Todas las religiones divinas prohíben las miradas lujuriosas a los miembros del sexo opuesto fuera del matrimonio, especialmente cuando el matrimonio con el miembro receptor de ellas es poco probable, como el caso de las personas casadas.
Observamos que la prohibición de la mirada lujuriosa es uno de los diez mandamientos de la Torá. Dicha prohibición se repite más de una vez en el Antiguo Testamento. Leemos: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. (Éxodo 20:17 , Deuteronomio 5:21)
En el Nuevo Testamento, nos damos cuenta de que la lujuria mirando a una mujer se considera equivalente al adulterio. No es de extrañar, pues esta mirada, es posible que conduzca al adulterio. El adulterio es más probable cuando es precedido de la mirada lasciva.
Leemos: “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (Mateo 5: 21-22., 27 -28 (NVI))
El Corán ordena al profeta Muaámmad que diga a los musulmanes, hombres y mujeres, que se abstengan de mirar el uno al otro con lujuria y que mantengan su pureza. En el Corán, leemos los siguientes versos:
Di a los creyentes que bajen la mirada y guarden sus partes privadas, eso es más puro para ellos. Es cierto que Allah sabe perfectamente lo que hacen. Y di a las creyentes que bajen la mirada y guarden sus partes privadas… (An-Nur 24: 30-31)
El profeta Muhammad indicó que la mirada inintencionada se perdona, pero un musulmán no debe, después de una mirada sin intención seguir con otra con intención, ya que la segunda no se perdona como la primera.
Se ha narrado que el profeta Muhammad dijo: “No sigas una mirada a una mujer con otra. En verdad, solo la primera es para ti, pero no la segunda”. (Ahmad)
Dado que sentándose en los lados de las calles es más probable observar a los transeúntes, incluidas las mujeres y jóvenes, el profeta Muhammad advirtió en contra de hacerlo sin una razón. Sin embargo, cuando los Compañeros argumentaron que esto era inevitable, se les instruyó que evitaran mirar a los transeúntes, como parte de la cortesía de estar en la calle. Abu Sa`id Al-Judri narró que el Profeta dijo: “¡Cuidado! Evitad sentaros en los caminos!”. Ellos (el pueblo) dijeron:”¡Oh Mensajero de Allah! No podemos dejar de estar (en los caminos) ya que estos son (nuestros lugares) donde tenemos conversaciones”. El Profeta dijo:”Pero si renunciáis a sentaros, entonces dadle al camino su derecho”. Ellos dijeron: “¿Cuál es el derecho del camino, Oh Mensajero de Allah?” Él dijo: “Bajar la mirada, abstenerse de dañar a los demás, devolver el saludo, y ordenar lo que es bueno y prohibir lo que es malo”. (al-Bujari)
El profeta Muhammad admiraba el siguiente verso compuesto por Antarah, el poeta preislámico:
“Bajo mi mirada cuando aparece mi vecina hasta que mi vecina se mete en su casa”.
El profeta Muhammad admiraba este verso porque llama a las buenas maneras, especialmente la decencia. яндекс
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Referencias:
1- El Corán (Sahih Internacional de la Traducción)
2- Sahih Al-Bujari
3- Munad Al-Imam Ahmad
4- La Santa Biblia (Visita biblegateway.com)