El noble Corán
Vamos a suponer –con el único propósito de argumentar– que los enemigos del profeta Muhammad (la paz sea con él) tenían razón en sus alegatos de que el noble Corán estaba escrito por él. En este caso, los no creyentes seguramente responderán a nuestro argumento. Ahora preguntadles a ellos: ¿Dudáis que Muhammad (la paz sea con él) era un hombre árabe?
Independientemente de su respuesta, ya sea sí o no, el profeta (la paz sea con él) –dentro de esta discusión– les informó, de una manera muy sublime y con palabras amables, de que Maryam (María, la madre de Jesús (la paz sea con ambos)), que pertenece a los hijos de Israel, fue escogida por encima de todas las mujeres del mundo. ¿Por qué no eligió a su madre (la madre del profeta Muhammad, la paz sea con él), a su esposa, a su hija o a cualquier otra mujer árabe? ¿Por qué eligió a una mujer de los hijos de Israel?
¿Alguien puede dar alguna clarificación al respecto? Todo el mundo prefiere a su madre, a su esposa y a su hija por encima de otras mujeres.
Entonces, ¿Por qué el profeta del Islam (la paz sea con él) llama a los musulmanes a respetar a una mujer de los oponentes o contrincantes? ¡Sobre todo de los hijos de Israel! De la gente que había ignorado a su gente (la gente de Muhammad, los árabes) durante tres mil años, exactamente igual que ignoran a sus hermanos árabes hoy día.
El Capítulo de Maryam (María)
Hay un capítulo (surah o azora) del noble Corán que lleva el nombre de Maryam (María). El surah mencionado lleva ese nombre por respeto y en honor a Maryam, la madre de Jesucristo (la paz sea con ambos). Maryam (la paz sea con ella) no recibió semejante honor ni en la mima biblia. Hay 66 escrituras para la Iglesia Protestante y 73 scrituras para la Católica Romana, de las cuales ninguna lleva el nombre de Maryam y su hijo (la paz sea con ambos).
Así pues, si Muhammad (la paz sea con él) fue el autor del noble Corán, podría haber incluido, aparte del nombre de Maryam, el de sy¡u madfe Aminah, el de su amada esposa Jadiya, Aisha o su hija Fatima, que Allah esté complacido con todas ellas. Sin embargo, esto no es lo cierto, y el profeta Muhammad (la paz sea con él) no hizo eso porque el noble Corán no lo escribió Muhammad (la paz sea con él).
La respuesta es tan simple como lo siguiente: El profeta no tenía ninguna elección, no tenía ningún derecho para expresar sus propios deseos porque el Corán fue revelado por Allah el Todopoderoso, quien dijo:
No es sino una revelación revelada (An-Najm 53:4)
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Fuente: Extraído del libro “A Message to Those Who Do Not Believe in Prophet Muhammad”, por el equipo de www.rasoulallah.net