Originally posted 2019-07-09 07:39:31.
Lo que se puede decir sobre el salat forma una lista interminable y hay libros muy extensos que hablan sobre el tema; pero para esta perspectiva general sería conveniente citar algunas cosas que han mencionado los grandes eruditos del pasado.
El Shayj Ibn Ata’illah al-Iskandari, que Allah tenga misericordia de él, dice en su Hikam:
“Como Allah sabe que te aburres con facilidad,
ha dispuesto que los actos de obediencia sean variados.
Y como Él sabe que tiendes a ser demasiado entusiasta,
ha prohibido que los hagas en momentos determinados.
Y entonces tu anhelo será el establecimiento de la oración
y no la oración en sí.
No todos los que rezan establecen la oración.
Él sabe que eres débil
y ha hecho que el número de las oraciones sea pequeño.
Él sabe que necesitas Su favor desbordante
y por eso ha multiplicado Sus bendiciones en las oraciones.
La oración es una purificación de los corazones
y el medio de acceder a los mundos invisibles.
La oración es el lugar para la conversación más íntima,
una mina de pureza reflejada.
Las praderas de los secretos se extienden en la vastedad que contiene.
Las luces surgen y resplandecen con todo su fulgor”.
En un emotivo pasaje de su pequeño tratado sobre el salat, Shayj al-Ajdari dice:
“En el salat hay una luz inmensa que ilumina los corazones de los que lo establecen y sólo alcanza a los que lo hacen con concentración y humildad. Así pues, cuando vengas al salat, libera a tu corazón de este mundo y de todo lo que contiene, y dedícate a concentrarte en la presencia del Señor a Quien se dirige tu salat. Debes saber que la esencia del salat es la concentración humilde y la sumisión a Allah al estar de pie, al inclinarse y al postrarse ante Él; y también la admiración y el enaltecimiento que Le son debidos con el takbir (magnificación), el tasbih (glorificación) y el dhikr (recuerdo).
Protege pues tu salat. Es el acto de adoración más grande que hay. No dejes que shaytan juegue con tu corazón y te distraiga de forma que tu corazón sea devastado y te veas privado de la dulzura de las luces del salat. Y pide ayuda a Allah. Allah es el Mejor Ayudante.
Shayj az-Zarruq cita a ‘Umar ibn al-Jattab cuando escribió a sus gobernadores:
“Yo creo que la oración es el asunto más importante que tenéis entre manos. El que la defiende y persevera en ella, defenderá otras cosas. El que la desperdicia, desperdiciará todo lo demás”. (Al-Muwatta)
Todo esto indica que el salat, el acto físico de la oración que delimita el día de todo musulmán, es la piedra angular sobre la que se construye la vida del musulmán; y además, sus efectos son incalculables. Sitúa el acto de adoración en el lugar que le corresponde, el centro de la existencia humana, y garantiza la buena salud de la sociedad. Da a la gente la perspectiva correcta de la existencia e impide que sean absorbidos en la vida de este mundo. Es un recordatorio constante de la naturaleza inconsistente de esta vida, de la inevitabilidad de la muerte y la consciencia de que lo que sigue, durará para siempre y dependerá de la forma en que vivimos. La aceptación de la rendición de cuentas que contiene esta actitud, hace que la gente tienda a vivir dentro de los límites y a no traspasarlos. Crea una situación en la que nos damos de que la autogratificación inmediata no es lo que más nos conviene, y que la generosidad, la paciencia y el buen carácter tienen grandes beneficios.