Presuntas comparaciones de las mujeres con animales en Islam
Algunas personas afirman que el Islam compara a la mujer con animales como el burro y el perro, basándose en una lectura mal entendida del hadiz: “…su oración sería invalidada por (el paso de) un burro, una mujer o un perro negro…”
Sin embargo, encontramos la respuesta a los malentendidos de este hadiz en el Sahih de Al-Bujari. Masruq relató que se mencionó en la presencia de A’ishah el hecho de que la oración es cortada por el perro, el burro y la mujer. Y ella remarcó: “¿Nos haces (a las mujeres) iguales que los burros y los perros? Por Allah, que vi al Profeta ofreciendo la oración mientras estaba tumbada en la cama entre él y la Qibla (dirección de la oración)…” (Al-Bujari)
`Urwa Ibn Az-Zubair informó que Aisha, la esposa del Profeta Muhammad, dijo: “El Mensajero de Allah solía levantarse por la noche y ofrecer oraciones, mientras yo estaba al otro lado, entre él y la Qiblah, en su cama de matrimonio”. (Al-Bujari)
El significado correcto del primer hadiz sospechoso se aclara si se cita en su contexto más amplio.
Se ha transmitido de Abu Dhar que dijo: “El Mensajero de Allah dijo: Cuando alguno de vosotros está en la oración, que haya una cosa delante de él igual a la parte posterior de la silla de montar que lo cubre. En caso de que no tenga delante de él (alguna cosa) igual a la parte posterior de la silla de montar, su oración será cortada por el (paso de un) burro, mujer o perro negro. Y (el narrador) dijo: Oh, Abu Dhar, ¿cuál es la característica de un perro negro que lo distingue de un perro colorado o un perro azafrán? Él dijo: Oh, hijo de mi hermano, le pregunté al Mensajero de Allah como tú me estás preguntando, y dijo: “El perro negro es un diablo”. (Muslim)
Este hadiz significa que un hombre tiene que tener frente a él una barrera que impida el paso de cualquier persona o cosa directamente delante de él. El Profeta Muhammad dejó claro que el paso directo delante de la oración de una persona le corta la oración, es decir, que afecta al estado de ánimo de concentración de un adorador, en el que se supone que debe mantenerse durante su rezo. Esta es la opinión de algunos estudiosos. Y otros eruditos dicen incluso que en realidad anula la oración.
No hay duda de que el paso directo de una mujer con la que el hombre puede contraer matrimonio delante de este, durante la oración lo distrae y afecta a su concentración en la oración. Del mismo modo, el paso directo de un burro interfiere con el estado de ánimo sumiso en la oración, por el sonido desagradable del burro. Del mismo modo, la mirada del perro negro es tan horrible que puede distraer durante la oración, por no hablar de la remisión del profeta Muhammad a ella como un demonio, ya sea como un verdadero demonio con forma de perro o animal con semejanza al diablo por la fealdad.
En consecuencia, el hadiz no significa que una mujer sea, o tan siquiera se asemeje, a un animal. El significado implícito es más bien que va a tener un impacto considerable de distracción, perturbador en el hombre si ella pasa directamente frente a él sin una barrera.
La razón por la cual una mujer casadera, un burro y un perro negro se mencionan específicamente es que son más perjudiciales a la oración que cualquier otra cosa. Si bien la sumisión en la oración se ve influenciada por el paso de cualquier cosa por delante, la influencia perturbadora se maximiza en el caso de la mayor belleza representada por una mujer con la que se puede contraer matrimonio o la fealdad extrema representada por el burro y el perro.
Ni que decir tiene, que hay mucha evidencia del honor y la igualdad de la mujer en el Islam. nos bastará citar el siguiente hadiz del Profeta Muhammad: “Las mujeres son hermanas gemelas de los hombres”. (Ahmad, Al-Tirmidhi y Abu Daud).
Por lo tanto, `A’ishah se opuso a la mala interpretación del anterior hadiz, e indicó que ella solía estar delante del Profeta Muhammad mientras oraba como una refutación a que se compare a la mujer con los animales en cuanto a la interrupción de la oración como ha sido mal entendido por algunas personas. Dio a entender que no se refiere a la mujer en general, sino la posible excitación que puede causar una mujer con la que se puede contraer matrimonio que interrumpe la oración si pasa directamente delante del hombre mientras que él está ofreciendo la oración sin una barrera delante.
Otra denuncia de comparación de la mujer con animales en el Islam es la que dice que a `A’ishah el Profeta Muhammad la llamó “Humayra”. `A’ishah relató: “Los abisinios llegaron y empezaron a tocar (música). Acto seguido, el Profeta me dijo: ‘Oh, Humayra, ¿te gustaría verlos?” Yo dije: ‘Sí'”. (An-Nasai)
Algunas personas ignorantes afirman que “Humayra” es una descripción que significa una burra hembra joven.
Lingüísticamente hablando, “Humayra” es el diminutivo de “Hamra”, que es un adjetivo que describe una chica blanca rojiza. En cuanto a la burra joven, su diminutivo en árabe es “Humayirah” como diminutivo de “Himarah”, que es la burra.
De acuerdo con ello, el Profeta Muhammad solía dirigirse a A’ishah como “Humayra”, como un acto de cariño, por eso la llamaba así: “niña blanca rojiza”, y no para abusar de ella llamándola “burrita”, como pretenden algunas personas que son ignorantes de la lengua árabe.
Presuntas comparaciones de las mujeres con animales en el cristianismo
Más de una vez, la Biblia compara la mujer con un animal, en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Por ejemplo, la mujer es comparada con el perro.
“Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”. (Mateo 15: 25-27)
A la mujer se la asemeja con el cerdo. En el Antiguo Testamento, leemos:
“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y apartada de razón”. (Proverbios 11:22)