Es una ecuación muy difícil a la que tienen que enfrentarse las mujeres en Occidente.
En la parte 3 de esta serie de artículos en los que se está desgranando la realidad de la historia del conocido fenómeno que es llamado: La liberación de la mujer en Occidente, hablamos de los millones de casos que hay en los que mujeres que han renunciado a la protección e incluso, en numerosas ocasiones, a la compañía de hombre alguno en sus vidas, se ven en situaciones de dificultad y tienen que pasar por penurias y duras pruebas, llevándolas en muchos casos a verse forzadas a perder su dignidad y tener que trabajar en la prostitución.
Y cuando la mujer accede a sacrificar su honor e integridad entonces entra en juego otro sector de negocio que está muchas veces también dominado por los tiburones de la élite capitalista que han sido mencionados en artículos anteriores. Hablamos del sector de los casinos y clubes de noche y clubes de alterne.
La gran mayoría de mujeres que sufre acoso no denuncia.
Es significativo y digno de mención el hecho de que la gran mayoría de mujeres que sufre acoso sexual no denuncia a la policía, en Estados Unidos, por tomar este país como ejemplo. No lo hacen por una serie de motivos entre los que puede estar el miedo, la vergüenza, el temor a perder el empleo o la falta de suficiente evidencia para presentar una denuncia de manera formal.
La realidad es que la mayoría no denuncia, según la Oficina de los Estados Unidos para las Víctimas del Crimen. Y esto conduce comúnmente a una consecuencia negativa en sus autoestimas, se ven psicológicamente afectadas quedan con secuelas.
De acuerdo, ahora nos encontramos con un inmenso número de mujeres que han sufrido algún tipo de acoso o abuso sexual, ya sea en el ámbito del trabajo, en el transporte público, la calle o en algún otro lugar. Estas mujeres han quedado psicológicamente afectadas y dañadas.
¿Qué hacen? Deben tratar sus traumas. Por tanto, muchas de ellas buscan ayuda psicológica y acuden a expertos, psicólogos y médicos.
Ahora aparece otro catastrófico hecho, el abuso a manos de los profesionales que tratan a estas mujeres.
Esta es una realidad latente que ha salido especialmente a la luz en los últimos años. En Estados Unidos se han levantado miles de voces desde que empezó la era del #MeToo. En California solamente se han dado incontables casos, según Los Angeles Times.
También se han publicado informes, según la CNN, sobre el acoso sexual que sufren las mujeres en parlamentos europeos.
¿A dónde puede dirigirse la mujer de Occidente para refugiarse después de todo esto?
Es una ecuación muy difícil a la que tienen que enfrentarse las mujeres en Occidente. Por un lado, muchas se ven presionadas a mantener su atractivo físico. Esto lo confirma un estudio publicado en EEUU. Para sentirse valoradas y útiles en la sociedad deben mantener su atractivo físico, pero una vez que la mujer se ha cuidado, arreglado y embellecido, una vez que está atractiva para la sociedad, una parte de ella la ataca, entonces pierde toda autoestima, valoración propia o respeto propio que pudieran quedar en ella.
Es importante que seamos conscientes de esta terrible realidad que se da en los países occidentales.
Cuando una mujer normal en Occidente sale a su trabajo, su centro de estudio o incluso a su clínica para tratarse, se encuentra, en innumerables ocasiones, con un varón que la humilla, de una manera u otra, que abusa de ella, o la toca o la intimida. La usa como si de un juguete se tratase.
Por: Equipo editorial de es.islamforchristians, basado en el estudio por Dr. Eyad Qunaibi