Constantino profesara y adoptara el cristianismo como la fe del Imperio Romano, se produjeron luchas internas entre sus hijos, cada uno con el fin de gobernar el imperio, unos pocos años después que adoptara el cristianismo.
Estas luchas internas terminaron en la derrota y asesinato de Constantino II en 340 d. C. y la división del Imperio Romano entre sus hermanos, Constante y Constancio II.
Por otra parte, durante el reinado del emperador Valente, aunque apenas habían transcurrido unas décadas desde la profesión del cristianismo por el Imperio Romano, estallaron unas tremendas guerras entre el Imperio Romano cristiano del este, bajo el gobierno del emperador Valente, y los godos cristianos de occidente, bajo el liderazgo de Fritigerno.
El 9 de agosto de 378 d. C., tuvo lugar la batalla de Adrianópolis entre los romanos orientales y los godos occidentales, aunque ambos eran cristianos, y la batalla terminó con la derrota de los romanos, la aniquilación de cerca de dos tercios del ejército romano y el asesinato del emperador Valente.
Esos son solo algunos de los abundantes casos de luchas internas de la antigua historia cristiana, desde sus albores.
Las luchas internas en el Islam
Aunque el Islam prohíbe a un musulmán matar a sus compañeros musulmanes, estas luchas internas predestinadas por Dios a judíos y cristianos se han extendido también a los musulmanes. Este es un destino que no puede evitarse con advertencias. ‘Amir bin Sa’d narró bajo la autoridad de su padre que el Profeta Muhammad dijo: “Le pedí a mi Señor tres cosas y Él me ha concedido dos, pero me ha negado una. Le supliqué a mi Señor que mi comunidad no fuera destruida por el hambre y Él me lo concedió. Rogué a mi Señor que mi comunidad no fuera destruida por el ahogamiento (por el diluvio) y Él me lo concedió. Y rogué a mi Señor que no hubiera sangre derramada entre la gente de mi comunidad, pero Él no me lo concedió”. (Muslim)
Sin embargo, a diferencia de las creencias celestiales anteriores, el Islam incluyó, entre sus prácticas, exquisitas enseñanzas y mandatos, un mecanismo para la unificación de los musulmanes, la prevención de su división, las disputas, la desconexión y por la conciliación.
El Islam no se contentó con la mera prohibición de matar y luchar como las anteriores religiones abrahámicas. Se adelantó a las luchas internas con el mandato de la unificación, la prohibición de la división y la disputa y mediante eficaces soluciones para el acuerdo ante cualquier disputa entre dos o más grupos de musulmanes:
- Acerca de la unidad y la unificación, leemos en el Corán:
Y aferraos todos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis; y recordad el favor que Allah ha tenido con vosotros cuando, habiendo sido enemigos, ha unido vuestros corazones y por Su gracia os habéis convertido en hermanos. Estabais al borde de caer en el Fuego y os salvó de ello. Así os aclara Allah Sus signos. Ojalá os guiéis. Para que de vosotros surja una comunidad que llame al bien, ordene lo reconocido e impida lo reprobable. Esos son los que cosecharán el éxito. Y no seáis como aquellos (judíos y cristianos) que se dividieron y cayeron en discordia, cuando ya les habían llegado las pruebas claras. Esos tendrán un inmenso castigo. (Aal Imran 3: 103-105)
- Sobre la obligación de mantenernos juntos y la de remitir las disputas al Corán y a la Sunnah del Profeta para su solución, leemos en el Corán:
¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allah, obedeced al Mensajero y a aquéllos de vosotros que tengan autoridad. Y si disputáis sobre algo, remitidlo a Allah y al Mensajero, si creéis en Allah y en el Último Día. Esto es preferible y tiene mejor resultado. (An-Nisaa’ 4:59)
- Sobre la prohibición de la diferencia, la división y la disputa, leemos en el Corán:
Os ha legislado, dentro de la Práctica de Adoración, lo que encomendó a Nuh, lo que te hemos inspirado a ti y lo que encomendamos a Ibrahim, Musa e Isa: que establecierais firmemente la Práctica de Adoración y no os dividierais en ella. Les resulta excesivo a los asociadores aquello a lo que los llamáis. Allah elige para Sí a quien quiere y guía hacia Él a quien a Él se vuelve. (Ash-Shura 42:13)
- Sobre el desprecio de la división y de las facciones tanto dentro como fuera de la comunidad musulmana, leemos en el Corán:
Los que se dividieron en su práctica de Adoración y se hiceron sectas…Tú no tienes nada que ver con ellos. Su caso se remite a Allah. Él les hará saber lo que han hecho. (Al-Anam 6: 159)
También leemos:
De ésos que han creado divisiones en su práctica de Adoración y se han fragmentado en sectas. Cada facción está contenta con lo suyo. (Ar-Rum 30:32)
- Sobre el desprecio de la disputa y el consiguiente fracaso, leemos en el Corán:
Y obedeced a Allah y a Su Mensajero y no disputéis, porque entonces os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu. Y tened paciencia, pues ciertamente Allah está con los pacientes. (Al-Anfal 8:46)
También leemos:
Ciertamente Allah fue sincero con vosotros en Su promesa cuando, con Su permiso, los estabais venciendo. Sin embargo, cuando Allah os hizo ver lo que amabais, entonces flaqueasteis, discutisteis las órdenes y desobedecisteis, pues entre vosotros hay quien quiere esta vida y hay quien quiere la Última. Y luego os apartó de ellos para probaros y os perdonó. Allah posee favor para los creyentes. (Aal Imran 3: 152)
Leemos además:
Cuando Allah hizo que, en tu sueño, los vieras poco numerosos. Porque si te los hubiera hecho ver muy numerosos, habrías perdido el valor y habrías discutido el mandato. Pero Allah os salvó. Realmente Él conoce lo que hay en los pechos. (Al-Anfal 8:43)
- Acerca de hacer la paz entre los musulmanes y subyugar a los grupos opresores musulmanes, leemos en el Corán:
Y si dos bandos de creyentes luchan entre sí, reconciliadlos, pero si uno de ellos abusa del otro, combatid al que haya abusado hasta que vuelva a la orden de Allah; y si lo hace, arreglad las cosas entre ellos con justicia y siendo equitativos. Es cierto que Allah ama a los equitativos. Los creyentes son, en realidad, hermanos; reconciliad pues a vuestros hermanos y temed a Allah para que se os pueda dar misericordia. (Al-Hujurat 49: 9-10)
Sobre la reconciliación y el acuerdo exigido por el temor de Dios, leemos en el Corán:
[…] así pues, temed a Allah, poned orden entre vosotros y obedeced a Allah y a Su mensajero si sois creyentes. (Al-Anfal 8: 1)
Conclusión
Aunque Dios decretólas luchas internas entre los seguidores de todas las religiones abrahámicas, incluyendo el judaísmo, el cristianismo y el islam, observamos que los mensajes celestiales previos prohibían solamente que sus respectivos seguidores se mataran unos a otros, mientras que el Islam proporciona un una guía de acción. Será improbable, y si realmente tiene lugar, se detendrá en breve.
Razones para la lucha entre los musulmanes
He aquí una pregunta que puede surgir: si el islam es realmente tan contrario a las luchas internas, ¿por qué estallaron entre los musulmanes?
La respuesta es que no todos los musulmanes luchan entre sí. Más bien, sólo algunos de ellos se pelean entre sí por las razones contra las cuales el Islam advirtió en el Corán y en la Sunnah:
La primera razón: la ignorancia de las enseñanzas islámicas y la falta de voluntad de ponerlas en práctica como una forma de vida. Acerca de eso leemos en el Corán:
Pero quien se aparte de Mi recuerdo… Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego. (Taha 20: 124)
La mencionada desviación del camino de Dios ha dado lugar a estragos en la Tierra y a la falta de hermandad en la relación entre musulmanes. Acerca de eso leemos en el Corán:
¿Y no es cierto que si llegarais a gobernar sembraríais la corrupción en la tierra y cortaríais los lazos de consanguinidad? (Muhammad 47:22)
Por lo tanto, la bendición de la unidad entre los musulmanes ha sido retirada, aunque Dios dijo una vez sobre ella:
Y unió sus corazones. Aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra no habrías conseguido unir sus corazones, sin embargo Allah los unió. Verdaderamente Él es Irresistible, Sabio. (Al-Anfal 8:63)
Acerca de quitar esta bendición, leemos en el Corán:
Eso es porque Allah no cambia el favor que ha concedido a una gente mientras ellos no cambien lo que hay en sí mismos. Y Allah es Quien oye y Quien sabe. (Al-Anfal 8:53)
La segunda razón: una fuerte inclinación a esta vida mundana y la falta de inclinación la Próxima. Acerca de eso leemos en el Corán:
Y hay hombres que adoran a Allah como al borde de un precipicio; si les viene un bien se tranquilizan con ello pero si les viene una prueba cambian de cara perdiendo esta vida y la otra. Esa es la auténtica perdición. (Al-Hajj 22:11)
También leemos:
Di: ¿Queréis saber quiénes serán los más perdedores por sus obras? Aquellos cuyo celo por la vida del mundo los extravió mientras pensaban que hacían el bien con lo que hacían. (Al-Kahf 18: 103-104)
La tercera razón: los musulmanes se unen a los no musulmanes contra sus compañeros musulmanes y permiten a los no musulmanes sembrar las semillas de la discordia y la disensión entre los musulmanes. Acerca de eso leemos en el Corán:
¡Vosotros que creéis! No toméis por amigos de confianza a quienes no sean de los vuestros, porque no cejarán en el empeño de corromperos; desean vuestro mal. La ira asoma por sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es aún peor. Y si razonáis, ya se os han aclarado los signos… ¿Pero cómo es que vosotros, que creéis en todos los libros revelados, los amáis mientras que ellos no os aman? Cuando se encuentran con vosotros dicen: Creemos. Pero cuando están a solas se muerden los dedos de rabia contra vosotros. Di: ¡Morid con vuestra rabia! Realmente Allah conoce lo que hay en los pechos. Si os llega un bien, les duele, y si os sobreviene un mal, se alegran por ello; pero si tenéis paciencia y sois temerosos, su intriga no os dañará en absoluto; es cierto que Allah rodea lo que hacen. (Aal Imran 3: 118-120)
También leemos:
¡Vosotros que creéis! No toméis por amigos aliados a los que son enemigos Míos y vuestros -les dais muestras de afecto cuando ellos se han negado a creer en la verdad que os ha llegado y han expulsado al Mensajero y os han expulsado a vosotros porque creíais en Allah vuestro Señor- si habéis salido a luchar en Mi camino buscando Mi beneplácito. Les confiáis secretos por amistad; pero Yo sé lo que escondéis y lo que mostráis. El que de vosotros lo haga, se habrá extraviado del camino llano. Si os alcanzan, serán vuestros enemigos y alargarán hacia vosotros sus manos para haceros mal. Querrían que dejarais de creer. (Al-Mumtahinah 60: 1-2)
Leemos además:
Los que no creen son amigos aliados unos de otros. Si no lo hacéis habrá conflicto en la tierra y una gran corrupción. Y los que hayan creído y hayan emigrado y luchado en el camino de Allah, así como los que les hayan dado refugio y auxilio, éstos son los creyentes de verdad. Tendrán perdón y una generosa provisión. (Al-Anfal 8: 73 – 74)
Finalmente, las enseñanzas islámicas, si se ponen en práctica, excluyen y contienen cualquier conflicto interno entre los musulmanes. Sin embargo, la aversión de la mayoría de los musulmanes al Islam y su preferencia de esta vida mundana sobre la Próxima son las principales razones de las luchas internas entre los musulmanes.
Referencias:
1 El Glorioso Corán
2 Sahih Muslim
3 La Santa Biblia
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