En este extraordinario artículo, escrito por Rahaf Khalil y publicado en la revista Providr, vemos la gran importancia de la práctica de quitarse los zapatos antes de entrar a un hogar, algo que hace la práctica totalidad de los musulmanes del mundo. Una costumbre muy ligada al Islam por motivos que muchos desconocen. Hay quien piensa que es un simple hábito, algo que ver con una costumbre heredada de beduinos que iban en sandalias todo el día; pero la realidad es que va mucho más allá y los beneficios de hacerlo son increíblemente numerosos, algunos de los cuales no son conocidos ni siquiera por una gran cantidad de los propios musulmanes.
Encontramos en este artículo que hay estudios realizados por prestigiosas universidades de países occidentales que demuestran los incontables beneficios de quitarse los zapatos al entrar a casa, así como los graves perjuicios, principalmente para la salud, que conlleva el entrar con ellos en las viviendas.
Una vez más, nos damos cuenta de cómo una práctica que el Islam fomenta, desde hace 1.400 años, es ahora fortalecida y reafirmada por la comunidad científica actual.
Allah dice en el Corán:
“No hemos omitido nada en el Libro”. (Al An’am: 6:38)
La práctica de quitarse los zapatos al entrar casa
La práctica de quitarse los zapatos al entrar en una casa no es un tópico sobre el que todo el mundo esté de acuerdo de forma unánime. Normalmente, la decisión está ligada a diferencias regionales y algunas veces culturales. Por ejemplo, la gente de prácticamente todos los países de mayoría musulmana, y también la de Japón, Finlandia y Suecia, entre muchos otros, se quita los zapatos antes de entrar a una casa, por razones varias. Sin embargo, en lugares como los Estados Unidos, la gente está divida entre si quitarse los zapatos es o no necesario, o incluso apropiado.
Por lo que vamos a ver, la práctica de quitarse los zapatos debería ser adoptada por absolutamente todos, y no se hace solo por razones de costumbre sino también por razones de higiene. Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Arizona ha encontrado una media de 421,000 bacterias en el exterior de los zapatos, con 9 clases de bacterias diferentes. En esas clases de bacterias están incluidas Escherichia coli, más conocida como E coli, que puede producir infecciones intestinales, diarrea y, en casos raros, meningitis; también Klebsiella pneumoniae, que puede causar infecciones del tracto urinario; y Serratia ficaria, que puede causar infecciones respiratorias.
Si te estás preguntando cómo puede llegar la bacteria al zapato, Kelly Reynolds, un doctora, microbiólogo y profesor en la Universidad de Arizona tiene algo que decir: “Caminamos por encima de cosas como cacas de pájaro, excrementos de perro, gérmenes en los suelos de aseos públicos, que son todas fuentes de E coli”, y añade: “El aspecto que hace único el entorno del calzado es que otras cosas sobre las que caminas como hojas y escombros, pueden servir como alimento para las bacterias y ayudarlas a crecer”.
Según la Dra. Reynolds, lo que esto quiere decir es que las bacterias potencialmente dañinas pueden sobrevivir en tu calzado durante días e incluso semanas. Esa bacteria puede ser transferida a los suelos de tu casa o tus alfombras, e incluso será peor si resulta que has reposado los zapatos sobre algún mueble o en tu cama.
Y se pone aún peor. Otro estudio, realizado en la Universidad de Houston ha descubierto que el 26,4 % de los zapatos llevan una bacteria llamada Clostridium difficile, también conocida como “C. diff “. Este tipo de bacteria puede causar síntomas que van desde la diarrea hasta la inflamación del colon que pone en peligro la vida.