Como muchos no musulmanes, nosotros, los musulmanes, creemos que así como hay un mundo físico donde vivimos y vemos con nuestros ojos, hay otro mundo, o tal vez otros mundos, en los cuales no se aplican las reglas y regulaciones físicas. Sin embargo, todavía podemos, de una manera u otra, comunicarnos con esos mundos metafísicos y ver ciertas cosas y asuntos de esos mundos.
¿Hasta qué punto es lo que vemos verdadero? ¿Es algo realista o imaginario? ¿Es algo cierto o fantasioso? ¿Es de Dios, de Satanás, de nosotros mismos o de dónde? ¿Hay una manera de saber eso?
Es una suerte para nosotros, los musulmanes, tener reglas y con las que podemos diferenciar entre la revelación divina y la revelación no divina, incluyendo sus diversas formas, ya sean verdaderas o imaginarias, buenas o malas. Además, podemos decidir la autoridad de tales visiones en términos de textos religiosos, decisiones legales y preguntas dogmáticas.
Esta es una de las características más marcadas del Islam y de las fuentes religiosas islámicas, que distingue la fe musulmana de las religiones abrahámicas anteriores, donde la revelación divina y la revelación no divina se mezclan indiscriminadamente.
Echemos un vistazo ahora a la revelación divina y la revelación no divina en el Islam en términos de autoridad cuando se trata de los textos religiosos, las decisiones legales y las preguntas dogmáticas.
Revelaciones divinas y no divinas en el Islam
Los musulmanes creen que el hombre puede comunicarse con el (los) mundo(s) metafísico(s) y ver cosas y hechos que no forman parte de la realidad física que percibimos con nuestros ojos en este mundo material.
Aunque creemos que no todo lo visto por el hombre en esta situación es real o verdadero, creemos que hay algunos casos en que las cosas vistas por el hombre son reales y verdaderas. Sin embargo, hay una gran diferencia entre la revelación divina, que puede ser la base de los textos religiosos, las decisiones legales y las preguntas dogmáticas, y la revelación no divina, que aunque a veces real y verdadera, tiene formas variadas, como son sueños e inspiraciones divinas y espirituales.
Revelación divina y cómo vino en Islam
El Corán nos dice que Dios envió la revelación al Profeta Muhammad igual que lo había hecho a los profetas y mensajeros anteriores. Sobre esto, leemos:
Es verdad que te hemos inspirado al igual que inspiramos a Nuh y los profetas posteriores a él. Y también le inspiramos a Ibrahim, Ismail, Ishaq, Yaqub, las Tribus, Isa, Ayyub, Yunus , Harún y Sulayman. Y a Daud, al que le dimos los Salmos. (An-Nisaa’ 4: 163)
Acerca de ser una revelación de Dios, el Corán dice:
¿Es que no han reparado en el Corán? Si procediera de otro que Allah, hallarían en él muchas contradicciones. (An-Nisaa’ 4:82)
En el Corán, también leemos:
Di: ¿Qué hay más grande como testimonio? Di: Allah, que es Testigo entre vosotros y yo. Me ha sido inspirada esta Recitación para con ella advertiros a vosotros y a quien le alcance. ¿Daréis testimonio de que hay otros dioses con Allah? Di: Yo no atestiguaré. Di: Él es un Dios Único y yo soy inocente de lo que asociéis. (Al-Anam 6:19)
Leemos además:
Y cuando se les recitan Nuestros signos claros, aquéllos que no esperan que han de encontrarse con Nosotros, dicen: Tráenos un Corán distinto o cámbialo por otro. Di: No me pertenece modificarlo por iniciativa propia, yo sólo digo lo que se me inspira, pues temo, en verdad, si desobedezco a mi Señor, el castigo de un día terrible. (Yunus 10:15).
Sobre el modo en que la revelación solía llegar, leemos en el Corán:
No es propio que Allah le hable a ningún ser humano, excepto por inspiración, o a través de un velo, o por medio de enviar a un mensajero que le inspire con Su permiso lo que Él quiera. Verdaderamente Él es el Excelso, el Sabio. (Ash-Shura 42:51)
De Aisha, que Allah esté complacido con ella, que Al-Hariz Ibn Hisham, que Allah esté complacido con él, le preguntó al Mensajero de Allah: “¡Oh, Mensajero de Allah! ¿Cómo te viene la Inspiración (Divina)?” Y el Mensajero de Allah, le dijo: “A veces me viene como el retumbar de un aljaraz, y es lo más duro para mí; y cuando cesa queda grabado en mi conciencia lo que ha dicho; y otras veces el ángel se me presenta en forma de hombre que me habla y queda grabado en mi conciencia lo que dice”. Dijo ‘Aisha, que Allah esté complacido con ella: “Yo lo he visto; descenderle la Inspiración en un día de mucho frío, y al cesar, el sudor chorreaba por su frente”. (Al-Bujari)
Aisha, la madre de los creyentes, transmitió: “Los primeros indicios de la Inspiración (Divina) que recibió el Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, fueron visiones de buenos sueños, de forma que no tenía una visión que no se hiciera realidad tan claramente como el despuntar del alba; luego se le hizo amar el retiro y se retiraba en la cueva de Hira donde se dedicaba a la adoración durante un numero determinado de noches tras haber tomado provisiones para tal fin y antes de sentir nostalgia de su familia; después volvía a Jadiya y tomaba provisiones para un número similar de noches y así hasta que le llegó la Verdad estando en la Cueva de Hira. Vino a él el ángel y le dijo: “¡Lee!” Contestó: “Yo no leo” (No sé leer). Dijo: “Me agarró y me envolvió hasta que no pude más, entonces, me soltó y dijo: “¡Lee!” Dije: “Yo no leo” y me agarró y me envolvió por segunda vez hasta que no pude más y luego me soltó y dijo: “¡Lee!” Y dije: “Yo no sé leer” y me agarró envolviéndome por tercera vez, luego me soltó y dijo: “¡Lee en el Nombre de tu Señor que ha creado! Ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee!, que tu Señor es el Más Generoso” (96, 1-3)”.
El Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, volvió con el corazón estremecido; entró en presencia de Jadiya bint Yuwailid, que Allah esté complacido con ella y dijo: “¡Tápame!, ¡tápame!” y ella lo tapó hasta que el sobrecogimiento se alejó de él; entonces le contó a Jadiya lo que le había ocurrido y le dijo: “He temido por mí”. Y Jadiya le dijo: “¡Por Allah!, que Allah jamás te causará agravio porque mantienes los lazos de consanguinidad, te haces cargo del que no tiene parientes (y es una carga para los demás), prestas ayuda al indigente, das hospitalidad al huésped y auxilias en las vicisitudes de la vida (lit.: “de la verdad”)”.
Entonces Jadiya partió con él y lo llevó a Waraqa Ibn Nawfal Ibn Asad Ibn Abdel- Uzza, un primo suyo (hijo de su tío paterno) que se había hecho cristiano en la época de la ignorancia anterior al Islam, escribía en hebreo y había copiado lo que Allah quiso del Inyil (el Evangelio); y era un anciano que se había quedado ciego. Jadiya le dijo: “¡Oh hijo de mi tío paterno!, escucha lo que tiene que decirte el hijo de tu hermano”. Y le dijo Waraqa: “¡Hijo de mi hermano!, ¿qué ves?” Y el Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, le contó lo que había visto. Le dijo Waraqa: “ese es el Namus que Allah hizo descender sobre Musa, ¡ojalá fuera joven!, ¡ojalá estuviera vivo cuando tu gente te eche de la ciudad!” Y dijo el Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz: “¿Es que ellos me echarán?” Dijo: “Sí, no hay hombre que venga con lo que tú has venido que no sea recibido con hostilidad; y si vivo hasta el día en que te ocurra a ti, te ayudaré con una ayuda que te confortará”. Después de eso, Waraqa, no tardó en morir y hubo una pausa en la Inspiración”. (Al-Bujari)
De Yabir Ibn (hijo de) ‘Abdullah Al-Ansari, que Allah esté complacido con ambos, hablando acerca de la pausa en la Inspiración, recoge en su hadiz (las palabras del Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz): “Mientras caminaba, oí una voz desde el cielo. Levanté la cabeza y entonces vi al ángel que se me había aparecido en Hira, sentado en un pedestal entre el cielo y la tierra. Tuve mucho miedo de él, así que volví y dije: “¡Tapadme!¡Tapadme!” Luego Allah hizo descender: “¡Oh tú el arropado, levántate y advierte, y a tu Señor engrandece, y tu ropa purifícala y de la suciedad apártate!” (Al-Muddaththir 74: 1-5) Y la Inspiración se avivó y se hizo consecutiva”. (Al-Bujari)
En consecuencia, se hace evidente para nosotros que la revelación llegaba al Profeta Muhammad y a los profetas y mensajeros anteriores como una revelación directa de Dios, a través de un ángel, principalmente Gabriel, o en un sueño. Abdullah Ibn `Umayr dijo: “Los sueños del profeta eran una especie de revelación”. (Al-Bujari)
En cuanto a la autoridad de la revelación declarada como parte de los textos religiosos, cuando se trata del Corán y de los hadices Qudsi (divinos), solo se toma en consideración la revelación que viene a través de Ángel Gabriel.
Acerca del Corán que llega hasta el Profeta Muhammad a través de Ángel Gabriel, leemos en el Corán:
Di: Quien sea enemigo de Yibril… Ha sido él quien, con permiso de Allah, lo ha traído (el Corán) hasta tu corazón, con la autorización de Allah, como una confirmación de lo que ya había y como guía y buena nueva para los creyentes. (Al-Baqarah 2:97)
Los versículos del Corán eran siendo revelados palabra por palabra y letra por letra a través de Gabriel. Mientras, que de los hadices Qudsi solo se se revelaba a través de Gabriel su significado, mientras que las palabras eran las del Profeta Muhammad.
En cuanto a los hadices proféticos, al Profeta Muhammad se le inspiraron ya fuera por revelación directa, revelación a través de Gabriel o en sueños. A veces, el Profeta Muhammad tomaba un decisión y entonces descendía la revelación, confirmando o abrogando cualquier discreción.
Sobre eso, leemos en el Corán:
Ni habla movido por el deseo. No es sino una revelación inspirada. Le enseña alguien de gran poder (An-Najm 53: 3-5)
En cuanto a la autoridad de la revelación divina en términos de decisiones legales y las cuestiones dogmáticas, todas las formas de revelación que llegan al Profeta Muhammad, incluida la revelación directa, la revelación a través de Gabriel y los sueños, pueden subyacer las decisiones legales y las cuestiones dogmáticas.
Sobre eso, leemos en el Corán:
[…] Y lo que os da el Mensajero tomadlo, pero lo que os prohíba dejadlo. Y temed a Allah, es cierto que Allah es Fuerte castigando. (Al-Hashr 59:7)
Sin embargo, la revelación que se debe considerar para los textos religiosos, las sentencias legales y las cuestiones dogmáticas en el Islam se restringe a esa revelación que llega al Profeta Muhammad y a las inspiraciones y sueños de sus Compañeros que él aprobó en vida.
Muhammad ibn `Abdullah ibn Zayd relató que su padre narró: “El Mensajero de Dios estaba pensando en una campana, ordenó que se hiciera una campana y se hizo. Entonces vi en mi sueño a un hombre que llevaba una campana. Le dije: “Oh, siervo de Dios, ¿venderás la campana?” ‘¿Qué harás con ella?’ Dijo: ‘Llamaré al pueblo a la oración’. Él dijo: ‘¿Puedo decirte algo mejor que eso?’ Yo dije:’ ¿Qué es eso?’ él dijo: ‘Di: Allahu Akbar (Dios es el Más Grande)’ cuatro veces. Entonces, él se fue pero no muy lejos de mí y dijo: “Si vas a ofrecer oración…” e hizo Iqamah una vez, diciendo: “la oración está a punto de ser ofrecida” dos veces. Por la mañana, salí y fui al Mensajero de Dios, y le dije lo que había visto. El Mensajero de Dios dijo: “¡Es un verdadero sueño, si Dios quiere! Ve con Bilal a la mezquita y enséñaselo, porque él tiene una voz más fuerte que tú: Yo (Abdullah) fui con Bilal a la mezquita, y empecé a enseñarle las palabras y él las repetía. ‘Umar Ibn Al-Jattab oyó la voz y salió diciendo: ¡Oh Mensajero de Dios! Por Aquel que os envió con la verdad, vi el mismo (sueño) que él. Entonces, el Profeta Muhammad dijo: ‘¡Alabado sea Dios!'”. (Ahmad, At-Tirmidhi, Abu Dawud y Ibn Majah)
Anas narró: “Umar dijo: Estuve en acuerdo con Dios en tres cosas”. O dijo: “Mi Señor estuvo de acuerdo conmigo en tres cosas” (La primera de ellas es que) Dije: “¡Mensajero de Allah!, ¿por qué no tomamos la estación de Ibrahim como lugar de oración?” Y descendió: “Y adoptad la estación de Ibrahim como lugar de oración”. Y en la aleya del hiyab. Dije: “¡Mensajero de Allah!, ¿por qué no ordenas a tus mujeres que se resguarden (de las miradas) puesto que les habla tanto el virtuoso como el degenerado?” Y descendió la aleya del hiyab (33, 53). Y (en una ocasión) se juntaron las Mujeres del Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, en una actitud de celos con respecto a él y yo les dije: “Puede que su Señor, si os divorcia, le conceda esposas mejores que vosotras”, y descendió esta aleya (66, 5)”. At-Tahrim 66: 5) (Al-Bujari)
Revelación No Divina en el Islam
Según el Islam, otras personas aparte de los profetas pueden comunicarse con el (los) mundo(s) metafísico(s) como se indicó anteriormente de alguna manera u otra. Tal comunicación puede tener varias formas, incluyendo sueños, inspiraciones o manifestaciones divinas y espirituales.
Sin embargo, esta comunicación no puede ser considerada como revelación divina que se puede incluir en el Corán o en los hadices.
En cuanto a la autoridad en términos de sentencias legales y cuestiones dogmáticas, hay una diferencia entre los Compañeros del Profeta y las generaciones posteriores de los musulmanes.
Los sueños, inspiraciones y manifestaciones divinas o espirituales de los Compañeros, si fueron aprobadas por el Profeta Muhammad, serán como la revelación divina en términos de decisiones legales y cuestiones dogmáticas.
Sin embargo, si esta revelación no divina no fue aprobada o tuvo lugar después del fallecimiento del Profeta Muhammad, es considerada como una declaración de un Compañero y sería llamada “Azars”, y es tenida en cuenta para decisiones legales a menos que contradigan algún verso coránico con una indicación definida o un hadiz profético o Qudsi con una cadena de transmisión auténtica y una indicación definida.
Por ejemplo, `Urwah narró: Zuwaibah fue la esclava liberada de Abu Lahab a quien había mantenido, y después ella amamantó al Profeta. Cuando Abu Lahab murió, uno de sus parientes lo vio en un sueño en un estado muy malo y le preguntó: “¿Qué has encontrado?” Abu Lahab dijo: “No he encontrado ningún descanso desde que te dejé, excepto que me han dado agua para beber en esta cantidad (el espacio entre su pulgar y otros dedos) y esto es debido a mi manumisión de Zuwaibah”. (Al-Bujari)
También se ha narrado de que el Gran Compañero Umar envió una expedición bajo el mando de un hombre llamado Sariyah. Mientras Umar estaba predicando un sermón a la gente un día, gritó mientras estaba en el púlpito: “¡Oh Sariyah, la montaña! ¡Oh Sariyah, la montaña!” Al tiempo, el mensajero del ejército vino y ‘Umar le preguntó acerca del ejército. Él respondió: “¡Oh Comandante de los Creyentes, nos encontramos con nuestros enemigos y estaban a punto de derrotarnos! De repente, alguien gritó: ‘¡Oh Sariyah, la montaña! ¡Oh Sariyah, la montaña!’ Entonces volvimos la espalda a la montaña y así Dios los derrotó con nuestras manos”. (Transmitido por Ahmad en “Fada’il As-Sahabah”, Abu Nu’aym en “Dala’il An-Nubuwwah “, Ad-Diyaa ‘en’ Al-Muntaqa Min Masmu`atih ‘, Ibn` Asakir en “Tarikh Ibn` Asakir “, Al-Bayhaqi en” Dala’il An-Nubuwwah “, Ibn Hajar en” Isabah “, Ibn Kathir en” Tarikh Ibn Kathir “y Al-Haythami en” As-Sawa`iq Al-Muhriqah”.
El sueño y la inspiración antes mencionados son solo ejemplos de declaraciones de los Compañeros que pueden considerarse para las decisiones legales o las cuestiones dogmáticas a menos que contradigan un versículo coránico con una indicación definida o un hadiz profético o Qudsi con una auténtica cadena de narración y una definición indicación.
En cuanto a los sueños, inspiraciones y manifestaciones divinas o espirituales comunes de los musulmanes, no pueden ser considerados para textos religiosos, decisiones legales o cuestiones dogmáticas. Pueden servir solamente para ese musulmán que tiene esa revelación no divina.
Si un musulmán tiene un sueño, una inspiración o una manifestación divina o espiritual, cualquier revelación no divina será exclusivamente para él, y por lo tanto no puede hacer que sea vinculante para otros musulmanes simplemente porque cualquier revelación no divina viene como lo hacen las buenas nuevas, la advertencia, la exhortación, el milagro o la manifestación divina.
‘Escuché al Profeta diciendo: “La visión certera (en sueños) es de Allah, y el ensueño (la pesadilla) es de Shaitán; así pues cuando alguno de vosotros tenga un sueño que le produzca temor que escupa a su izquierda y busque refugio en Allah de su mal y no le dañará”’. (Al-Bujari)
Para resumir, la revelación considerada en los textos religiosos, las decisiones legales y las cuestiones dogmáticas es la revelación que nos ha transmitido el Profeta Muhammad, incluyendo versos coránicos, así como los hadices Qudsi y proféticos. En cuanto a los sueños, inspiraciones, manifestaciones de los musulmanes, incluyendo los de los Compañeros, si no fueron aprobados por el Profeta Muhammad, no son parte de la revelación divina. Solo explican la revelación no divina. Sin embargo, esto no significa necesariamente que no son verdaderos o reales. Más bien, esto significa que no pueden ser considerados como textos sagrados para ser incluidos en el Corán o hadices proféticos. Por otra parte, no pueden ser considerados para las sentencias legales y las cuestiones dogmáticas a excepción de las declaraciones de los Compañeros, que pueden ser considerados para esas decisiones y preguntas a menos que contradigan un verso coránico con una indicación definida o un hadiz profético o Qudsi con una auténtica cadena de narración y una indicación clara.
Referencias:
1- El Corán
2- Sahih Al-Bujari
3- Dala’il An-Nubuwwah de Abu Nu’aym
4- Dala’il An-Nubuwwah por Al-Bayhaqi