Una de las libertades más importantes que el hombre requiere para sentirse feliz en su vida, es la libertad de elegir un compañero de vida, de contraer matrimonio, dada la íntima relación y el destino que compartirá la pareja.
Las formas en que los diversos mensajes divinos tratan esta libertad difieren en términos de permisos y prohibiciones. Por lo tanto, vamos a indicar cómo el cristianismo y el Islam lidian con esa libertad.
Elección del cónyuge y libertad de divorcio
Sin lugar a dudas, el cristianismo impone estrictas restricciones a la hora de que una mujer elija pareja. Esto está representado en la prohibición de divorciarse de su esposo cualesquiera que sean las razones de esta separación, la obligación de casarse con su cuñado cuando el esposo muere, de acuerdo con la Ley Mosaica, y la obligación de casarse con su violador, restringiendo sus opciones a casarse con él o a aceptar una dote igual de él, en lugar de la imposición de un duro castigo que proteja a las mujeres y disuada a los hombres de violarlas.
Revisemos las reglas, juzgadas prejuiciosas contra las mujeres, una por una, que aparecen en la Biblia. Comenzaremos con la prohibición del divorcio en el cristianismo. El Nuevo Testamento cita a Jesús diciendo: ” También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”. (Mateo 5: 31-32).
El Nuevo Testamento nos narra la siguiente situación que involucra una conversación entre judíos y Jesucristo:
“Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: ¿Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera”. (Mateo 19: 3-9)
El Nuevo Testamento también nos relata la siguiente conversación entre Jesús y sus discípulos:
“Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”. (Marcos 10: 6-12)
“Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco”. (Deuteronomio 25: 5)
Vemos que la Biblia considera a la mujer como parte de la herencia del esposo fallecido, que es heredada por su cuñado a menos que este renuncie voluntariamente a esta parte de la herencia, pero la mujer no puede elegir a su siguiente compañero de vida.
Ahora al matrimonio impuesto por la ley mosaica sobre la muchacha violada con su violador restringiendo sus opciones a casarse con él o aceptar la dote de él. ¡No sabemos si el matrimonio de la muchacha violada con su violador es una pena impuesta al violador o a la víctima! ¿Es un castigo para el violador imponerle a la víctima un marido o aceptar una dote de él? ¿Esto no sirve de aliento para que los hombres violen a las niñas? ¿Dónde está la pena por violación? ¿Es esta pena la imposición del violador a su víctima femenina de modo que él sea su marido de por vida, o apenas la aceptación de una dote igual de él? ¿Se aplica la pena al culpable o a la víctima?
En este sentido, la Biblia dice: “Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días”. (Deuteronomio 22: 28-29)
También dice: “Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer. Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes”. (Éxodo 22: 16-17).
En cuanto al Islam, le da a la mujer la libertad absoluta de elegir a su compañero de vida en todos los momentos a lo largo de su vida. Una niña virgen tiene el derecho de elegir a su compañero de vida. Abu Hurairah narró que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: “Una mujer previamente casada no debe ser dada en el matrimonio excepto después de consultarla; y una virgen no debe ser dada en matrimonio excepto después de su permiso”. La gente preguntó: “¡Oh Mensajero de Dios! ¿Cómo podemos tener su permiso?” Él dijo: “Su silencio (indica su permiso)”. (Bujari y Muslim)
Ibn ‘Abbas narró que una muchacha virgen fue al Profeta Muhammad y declaró que su padre la había dado en matrimonio contra su voluntad. Por lo tanto, el Profeta Muhammad le dio a elegir (entre el matrimonio y la separación). (Ahmad, Abu Dawud e Ibn Majah)
Una mujer musulmana tiene derecho al divorcio si la buena convivencia con su esposo es imposible, en cuyo caso el divorcio puede tener lugar de mutuo acuerdo, con todos los derechos legítimos reservados para la mujer.
Si la mujer no culpa a su marido por faltas en su carácter o religiosidad, pero le disgusta su compañía, puede negociar el divorcio Jula‘ con él, es decir obtener un divorcio a cambio de una renuncia de algunos de sus derechos post-maritales. En este sentido, Dios dice en el Corán:
El divorcio son dos veces. Y, o bien la vuelve a tomar según lo reconocido, o la deja ir en buenos términos. Y no os está permitido quedaros con nada de lo que hayáis dado. A menos que ambos teman no cumplir los límites de Allah. Y si teméis no cumplir los límites de Allah, no hay falta para ninguno de los dos si ella ofrece alguna compensación. Estos son los límites de Allah, no los traspaséis. Quien traspase los límites de Allah… Esos son los injustos. (Al-Baqarah 2: 229)
‘Abdullah bin ‘Abbâs relató que la mujer de Zâbit bin Qays fue ante el Profeta y le dijo: ‘¡Mensajero de Dios! No culpo a Zâbit por defectos en su carácter o su religión, pero me disgusta la incredulidad después del Islam (temo comportarme como una incrédula con él)’. El Mensajero de Dios (B y P) le dijo: «¿Le devolverás el huerto (que te dio como dote)?» ella dijo: ‘Sí’. Entonces, el Profeta (B y P) dijo (a Zâbit): «Acepta el huerto y divórciala una sola vez». (Al-Bujari)
Cuando una mujer musulmana está divorciada, tiene el derecho de casarse con quien quiera. En el Corán, Dios dice:
Y si se separan, Allah los enriquecerá a ambos con parte de Su holgura; Allah es Espléndido, Sabio. (An-Nisaa‘ 4: 130)
En consecuencia, una mujer musulmana tiene el derecho de elegir a su pareja, no se le puede imponer a un hombre, sea ella virgen o haya estado anteriormente casada. Incluso más si este hombre es su cuñado o su violador, a diferencia del judaísmo y el cristianismo.
Por lo tanto, el Islam da a la mujer total libertad de elegir a su pareja, exceptuando los casos conocidos en Islam en los que hay limitaciones, como con hombres que son permanentemente o temporalmente ilícitos para ellas, incluyendo a hombres no musulmanes y a los hombres que las hayan divorciado tres veces.
Sin embargo, una mujer puede volver a casarse con su ex marido, que la haya divorciado tres veces, pero solo después de casarse con otro hombre y este matrimonio termina en el divorcio o la muerte del marido. Sobre eso, el Corán dice:
El divorcio son dos veces. Y, o bien la vuelve a tomar según lo reconocido, o la deja ir en buenos términos. Y no os está permitido quedaros con nada de lo que hayáis dado. A menos que ambos teman no cumplir los límites de Allah. Y si teméis no cumplir los límites de Allah, no hay falta para ninguno de los dos si ella ofrece alguna compensación. Estos son los límites de Allah, no los traspaséis. Quien traspase los límites de Allah… Esos son los injustos. (Al-Baqarah 2: 229-230)
Una vez más, la Biblia prohíbe a un hombre que vuelva a casarse con su ex esposa, teniendo en cuenta que está contaminada por el matrimonio con otro hombre y que es una abominación ante el Señor. Leemos: “Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia”. (Deuteronomio 24: 1-4)
Por último, se puede sin duda afirmar: ¡qué buena es la inmensidad del Islam, y cuán mala es la estrechez de las otras creencias falsas y corruptas!
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Referencias:
1- El Corán Glorioso (Sahih International Translation)
2- Sahih Al-Bukhari
3- Sahih Muslim
4- Sunan Abu Dawud
5- Sunan Ibn Majah
6- Musnad Al-Imam Ahmad
7- La Santa Biblia (Visita biblegateway.com)