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Tue, 03 Dec 2024

La desesperación y el suicidio en el Islam

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El suicidio por desesperación de la misericordia de Dios o por los problemas mundanos está estrictamente prohibido

A lo largo de la historia se han conocido casos de suicidio. Era conocido y discutido en las antiguas civilizaciones griega y romana; se ha observado en las religiones judía y cristiana, y se menciona en los libros clásicos hindúes. El suicidio o hara kiri es parte del antiguo código de honor japonés y se observa en las culturas asiáticas.

En el Corán, hay una advertencia contra el suicidio.

Y no os matéis a vosotros mismos pues Allah es siempre Compasivo con vosotros. (An-Nisa’ 4:29)

…que vuestras manos no os echen a perder llevándoos a la perdición… (Al-Baqarah 2: 195)

El Corán deja claro que la vida humana es sagrada. La vida no puede ser tomada sin justificación y el derecho a la vida es inherente a los principios del Islam. La vida misma es un regalo del Creador que nos vemos obligados a cuidar. El suicidio por desesperación de la misericordia de Dios o por los problemas mundanos está estrictamente prohibido. El profeta Muhámmad (la paz sea con él) dijo: “El que se mata a sí mismo con algo en este mundo será castigado con él en el Día de la Resurrección”. (Al-Bujari y Muslim) Es un pecado mayor y su castigo está sujeto a la voluntad de Dios. Si Él quiere, Él lo perdonará, y si Él quiere le castigará por ello.

La vida es una sucesión interminable de momentos. En los dos extremos, hay momentos alegres que hacen que nuestros corazones se disparen y momentos oscuros que nos hunden en la tristeza y la preocupación, o incluso en la desesperación. Alegría y su contrario, tristeza, son parte de la condición humana; sin embargo cuando se pierde el control sobre nuestras emociones podemos fácilmente caer en la desesperación. La desesperación es la sensación que tenemos cuando toda esperanza ha desaparecido y es una situación muy peligrosa. Dios llama a no desesperar y, sobre todo, no desesperar de Su misericordia. Dios no nos ha abandonado ante las tentaciones y pruebas a las que nos enfrentamos en este mundo; Él es siempre misericordioso y nos ha equipado con potentes armas. Dios, el Misericordioso, nos da pautas claras y promete dos cosas, si lo adoramos y seguimos Su guía, seremos recompensados con el paraíso y después de las dificultades encontraremos facilidad.

A los que creen y practican las acciones de bien, les haremos fácil entrar en jardines por cuyo suelo corren los ríos; allí serán inmortales para siempre. Promesa verdadera de Allah.

¿Y quién es más veraz que Allah en Su palabra? (An-Nisa’ 4: 122)

Porque es cierto que junto a la dificultad hay facilidad. (Ash-Sharh 94: 5)

Cuando el Profeta Jacob estaba afligida y triste, se volvió a Dios, y el Corán nos dice que pidió a Dios alivio.

Dijo: Yo sólo me lamento de mi dolor y de mi pena ante Allah…” (Yusuf 12:86)

El profeta Muhámmad también dijo: “Ninguna desgracia o enfermedad que le ocurra a un musulmán, ninguna preocupación, dolor, daño o angustia – ni siquiera una espina que se le clave – le ocurrirá sin que Dios expíe alguno de sus pecados por ello”. (Al-Bujari)

La religión del Islam se ocupa principalmente de desarrollar y mantener una conexión con el Dios único. Uno de los mayores errores que la gente puede hacer es separar su vida mundana de su vida religiosa. Las situaciones de estrés que nos provocan desesperación y nos hacen sentirnos desconectados de Dios siempre se originan en los asuntos de este mundo, como los problemas emocionales, el estrés financiero, abuso de sustancias o problemas de salud. Especialmente en este nuevo siglo una de las razones más comunes para la desesperación es una sensación de aislamiento o separación de los demás.

Dios nos ha prometido que él es muy consciente de las situaciones a las que nos enfrentamos y nos ha dado armas para enfrentarse a ellas, como pueden ser la paciencia, la gratitud y la confianza. Sin embargo, cuando se trata de la desesperación, la condición que podría llevar a alguien a quitarse la vida, tenemos que cavar un poco más profundo y recordar ante todo que Dios es misericordioso y que no importa en qué situación nos encontremos pues Él está dispuesto a perdonar y ayudar.

Dios, el más misericordioso, compasivo, y beneficioso nos ha instruido para inculcar estos atributos y tratar a los demás con respeto y justicia. Esto incluye no dejar a nadie solo con sus problemas y preocupaciones. Un poco de apoyo y atención podría ayudar a alguien a evitar el pecado de poner fin a su propia vida. Dios también nos dice que no nos burlemos, despreciemos, insultemos o abusemos el uno al otro.

¡Vosotros que creéis! Que no se burlen unos hombres de otros porque pudiera ser que éstos fueran mejores que ellos. Ni unas mujeres de otras, porque pudiera ser que éstas fueran mejores que ellas. Y no os difaméis unos a otros ni os insultéis con apodos.

Malo es dar un nombre de perversión después de ser creyente. Y quien no se vuelva en arrepentimiento… Esos son los injustos. (Al-Hujurat 49:11)

Así pues, han renegado de lo que dijisteis y no podréis cambiar ni ser auxiliados y a quien de vosotros sea injusto le haremos probar un enorme castigo. (Al-Furqan 25: 19)

El profeta Muhámmad dijo: “Un musulmán es hermano de otro musulmán, por lo que no le debe oprimir, ni debe entregarlo a un opresor. A quien cumpla con las necesidades de su hermano, Allah satisfará sus necesidades; quien libre a su hermano (musulmán) de un malestar, Allah le librará de las incomodidades del Día de la Resurrección, y a quien cubra el defecto de un musulmán, Allah cubrirá sus faltas en el Día de la Resurrección”. (Al- Bujari)

Por lo tanto, sin duda hay un beneficio en el buen trato de los demás y, sobre todo en acudir en ayuda de amigos o familiares que están abrumados por las crueldades e injusticias de la vida. Sin embargo, ¿qué hay de las personas que se sienten solas, aplastadas por las circunstancias y se tambalean al borde de la desesperación? ¿Cómo puede una persona que sufre de pensamientos suicidas volverse desde el borde?

Esto se puede lograr de muchas maneras. En primer lugar, mediante el fortalecimiento de la relación de uno con Dios. Esto se logra mediante la lectura del Corán, siendo consciente de él y haciendo gran cantidad de Dua (súplica) a Dios. A continuación, una persona haría bien en reconocer la mano de Satanás en este asunto. Susurra escenarios aterradores de pobreza e impotencia. No son verdad pues la misericordia de Dios todo lo vence. Aférrate a Dios y al Islam, incluso en la hora más oscura y la noche más larga. Junto con las armas mencionadas anteriormente, Dios también nos dio al profeta Muhámmad, una misericordia para todos los mundos, a todas las personas. Tratar de imitarle hará que una persona desesperada esté más tranquila y cerca de Dios.

Si somos conscientes de que Dios tiene el control sobre todas las cosas y que Él, en última instancia, quiere que vivamos eternamente en el Paraíso, podemos empezar a salir de la tristeza y dejar la preocupación atrás. Si nos enfrentamos a nuestros temores y ansiedades con plena confianza en Dios y mostramos paciencia y gratitud con todas nuestras circunstancias, la tristeza y la preocupación desaparecerá, o al menos será más leve. El profeta Muhámmad dijo: “¡De hecho los asuntos del creyente son sorprendentes! Todos ellos son para su beneficio. Si se le concede la facilidad, entonces él es agradecido, y esto es bueno para él. Y si él está afligido con una dificultad, persevera, y esto es bueno para él”. (Muslim)

 

Fuente: Islamreligion.com.

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