Dos de las fiestas islámicas más importantes del año son el ‘Id Al-Fitr y el ‘Id Al-Adha. Mientras la primera marca el final del largo ayuno durante el mes de Ramadán, el ‘Id Al-Adha marca el final del Hayy, la sagrada peregrinación a la ciudad bendita de Meca. Es habitual que cada persona capaz (como está prescrito en los cinco pilares del Islam) vaya al Hayy al menos una vez en su vida. También es conocida popularmente como la Fiesta del Sacrificio. Esta fiesta de los musulmanes, el ‘id Al-Adha, conmemora el generoso acto del profeta Abraham de sacrificar a su propio hijo Ismael al Dios Único, Allah.
La historia detrás del ‘Id Al-Adha sigue la historia del leal Abraham, a quien Allah ordenó en un sueño que levantase los cimientos de la Kaba, una piedra negra, el santuario más sagrado de Meca (Arabia Saudí). Hacia allí rezan los musulmanes en sus oraciones (salat). Respondiendo inmediatamente a la llamada de su Señor, Abraham se dirigió a Meca con su mujer y su hijo Ismael. En aquel tiempo, Meca era un desierto árido e inhóspito. Abraham tuvo que enfrentarse a muchas dificultades. Sin embargo, llevó a cabo las órdenes de Allah sin quejarse. En un sueño divino, también se vio a sí mismo sacrificando a su hijo Ismael por orden de Allah. Cuando se lo contó a Ismael, este pidió inmediatamente a su padre que completase la orden de su Señor sin vacilar y aseguró que estaba completamente dispuesto a dar su vida por Dios. Pero de manera milagrosa, cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a Ismael, Allah salvó la vida del niño y la sustituyó por la de un cordero. Y eso fue lo que Abraham finalmente sacrificó.
Para conmemorar este acto excepcional de sacrificio del profeta Abraham, la gente sacrifica un cordero, una cabra, un ternero o cualquier otro animal. Luego dan carne a amigos, vecinos, familiares y a los necesitados. La gente que está lejos de la sagrada peregrinación, el Hayy, también llevan a cabo este sacrificio tradicional. Por ello el ‘Id Al-Adha también se conoce como la Fiesta del Sacrificio o el Día del Sacrificio.
El ‘Id Al-Adha comienza a partir del día 10 del doceavo mes islámico de Dhul-Hiyya. Pero la fecha del ‘Id Al-Adha depende de la visibilidad de la luna cada año. El ‘Id Al-Adha es conocido por diferentes nombres en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, el ‘Id Al-Adha se conoce con el nombre de Hari Raya Aidiladha en el sudeste de Asia. En Singapur, el nombre local del ‘Id Al-Adha es Hari Raya Haji. En Malasia, la gente se refiere a esta fiesta como Id al-Adha, y se ha convertido en una fiesta nacional allí. Los indios conocen el ‘Id Al-Adha como Id al-Adha o Idu’z Zuha. Y en Bangladesh, el ‘Id Al-Adha se conoce como Eid-ul-Azha, o incluso a veces Id al-Adha. Pero, sea cual sea el nombre, el espíritu de celebración del ‘Id Al-Adha es grande entre los musulmanes de todo el mundo, a pesar de las variaciones geográfica.
¿Qué conmemora el ‘Id Al-Adha?
Durante el Hayy, los musulmanes conmemoran las pruebas y los triunfos del profeta Abraham. El Corán describe a Abraham de esta forma:
Es cierto que Abraham reunía en sí todo lo bueno, era obediente a Allah y tenía una tendencia innata hacia la verdadera creencia, sin haber sido nunca de los que asocian. Agradecido con Sus dones, Él lo escogió y lo guió a un camino recto. Y le dimos en esta vida favor, y ciertamente en la Última vida estará entre los justos. (An-Nahl 16:120-121)
Una de las principales pruebas de Abraham fue hacer frente a la orden de Allah para matar a su único hijo. Al oír esta orden, se dispuso a someterse a la voluntad de Allah. Cuando tenía todo preparado para hacerlo, Dios le reveló que su “sacrificio” ya se había cumplido. Se había demostrado que el amor por su Señor superaba a todo lo demás, de tal manera que podía dar su propia vida o la vida de sus seres queridos con el fin de someterse a Dios.
¿Por qué los musulmanes sacrifican un animal en este día?
Durante la celebración del ‘Id Al-Adha, los musulmanes conmemoran y recuerdan las pruebas de Abraham, al sacrificar ellos mismos un animal como una oveja, un camello o una cabra. Esta acción es malentendida muy a menudo por los que están fuera de la fe.
Dios nos ha dado poder sobre los animales y nos ha permitido comer carne, pero sólo si pronunciamos su nombre en el solemne acto de quitar la vida. Los musulmanes sacrifican a los animales de la misma manera a lo largo del año. Al decir el nombre de Allah en el momento del sacrificio, se nos recuerda que la vida es sagrada.
La carne del sacrificio del ‘Id Al-Adha se regala en su mayor parte a otros. Un tercio se la come la familia inmediata y los familiares, un tercio se regala a los amigos, y un tercio es donado a los pobres. El acto simboliza nuestra voluntad de renunciar a las cosas que son de beneficio para nosotros o que están cerca de nuestros corazones, a fin de seguir los mandamientos de Allah. También simboliza nuestra disposición a renunciar a algunos de nuestros propios dones, con el fin de fortalecer los lazos de amistad y ayudar a aquellos que están en necesidad. Reconocemos que todas las bendiciones vienen de Dios, y debemos abrir nuestros corazones y compartir con otros.
Es muy importante entender que el propio sacrificio, tal como lo practican los musulmanes, no tiene nada que ver con el perdón de nuestros pecados o el uso de la sangre para limpiarnos del pecado. Esto es un malentendido de las generaciones anteriores:
Ni su sangre ni su carne llegan a Allah, lo que llega a Allah es vuestro temor de Él. (Al-Hayy 22:37)
El simbolismo está en la actitud – una disposición a hacer sacrificios en nuestras vidas con el fin de permanecer en el camino recto. Cada uno de nosotros hace pequeños sacrificios, renunciando a las cosas que son divertidas o importantes para nosotros. Un verdadero musulmán, que se somete a sí mismo o a sí misma por completo al Señor, está dispuesto a seguir las órdenes de Allah por completo y obedientemente. Es esta fuerza del corazón, la pureza de la fe y la obediencia voluntaria lo que nuestro Señor desea de nosotros.
¿Qué más hacen los musulmanes para celebrar esta fiesta?
En la primera mañana de ‘Id Al-Adha, los musulmanes de todo el mundo asisten a la oración de la mañana en sus mezquitas locales. A las oraciones les siguen las visitas a familiares y amigos, y el intercambio de saludos y regalos. En algún momento, los miembros de la familia van a visitar una granja local, o harán arreglos para el sacrificio de un animal. La carne se distribuye durante los días de fiesta o poco después.